No, Viktor Orbán no ha censurado el musical ‘Billy Elliot’

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4 min readJun 22, 2018

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Cuando se parte del convencimiento absoluto de estar a favor del Bien y en contra del Mal, los hechos terminan perdiendo cualquier clase de relevancia. Incluso una institución como la Iglesia Católica sabe que nada bueno puede salir de eso, y para ello se dotó de la figura del advocatus diaboli, el ‘abogado del diablo’, cuyo deber era objetar, exigir pruebas y descubrir errores en toda la documentación aportada en el marco de los procesos de beatificación o santificación.

Hoy en día ese papel debería ser ocupado por los periodistas, que deberían alzarse como verificadores en los procesos de demomización impulsados por la turba de las redes sociales. Pero, ay, el ‘periodismo comprometido’ (el que está a favor del Bien, etcétera) parece poco comprometido con el periodismo.

Planteo esta reflexión porque varios medios nacionales se han hecho eco en las últimas horas de la decisión de suspender la representación del famoso musical ‘Billy Elliot’ en la Ópera Nacional de Hungría, donde estaba previsto que la obra estuviera en cartel hasta mediados del próximo mes de julio.

Pero ¿cuál ha podido ser el motivo de tal decisión? La edición española del Huffington Post, por ejemplo, se atreve con este titular: “La Ópera Nacional de Hungría suspende el musical Billy Elliot por ‘convertir’ a los niños en gays”. Debemos entender, por tanto, que el mismo organismo que programó la obra ha descubierto, de pronto, un inesperado e increíble efecto sobre los niños presentes en el público. Eso, o que nos encontraríamos ante un repentino acceso de ‘homofobia institucional’ por parte de la Ópera.

Pero una lectura más profunda del artículo deja muy claro que ninguna institución pública húngara ha acusado a ‘Billy Elliot’ de convertir en nada a nadie:

“El director de la Ópera, Szilveszter Ókovács, ha informado este jueves a los actores de la cancelación. “Se ha desarrollado una campaña negativa en la prensa en relación con la producción Billy Elliot que ha afectado a la venta de entradas, por lo que se cancelan las quince próximas representaciones””.

Dicha campaña, según leemos más adelante, fue lanzada por el Magyar Idök, “un diario cercano al Gobierno ultraconservador de Viktor Orbán”. Esa débil ‘evidencia’ ha bastado, claro, para que las redes ardan con toda clase de fake news en torno a la ‘censura’ y el ‘fascismo’ ejercidos por el gobierno Orbán, recientemente reelegido en las urnas. Una búsqueda rápida en Twitter depara sorpresas entre los entusiastas difusores de esta falsa noticia en particular.

Por ejemplo Berta Herrero, quien, siendo periodista y asesora del vicepresidente ‘popular’ del Parlamento Europeo Ramón Luis Valcárcel (recordemos, compañero de Orbán en el Partido Popular Europeo), se atrevía a afirmar que gracias a esta decisión Hungría había dejado “de ser una democracia”.

Otros, como el corresponsal de El Periódico Carles Planas, ha pedido que la UE “rompa relaciones” con un estado miembro, como si eso fuera posible:

Pero hay, como ya habrán sospechado, algo que falla en toda esta historia.

Ni exitosa campaña homófoba, ni posicionamiento del gobierno Orbán… ni suspensión de las representaciones de la obra

En primer lugar, el único medio húngaro que ha hecho campaña contra la obra de teatro ha sido el citado Magyar Idök, un diario -es cierto- pro-orbanista, pero también muy minoritario. Y, en Hungría, el diario progresista ‘444’ no parece encontrar creíble la excusa de que la suspensión de las representaciones se deba a la campaña negativa de dicho medio: “Parece bastante increíble, dado que la ‘campaña’ tuvo lugar en el Magyar Idök, [un periódico] que ninguna persona sobria leería voluntariamente”.

Actualización del 23/06/2018: La feroz “campaña homófoba” llevada a cabo por el Magyar Idök se limitó a la publicación de 3 artículos, el último de ellos con fecha del 6 de junio, y que sólo se compartió 562 veces en Facebook (y ninguna en Twitter).

Actualización del 23/06/2018

Además, el ánimo de convertir al Magyar Idök en portavoz (ya oficial, ya oficioso) del punto de vista del orbanismo en este asunto choca con el hecho de que el mencionado director de la Ópera, Szilveszter Ókovács, no es ningún “opositor al régimen”: en 2010, tras el retorno de Orbán al poder, Ókovács fue nombrado director del principal canal de la televisión húngara, Duna Televízió.

Recordemos, por último, que ‘Billy Elliot’ ha estado en cartelera en la Ópera durante las dos pasadas temporadas, con buenos resultados de público, sin que el gobierno húngaro haya mostrado ninguna disconformidad al respecto. Un descenso en el número de entrada vendidas podría deberse, sencillamente, a un agotamiento del público o bien al hecho de que esta temporada las representaciones no estén teniendo lugar en el bello e histórico edificio de la Ópera (en pleno proceso de restauración), sino en el moderno (ergo, estéticamente genérico) Teatro Erkel.

Con las evidencias disponibles, parece más lógico atribuir la decisión de la institución cultural a un mero criterio comercial… como demuestra el hecho de que se hayan echado atrás y, en el momento de escribir este texto, vuelva a estar disponible la compra de entradas de la obra para las próximas semanas. Eso sí, con una rebaja del 50% de su precio original.

Captura de pantalla del popular sitio web húngaro de venta de entradas Jegy.hu. 22/0672018 a las 15:05.

Actualización del 23/06/2018: Ayer viernes, tras haber publicado mi artículo, la Ópera de Hungría confirmó en su web que el musical seguiría representándose.

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