20 días desinformado 2ª parte
Cuando comencé el experimento de los 20 días desinformado no perseguía ningún objetivo concreto, únicamente ver que grado de ansiedad podía producir en una persona como yo (conectado en todo momento) y descubrir de qué sucesos no me enteraría.
A decir verdad no me perdí nada relevante, nada que pudiera trastocar mi vida diaria, no sucedió nada que, de haberme enterado en tiempo real, hubiese cambiado mi vida.
Tengo amistad con buen número de periodistas, que si bien el experimento no trastornó nuestra relación si que no les resultó agradable. En algunos casos admitían escribir a cambio de un sueldo como un profesional y en otros me reprocharon no tener ni idea de periodismo.
Por aquellos días OKDiario publicó alguna noticia de Podemos, a todas luces falsa, lo que venía a decantar el resultado de mi experimento hacia un sesgo negativo para el periodismo. Ello me llevó a no remover mucho más el tema.
Pasados los 20 días también el diario ElMundo publicó temas controvertidos, como todo lo que guarda relación con la política se deteriora, se transforma en opinión con la que hay que estar de acuerdo o totalmente en contra dejando de lado la objetividad o credibilidad de lo publicado, me alejaron completamente de escribir aquí.
El hecho de que mi publicación iba a ser motivo de controversia por los acontecimientos políticos me asustó.
Si bien me gusta la polémica y defender una opinión, cuando la bronca alcanza cierto nivel, teniendo en cuenta el poco valor de la victoria dialéctica, suelo desistir.
Desde ese experimento he continuado haciendo caso omiso a la prensa en líneas generales. Si que veo las portadas de menéame y los titulares de la prensa local a través de twitter, pero con ningún interés. Accidentes de tráfico, deportistas que consiguen marcas extraordinarias, información de eventos que de uno u otro modo me afectan y poco más.
Quiso la casualidad que durante esos 20 días dejase la antena del coche puesta en un autolavado y que la máquina me la arrancase de cuajo… no he comprado otra, por lo que en el coche no puedo escuchar emisoras de radio (Paso a memorias USB podcasts y música).
También durante ese periodo, tratando de obtener una rebaja en la factura de internet, televisión y teléfono, acordé con la compañía que no quería el paquete de televisión. El decodificador sigue bajo la tele, pero no se ven los canales.
Cuando lo contratamos retiramos el cable coaxial de tv normal para pasar el nuevo, de este modo ahora estoy sin televisión.
¿Conclusión? No me siento para nada desinformado y si un poco menos manipulado. Aún recuerdo la cuña de radio en la SER que decía que la diputación de León era la más transparente de España.
