¿Por qué (casi) no hay Startups paraguayas de escala mundial?
Facebook factura millones de dólares en países como el nuestro. El dinero que las empresas paraguayas antes invertían en publicidad en medios locales, hoy se lo lleva Facebook a California.
Google, Twitter, Amazon y otros tantos proveedores de servicios globales hacen lo mismo: venden productos y servicios a empresas e individuos en Paraguay, reemplazando la competencia local, sin dejar un centavo en el país.
Sin embargo, no me viene a la mente una sola empresa paraguaya que haga lo inverso, que use Internet para servir a millones de personas en el mundo y traiga de vuelta el dinero al mercado local.
Hay algunas que sirven a cientas, a miles quizás, nos conocemos todos. Pero son la excepción y no la norma.
“Somos un país pequeño” dirán algunos, como si Israel o Estonia fueran Rusia. No es un problema de tamaño. Es un problema de mentalidad.
En los últimos meses, fui jurado del Startup Weekend Asunción, fui apoyo de consultas en InnovandoPY, y no escuché una sola idea, un solo emprendedor, que apunte al mercado global desde el día 1. Todos piensan únicamente en productos y servicios dirigidos a un mercado local pequeño y poco dinámico en comparación al global.
El emprendedor paraguayo se achica desde el vamos, no piensa que puede competir con el mundo y, como piensa que no puede hacerlo, tiene razón, no puede hacerlo.
Pretende usar Internet para llegar solamente al mercado local, muy a pesar de usar la palabra “Inter-net,” donde algo debe significar el “inter.” Si quieren, mejor creamos una “Para-net” y subimos allí todas nuestras ideas repetidas enfocadas a Paraguay.
Sería millonario si me dieran una moneda por cada vez que escuché “mi idea será como un Instagram, un Facebook… pero Paraguayo.”
¿A quién le importa que seas paraguayo o que apuntes solamente a este público? Tenemos la manía de pensar que al cliente le importa donde nació su proveedor o a quién va dirigido. Noticia de último momento: le importa un bledo. Quiere usar algo que le sirva y “de gusto usar.” Si lo hizo Marquitos Zuckerberg o tu primo le da igual.
¿Vamos a perder toda una generación de emprendedores tratando de resolver problemas ya resueltos en otras partes del mundo? ¿No vamos a aportar absolutamente nada nuevo al mundo? ¿Seremos meros consumidores y replicadores de innovación?
El mundo tiene demasiados problemas como para que hagamos otro Instagram más, y mucho peor, dirigido a un solo país.
No digo que no se pueda crear un negocio exitoso sólo para el mercado local, o que esté mal. Tampoco digo que no hayan ciertos productos y servicios que funcionen mejor si son adaptados a nuestro mercado. Clasipar es un ejemplo, tuvo una excelente facturación por varios años y finalmente se vendió en (un par de?) millones de dólares. Pero de nuevo, es la excepción y no la regla.
El punto central es que… la innovación que se crea en un garaje de California, también podría crearse en una habitación de Villa Morra.
Para eso, hay que despertarse: Paraguay ya no es una isla rodeada de tierra. Esta conectada al mundo a través de Internet. Todo lo que se hace afuera, llega instantáneamente a Paraguay.
Cuando se te ocurre una idea, un primer paso es buscar en Internet a ver a quién más se le ocurrió lo mismo en otra parte del mundo, cómo lo está haciendo y qué ventajas competitivas podrías agregarle para diferenciarte.
En algún momento tenemos que aprender que las ideas solas no valen gran cosa. Una idea la tiene cualquiera. Implementarla y ser el mejor del mundo es otra cosa.
Hacer lo mismo que otros, pero enfocado a Paraguay, rara vez puede diferenciarte, en muy pocos rubros y casos puede funcionar. Y si lo hace, tenés que considerar que si aún no se hizo acá, es muy probable que sea porque el mercado es demasiado pequeño y el margen no es suficiente para ese volumen.
Mejor que enfocarse en recalentar productos extranjeros para el mercado local, es sumarse a la competencia mundial, jugar de igual a igual, crear cosas mejores que las que ya existen, porque problemas por resolver en el mundo sobran y el mercado es enorme.
“Estoy haciendo una app de delivery de panchos… para Luque”
No quiero más escuchar ese tipo de ideas reducidas a 50 km cuadrados, como si no estuvieras usando un medio nativamente escalable. Quiero escuchar ideas paraguayas que solucionen problemas reales de escala mundial.
Eso implica también ponerse al nivel de la competencia mundial. Implica otro estandar de calidad, muy por encima del “con eso ya va andar.” Implica otro nivel de compromiso, muy por encima del “voy a tratar de aparecer.” Ahí es donde le fuerza a los perros.
En los últimos años aparecieron, por fin, actores que aportan al ecosistema, como la Senatics y Koga, con mentorías y premios que van de $4.200 a $10.000, que representa entre 4.200% y 10.000% más de lo que existía cuando yo mismo empecé como emprendedor.
Ya no hay excusas. Sobran las oportunidades. Hay que cambiar de mentalidad. Hay que hablar menos y hacer más, pero pensando en grande.
Sólo hace falta una conexión a Internet, una computadora, muchas horas de investigación y desarrollo… pero sobre todo, un hambre voraz por ser el mejor del mundo.
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