La Mater no quiere quedarse solo en Roma
El fin de semana del 3 y 4 de diciembre comenzaría una experiencia que sin duda marcaría un mucho a la misión.
A las 10 de la mañana fuimos a retirar el auto para así partir a Sant’Angelo D’Alife, Caserta.
Sant’Angelo una pequeña ciudad cerca de Napoli, distante a 182 km a Roma aproximadamente.
El viaje que comenzaba cerca del medio día, con muchas ganas, una experiencia que prometía mucho, la comida ya estaba lista, esperaba solo a que lleguemos.
Luego de llegar y de comer fuimos a pasear por una de las montañas que tiene Sant’Angelo, en la cima tiene un castillo antiguo en ruinas. Aprovechamos este momento para distendernos un poco, respirar aire puro y salir de la rutina de Roma, esto nos ayudaría a poner nuestra cabeza, corazón y alma ya en el lugar, preparándonos así para nuestra tarea.
Pero.. ¿cómo llegamos a Sant’Angelo D’Alife y por qué fuimos?
En Sant’Angelo D’Alife tienen los príncipes Windisch-Graetz una casa, donde acostumbran a ir siempre, lugar donde sus hijos crecieron y esto hizo que sean personas muy queridas por todos ciudadanos.
Acontecimientos familiares hicieron que la familia noble se apegue cada día más a la Virgen de Schoenstatt, quienes a su vez se encargaron de trasmitir esa devoción a su querida ciudad de Sant’Angelo.
También conocieron al P. Ludovico Tedeschi, uno de los fundadores de Schoenstatt también aquí en Italia, persona a la cual le tenían muchísimo aprecio. El P. Ludovico acompañó mucho a la familia en momentos difíciles y su amistad fue determinante para que la familia crezca cada día más en su devoción a nuestra Madre Tres Veces Admirables.
Fue así que poco a poco la Mater se fue instalando en la pequeña ciudad, hasta que algunas familias decidieron formar parte de la Campaña del Rosario, hoy acompañados por la Hna. Ivonne, gran misionera que recorre todos los rincones de Italia donde se encuentra la Campaña.
Hoy Sant’Angelo cuenta con 30 peregrinas aproximadamente, cada una recorre 10 familias.
Mediante el P. Alfredo, gran amigo de la familia Windisch-Graetz, la familia noble supo la existencia de un grupo de jóvenes misioneros que estaban re-fundando el movimiento en Roma, a lo que hizo que nazca la hermosa idea de ir a Sant’Angelo, a compartir con las familias misioneras Schoenstatt, y de también poder conversar con los jóvenes, hacer encuentros. La idea era compartir nuestra experiencia a modo de testimoniar la participación de los jóvenes en la iglesia.
“Es fundamental que se hagan presentes y puedan compartir con los jóvenes, su ejemplo para nosotros es fundamental, hoy en día que los jóvenes participen de la acción católica es demasiado importante, y nos cuesta demasiado poder lograr eso. Estoy seguro que si les ven a ustedes y si comparten con ustedes, algo podemos conseguir que mejore”. Esas eran algunas palabras nos compartía una de las encargadas de la pastoral, una gran persona que nos acompañó mucho y nos acogió de gran manera en su ciudad de Sant’Angelo.
Fue así que preparamos entonces los encuentros, haríamos de manera dividida, los misioneros tendrían dos encuentros con los jóvenes, uno sábado por la tarde, continuado de una vigilia y otro el domingo de la mañana, continuado de la misa todos juntos. Y el P. Alfredo se juntaría con la familias de la misma manera.
El sábado a las 17:00 estaba planeado nuestro primero encuentro, donde nos juntamos con los jóvenes, chicos de 15 a 18 años en un pequeño salón.
Arrancó con un poco timidez el encuentro, que fue pasando luego de un simpático rompe hielo, donde posterior a eso enseguida Mauri tomaría la palabra para compartirnos un poco de su testimonio. Nos habló sobre todo de qué significa para él ser hoy católico, que significa ser una persona orgánica, y también les invitó a los jóvenes a hacerse cargo de la realidad. Les dejó un mensaje claro, “somos los jóvenes quienes tenemos que tomar las decisiones más grandes”.
Posterior a eso tomó la posesión de la palabra Martín, donde mediante un juego de preguntas y respuesta enseñó a los chicos que es un capital de gracia, y así pudimos comenzar a llenar el capitalario que habíamos preparado para el fin de semana.
Toda esa explicación y enseñanza venía muy de la mano de un regalo que teníamos preparado. ¡Un ánfora!, para que puedan aportar constantemente al capital de gracia, y cada 18 de octubre todo eso pueda ser traído a Roma para que sean quemadas, junto a las intenciones del Santuario Cor Ecclessiae.
Luego de la reunión pasamos una pequeña merienda para cambiar un poco el aire, distendernos y así poder pasar a una pequeña vigilia, donde delante a la peregrina, cada uno puedo reflexionar sobre que significa ser católico y cómo aportaba como joven a la iglesia, también rezamos por aquellas las preocupaciones que tenía cada uno y por las personas que cada uno tenia en el corazón. Luego cada uno depositaba en el ánfora y encendía una pequeña vela.
Al terminar la vigilia, donde participaron los jóvenes y algunos padres fuimos a comer una pizza todos juntos, actividad y experiencia de familia, una pizza de la zona de Napoli, de las mejores de todo el mundo lejos. ¡Una bomba, sin desperdicios! Así terminaba el primer día.
El domingo comenzaba temprano y con mucha alegría, ya estábamos reunidos nuevamente con los jóvenes en el mismo salón para cerrar nuestros encuentros. Esta vez tocó a Piero, quién ya se encuentra más incerto que cualquiera de nosotros, y a Roro el uso de la palabra. Posterior a una pequeña presentación de nuestros apostolados como JM en Paraguay, hablaron sobre qué significa ser misionero hoy en día, qué todos somos misioneros y que todos estamos llamados a ser misioneros, a jugárnosla donde nos toque estar, sea en el trabajo, en el colegio, acentuando la idea de ser personas orgánicas.
Cerramos el domingo con una misa donde participamos con todos los jóvenes, cara de felicidad de todas las catequistas viendo a sus jóvenes participar de la misa, junto a ellos animamos la misa, tanto en el coro como en el ofertorio.
¡Contentos Señor, contentos! Experiencia de Dios, la Mater se hizo presente y se duda alguna tiene de establecer en ese lugar, estamos convencidos que Ella obra a través de personas, y gracias nuevamente por usarnos como instrumentos.
Respiramos mucho Schoenstatt, fundamental para seguir cargando las pilas y no perder las fuerzas y la motivación.
Les dejamos un video final, resumiendo un poco lo que fue este fin de semana.