Urbanismo y política

Manuel Romero
5 min readFeb 1, 2022

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Todos tenemos claro que quiénes somos y dónde estamos son cuestiones fundamentales que determinan cómo actuamos políticamente, pero tenemos menos claro cuáles son los mecanismos que producen estas diferencias, en los cuales hemos ido indagando en los posts anteriores. Sabemos que algunas son claras, por ejemplo: los pobres votan menos que los ricos porque tienen menos recursos y son más indiferentes a la política, creen que todos los partidos son iguales y que no les van a defender. Sin embargo, también está el hecho de que en los pueblos se vota más que en las ciudades, y la cosa parece no estar tan clara.

Si nos paramos a pensar bien, ocurre lo contrario de lo que esperábamos con las personas pobres y ricas: el mundo rural, en término medio, es más pobre que las ciudades (aunque todos podemos pensar en municipios pequeños pero muy adinerados, como Torrelodones en Madrid o Valencina de la Concepción en Sevilla). Esto se puede ver en las barras rojas del gráfico de abajo ¿Cómo es posible? Aquí vamos a dar una explicación que tiene bastante recorrido, aunque sólo puede explicar de manera parcial el fenómeno, como cualquier explicación científica.

Dime de dónde vienes y te diré quién eres

Datos de la Encuesta Social Europea, ronda 9 (ESS9). Valores estandarizados.

En el gráfico también vemos que la barra verde oscura está más baja en las ciudades; esta representa la participación política convencional, en la que se incluye el voto, junto con otras actividades que están relacionadas con las instituciones (contactar con un político o ir a un mitin). La barra verde clara indica lo contrario, actividades no convencionales, que se hacen desafiando a las instituciones (ir a una manifestación, hacer huelga o recoger peticiones), y que vemos que son predominantes en las ciudades. Estos son dos maneras de participar en política muy diferentes, cuyos actores, intereses y objetivos son muchas veces contrarios. En el gráfico de abajo podemos ver cómo se demuestra esta diferencia estadísticamente.

Análisis de Componentes Principales de varias preguntas relacionadas con actividades políticas en la ESS9

Entonces, parece que hay formas diferentes de participar según dónde estemos ¿Por qué? Si reflexionamos un poco, en las ciudades parece que los ciudadanos son más individualistas, tienen relaciones más espontáneas y dependen menos de los demás para vivir su vida y avanzar en sus carreras profesionales. Además, también son más reivindicativos en lo que concierne a nuestros derechos y a la democracia y más escépticos con los responsables políticos. Esto no quiere decir que en el mundo rural no se produzcan reivindicaciones, pero ocurren con menor frecuencia y muchas veces dentro de las instituciones (por ejemplo, creando partidos políticos). Lo típico en los municipios más pequeños es depender, de una forma u otra, de contacto familiares o de conocidos, tener que seguir con más cuidado algunas normas sociales y tener unos valores relativamente más conservadores. Esto también tiene que ver con el problema de por qué votamos o jugamos a la lotería, ya que son eventos que no nos aportan nada individualmente por sí mismos, pero nos sentimos bien al participar en ellos porque cumplimos una norma social y somos valorados (o al menos, no sancionados, por la sociedad). Cuando la exigencia de esta norma disminuye, es normal que estas prácticas también lo hagan.

Todo esto crea un sentimiento de lo político distinto en ambos territorios, perciben la eficacia de las instituciones y de sus actividades de manera distinta: unos se centran más su capacidad personal para cambiar las cosas (eficacia política interna) y otros valoran más la capacidad del sistema en general y de la comunidad (eficacia política externa) a la hora de participar. No es difícil imaginarse que el primer tipo influirá más en las actividades no convencionales, más individualistas y urbanas, mientras que el segundo lo hará en actividades convencionales, más dependientes de la comunidad y el sistema político.

Azul: urbano; verde: rural. Predicción ajustada de las variables, controlando por sexo, nivel educativo, ingresos y edad. Datos estandarizados de la ESS9.

Como podemos ver, esto se cumple. En el mundo rural, la participación convencional es especialmente alta cuando la eficacia política externa es alta, mientras que en las ciudades el efecto se desacelera. Por otra parte, la participación no convencional crece más (la pendiente está más inclinada) cuando aumenta la eficacia interna en entornos urbanos que cuando lo hace en los rurales. Esto nos da una pista de por qué nos comportamos de manera distinta según el nivel de desarrollo o de densidad poblacional del lugar donde residamos: diferentes relaciones sociales darán como resultado diferentes percepciones sobre cómo funciona la política y sobre cómo podemos influir en ella, lo que, naturalmente, hará que nos comportemos de manera distinta.

Conclusión

Las diferencias analizadas aquí se conocen como clivaje urbano-rural, y nuestra explicación es una de las muchas maneras de abordarlo. Otra forma bastante interesante de enfocar este tema es ver cuál es el papel de los suburbios en la urbanización y cómo influye esto en la ideología, como hace el periodista Jorge Dioni López en La España de las piscinas. Las grandes diferencias que existen en nuestro país entre los núcleos urbanos, que concentran a la población y la actividad económica, y un conjunto de pequeños municipios, que cada vez importan menos, ya han comenzado a tener repercusiones políticas. Y, sin duda, estas serán más relevantes si no cambiamos la distribución geográfica y de movilidad en España en las próximas décadas.

PD. Este artículo es una versión breve de una ponencia presentada en las IV Jornadas de Investigación Social de la Universidad Complutense de Madrid en septiembre de 2021.

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Manuel Romero

Sociology and Political Science graduate, MSc in Data Science, interested in quantitative analysis of political behaviour, social values and inequality.