#NoVasASerPresidente. La ofensiva memera contra Horacio Rodríguez Larreta
No falla: cada vez que Horacio Rodríguez Larreta postea algo en su cuenta de Twitter aparecen usuarios que le responden con una simple consigna: “no vas a ser presidente”. A veces en forma de hashtag (#NoVasASerPresidente), a veces con otras variantes, pero siempre preservando el mismo vaticinio desalentador para el alcalde porteño.
Basta con observar la interacción en sus últimos tweets para comprobarlo. En estas publicaciones, el jefe de Gobierno habló de diversos temas: las elecciones en Río Negro, en Neuquén, en Mendoza y Chubut; las internas de Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires; nuevas normativas de tránsito en la Ciudad; la inflación; el tipo de cambio; la Ley de Alquileres y la aprobación de la “Ley Lucio” contra el maltrato infantil. A todas ellas varios usuarios responden con la consigna, en muchos casos también con imágenes meméticas. Si bien esta participación en rechazo del precandidato a presidente del PRO no es necesariamente dominante ni mayoritaria, sí demuestra ser persistente y organizada.
Querido Horacio
Una búsqueda en Get Day Trends (GDT) nos muestra que el hashtag #NoVasASerPresidente fue tendencia en Twitter Argentina en varias ocasiones durante los últimos 12 meses. El 11 de agosto de 2022 (en medio de una fuerte controversia en Juntos por el Cambio, desatada por declaraciones de Lilita Carrió), cuando llegó al tercer lugar, su rango más alto, las menciones a Larreta también fueron tendencia. La última vez ocurrió el 22 de febrero de este año, cuando lanzó su campaña presidencial a través de un spot. Como puede verse, el lema está fuertemente asociado a Horacio Rodríguez Larreta. Está dirigido a él.
En la participación de esta acción memética se forma una comunidad momentánea de detractores del precandidato que persiguen el efecto de socavar su ganabilidad. Después de todo, Larreta es, para la opinión pública, uno de los aspirantes al sillón de Rivadavia con más posibilidades.
Lógica del meme
Dado que el enunciado “no vas a ser presidente” y sus variantes suelen aparecer en respuesta a lo que Horacio Rodríguez Larreta comunica, podemos decir que cumple la función pragmática de ser una réplica o contestación, que se realiza de manera persistente, indiscriminada y automática. Argumentativamente, elude los temas específicos y argumentos del dirigente y lo ataca de forma ad hominem en sus aspiraciones presidencialistas con una predicción desalentadora y lacónica: “vos no vas a ser”.
A diferencia de otras memeificaciones de la política que realizan caracterizaciones de sus actores protagónicos, esta ocurre en la interacción con la figura misma que se busca satirizar o ridiculizar. Esto es un aspecto de sumo interés. Si bien no sería la primera vez que usuarios hostiles a un político comentan negativamente a sus publicaciones en redes, se trata de la organización general y no tanto de los comentarios específicos lo que define la eficacia de este meme. La caracterización de Larreta que se produce es un resultado general de sus múltiples iteraciones que, ciertamente, adquieren la forma de un hostigamiento, o una modalidad troll de contestación (los trolls son usuarios que participan en foros y espacios digitales con intenciones de provocar malestar o controversia). La repetición de la réplica en cada instancia de la comunicación del precandidato ayuda a caracterizarlo como alguien que insiste vanamente. En otras palabras, se lo construye a Larreta como un desesperado con aires de patetismo.
Al replicar a cada cosa que dice con la misma respuesta negativa, los usuarios que participan de esta acción logran, de algún modo, marcar el terreno, hacer una exhibición pública de su detracción al dirigente y mostrar los límites de su representatividad (es importante, como se verá a continuación, que estos usuarios son notoriamente macristas y/o libertarios, es decir, que se referencian en partidos y dirigentes que no son históricamente adversos a Horacio Rodríguez Larreta, como podrían ser el kirchnerismo, el peronismo o el progresismo de izquierda, quienes en su mayoría, presumiblemente, no siguen al candidato en Twitter).
En otros trabajos hemos definido que un aspecto central de la memeificación de un contenido en la redes sociales es el establecimiento –por lo general implícito– de una consigna de participación, es decir una serie de instrucciones tácitas para la intervención de más usuarios en la producción de nuevos contenidos e interacciones. En este caso la consigna de participación podría resumirse en que cada vez que Horacio Rodríguez Larreta postea algo, se le debe responder con alguna variación o aplicación del enunciado, ya sea en un tweet o en una imagen adjunta. Estas variaciones, especialmente las que recurren a piezas visuales y fotomontajes, usan de manera ocurrente otras memeificaciones tales como los octógonos negros del etiquetado frontal de alimentos, las placas de Infobae o el personaje memético Flork of Cows.
La caracterización patética de desesperación mencionada anteriormente es acentuada por otras piezas visuales que reproducen el lema y que sitúan a Larreta en situaciones como las que se ven a continuación, donde consulta a una adivina (conocimiento del futuro) o a su líder político, el ex presidente Mauricio Macri (decisión del futuro).
Se lo dice Macri
Las aplicaciones de este meme a piezas visuales donde aparece el ex presidente merecen una mención particular, ya que son varias. A pesar de que la imagen anterior es bastante recurrente, la mayoría de las piezas que muestran a Larreta siendo aleccionado por Macri se montan sobre otra serie de fotos que datan de diciembre de 2021, del reportero gráfico Franco Fafasuli.
En estas iteraciones visuales del meme se ficcionalizan conversaciones entre Larreta y Mauricio Macri, fundador y líder del PRO, en las que éste enuncia la frase como remate de cada chiste. En piezas como la primera de esta última tanda se referencia explícitamente un hecho de coyuntura de su momento: las diferencias de criterios entre ambos dirigentes respecto al candidato a jefe de Gobierno en Ciudad de Buenos Aires y la modalidad de la votación. Este episodio supuso un verdadero hito en la interna del PRO, especialmente para el ala antilarretista, comúnmente percibida como “macrismo duro”, a partir del cual escalaron las agresiones contra el jefe de Gobierno (que ya tenían lugar desde mucho antes).
La proliferación de piezas que exaltan la figura y liderazgo de Macri explicita el encuadramiento “macrista duro” de muchos usuarios que participan de esta tendencia con sus réplicas al alcalde. En estas imágenes, Macri recibe una caracterización opuesta y complementaria a la de Rodríguez Larreta. El primero tiene autoridad, decisión y capacidad de liderazgo; todo aquello de lo cual carecería el segundo. Varios elementos visuales de la foto original pueden favorecer esta contraposición de carácteres: el tipo de plano que lo muestra a Macri superior (que incluso se inclina para hablar), la corporalidad encorvada de Larreta y su estilo más desaliñado (barba de pocos días y una camiseta) contra la postura erguida de Macri y su vestimenta más ejecutiva (aunque hay que admitir que está inusualmente despeinado en las fotos). También es llamativa la direccionalidad de las miradas de ambos: mientras que Macri puede sostenerle la mirada a Larreta, este mira fuera de plano. Ese elemento colabora también con la caracterización verosímil de un dirigente más decidido y frontal (el que mira: Macri) y la de otro indeciso y huidizo (el que no mira: Larreta). Uno que alecciona, que reta y otro que recibe el reto con cierta humillación. La polisemia de las imágenes fue algo que el gran Roland Barthes reconoció muchísimos años antes de que los memes la explotaran de este modo. No se trata de cualidades inherentes que se expresan en la posición corporal, dirección de la mirada o vestimenta de los sujetos retratados (como sugieren a veces ciertos “especialistas” de la comunicación no verbal) sino de rasgos pictóricos que se vuelven insumos para una narración verosímil sobre estos personajes. Pareciera como si Macri lo retara, entonces así se lo presenta. Semióticamente hablando, diremos que se presenta como indicios lo que son meros íconos. Gran parte del efecto que los memes tienen en la conversación política se basa en esta “trampa”.
La invocación de Macri como figura de autoridad que alecciona a Larreta, por parte de muchos usuarios que comparten estas imágenes, exhibe su alineamiento político en la interna del PRO como la de macristas duros que, por lo general, correlaciona con un apoyo más marcado a la que va a ser la competidora interna de Larreta, Patricia Bullrich. Sin embargo, la ex ministra de seguridad no está muy presente en las piezas e iteraciones del meme. Se apela más bien al rol interno de Macri como selector, ordenador y líder del espacio político. La caracterización de “traidor” en muchas iteraciones del meme y comentarios dirigidos a Larreta se sirven de ese reconocimiento de la figura de Macri. El lema “no vas a ser presidente” se esgrime, así, como sanción de los electores al candidato.
Se lo dice Milei
Algo distinto ocurre con la figura de Javier Milei (diputado nacional por La Libertad Avanza y precandidato a presidente), si bien su presencia es considerablemente menor a la de Macri, al menos en apariencia. A continuación se ve la iteración del meme en una foto donde un Milei con anteojos (signo de intelectualidad que acentúa su faceta de docente y divulgador económico) mira a cámara como enunciando la sentencia lapidaria. En este caso, lo que se sugiere no es, como con Macri, una idea de autoridad y liderazgo institucionales sino la de una superioridad electoral (percibida) en el candidato de La Libertad Avanza. El razonamiento implícito es “Larreta no va a ser presidente porque el que va a ganar es Milei”.
El propio Milei –quien, como es sabido, tiene una gran cercanía con lo que pasa en redes sociales y posiblemente posea la más organizada y eficiente militancia digital hasta ahora (ver esta nota de Juan Ruocco)– utilizó el lema en una entrevista en el programa a A dos voces del canal Todo Noticias (TN) en octubre del año pasado en referencia a una sesión del Congreso en la que se votó un nuevo impuesto a pasajes aéreos, destinado a financiar a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Diputados de Juntos por el Cambio criticaron a Javier Milei porque él y legisladores de su bloque se ausentaron de la votación (cosa que también hicieron diputados de Juntos por el Cambio), que terminó siendo favorable al proyecto de ley. En la entrevista con Bonelli y Alfano, Milei se defendió de las acusaciones, especialmente de Horacio Rodríguez Larreta, quien había tuiteado lamentándose sobre la aprobación del impuesto. “Pobre hombre” dijo. “Debe estar tan desesperado ya que sabe que no va a ser presidente, entonces dispara con este tipo de cuestiones. Pobrecito, me da pena.”
Es notable que en la declaración de Milei aparece, no solamente el lema “no va a ser presidente” sino también la caracterización patética del jefe de Gobierno que suele acompañarlo en sus diversas iteraciones meméticas (“desesperado”, “pobrecito”, “da pena”). “No va a ser presidente” es un enunciado que sugiere mucho más que un destino electoralmente adverso sino una cualidad de ingenuidad, que linda la idiotez. El discurso de Milei aporta más claridad sobre la caracterización común del jefe de Gobierno en este meme que las declaraciones que pueda hacer Macri (moderadas siempre, hasta cierto punto, por censuras comunes de la política profesionalizada), aún cuando este está más representado en su propagación. Se podría decir que Milei expresa una racionalidad más cercana a la de los usuarios que se manifiestan en redes. Aunque Macri es un personaje más común en la propagación de este meme, Milei es más representativo ya que es el candidato que puede, efectivamente, hacerse eco de los argumentos que este evoca.
A través de Milei, un actor de la política (como se dijo: es diputado nacional y candidato a presidente), en su aparición en un canal de televisión, el lema memético muestra lo que el investigador Mario Carlón llamaría una “circulación ascendente”: pasa de las redes sociales a los medios históricos, de la base electoral al candidato, del runrún digital al discurso político.
Reconfiguración de la demanda
Más adelante, en la misma entrevista, Alfano consulta a Milei sobre sus simpatías con Mauricio Macri:
— Usted lo critica a Larreta pero no a Macri. ¿Usted simpatiza con Macri?
— Bueno, es muy satisfactorio lo que está pasando con Macri. Digo, porque yo estoy viendo sus discursos, lo veo más aguerrido. Es más, hay cosas que si yo las hago me las cuestionan los de Juntos por el Cambio pero parece que a Macri no. Pero su discurso, la verdad que ha tenido una mejora sustancial.
Bonelli pregunta:
— ¿Se acercó a usted, a sus ideas?
— Bueno, digo, quizás esos zooms que hicimos con Alberto Benegas Lynch le hayan servido para ver por dónde es el camino. La solución es liberal. No soluciones que, digamos, como el ala blanda que quiere ir a la izquierda de lo que fue el primer gobierno de Macri, que fue espantoso. Digo, porque él quiere buscar un segundo lo dije así. Y que además son los que nos trajeron al kirchnerismo. El ala blanda de Juntos por el Cambio es la llave para que vuelva el kirchnerismo y que Máximo Kirchner sea presidente en el 2027.
El valor de ser “aguerrido” y el haber tomado contacto con las ideas liberales aparecen invocados como lo que redime a Macri de lo que fue su gobierno, expresión que sigue vigente –de acuerdo a Milei– en Rodríguez Larreta y que es favorable a que eventualmente el kirchnerismo vuelva al poder como pasó en 2019. Milei se hace eco de la frase memética en un discurso donde, asumiendo el rol de facto de arbitrar la interna de Juntos por el Cambio, clausura la opción que encarna Larreta (más dialoguista, cercana al radicalismo y a ciertos sectores del peronismo).
Siguiendo todo lo anterior podemos leer la circulación de este meme en el contexto de una reconfiguración (en proceso) de la demanda y base electoral del PRO (y en cierta medida de Juntos por el Cambio), en la que Milei (un outsider de esa fuerza política) funciona como una suerte de árbitro moral. La ganabilidad está ligada por el valor de intransigencia que tanto electores como dirigentes enarbolan en detrimento del consensualismo de Rodríguez Larreta. La campaña de hostigamiento en su contra es una forma de fijar esa posición ante quienes siguen al jefe de Gobierno, socavar su percepción de ganabilidad y, eventualmente, desalentar su intención de voto. O al menos, ese es el efecto que presumiblemente busca el colectivo que se organiza a través de esa participación. Un colectivo altamente ideologizado, muy activo en redes sociales y que muestra en el nivel de la recepción un desfase importante con respecto a la identidad y valores partidarios, tanto del PRO en particular (que Larreta intenta sostener: dialoguismo, pragmatismo desideologizado, etc.) como de Juntos por el Cambio. La oferta política, todavía en gran medida constituída por alianzas y acuerdos de 2015 y 2019, no satisface a la nueva demanda. Esto pasa en Juntos por el Cambio y pasa también (con otros actores y elementos) en el Frente de Todos. De ahí el problema de representatividad que atraviesa el sistema político argentino.
Contra la pura oferta
El caso de estudio, que para esta altura del desarrollo ya excede un poco la mera cuestión de los memes y la actividad en redes, muestra justamente cómo estos fenómenos que se producen en la horizontalidad de los intercambios discursivos digitales pueden ser retomados por la política. Ascienden hacia las instituciones y los medios y retroalimentan el proceso. Hablamos de una suerte de fluidez entre la demanda y la oferta política, entre la recepción y la emisión del discurso. Ese modelo de fluidez con el que el macrismo duro y el libertarismo se reconfiguran, tanto en el nivel de los electores como en el de la dirigencia, muestran un contraste fuerte con el modelo más rígido del larretismo. Muchas veces se ha dicho –y con razón– que Horacio Rodríguez Larreta es uno de los dirigentes que ha mostrado, en su comunicación, mayor permeabilidad para con los nuevos formatos digitales. Incorporó TikTok a su comunicación antes que muchos otros. Su comunicación en redes es prolija, sistemática y recurrente. Sin embargo es una utilización de las redes solo en su capacidad de emisión, donde lo que se replica es una estructura comunicacional de tipo broadcasting (de uno a muchos, sin interacción). Como señala José Luis Fernández, broadcasting y networking no están necesariamente ligados a viejos y nuevos medios. Hay mucho más funcionamiento de redes en Milei vociferando el lema “no va a ser presidente” en el estudio de TN que en un reel de Instagram de Larreta contando su plan para combatir la inflación. Porque justamente, no se trata de lo que el candidato o la figura puede hacer por sí solo, de que funcione como un emisor potente de mensajes, sino de que pueda insertarse en la red de intercambios y fijar en ella un lugar dominante.
Podríamos decir que Horacio Rodríguez Larreta es un candidato de la “pura oferta” y la “pura emisión”. Su cargo, su “portfolio de gestión” y también probablemente su visión de la política lo llevan a replicar modelos de la comunicación institucional, de arriba a abajo, del gobierno a la ciudadanía, del emisor a los receptores. ¿Puede el larretismo, si es que eso existe (y debería existir, en cualquiera que quiera ser presidente) relegar solo en eso? Del otro lado, haciendo fuerza de la debilidad, se organiza una ofensiva en red en su contra. Algo más propio de la comunicación contemporánea, que muestra una capacidad de movilizar las voluntades individuales, la participación y construir nuevos colectivos de identificación que, como muestra este caso, están desfasados de la identificación estrictamente partidaria, son trasnpartidarios. Que sí, son probablemente minoritarios, que sí, se dan mayormente en Twitter (en Instagram, por ejemplo, el hashtag tiene muy poca presencia justamente porque es una red donde se pueden borrar y ocultar comentarios, es decir “curar” la recepción), que se organizan sobre principios e ideas de dudosa calidad democrática y todo lo que ya sabemos. Pero que muestran algo que el larretismo no visibiliza, que es representatividad. Un hilo común de ideas y pasiones entre la ciudadanía y su dirigencia. No es que no haya expresiones de larretismo en redes, pero son dispersas, no están sloganizadas como el discurso político. No llegan a ser tendencia ni a copar esa vidriera pública de las redes sociales. Que no, no es la única ni definirá por sí sola una elección, pero que es sin duda y cada vez más una parte importante del tablero.
Lecturas de referencia
BARTHES, Roland (1986). “Retórica de la imagen”. Lo obvio y lo obtuso. Madrid: Paidós.
CANEDO, Nicolás; URBANITSCH, Verónica. (2017). “Humor político en las redes sociales: ¿nuevas mediatizaciones de la conversación política?” en Actas de las IX Jornadas de Jóvenes Investigadores del Instituto de Investigaciones Gino Germani. Buenos Aires: Instituto de investigaciones Gino Germani — Facultad de Ciencias Sociales — UBA.
CANEDO, Nicolás; URBANITSCH, Verónica (2023). “Desde y hacia la política. Los memes de Internet en la nueva circulación de sentido sobre lo público” (en prensa)
CARLÓN, Mario (2020). Circulación del sentido y construcción de colectivos en una sociedad hipermediatizada. San Luis: Nueva Editorial Universitaria-UNSL.
FERNÁNDEZ, José Luis (2021). Vidas mediáticas: entre lo masivo y lo individual. La Crujía.
RUOCCO, Juan (2022). “La anomalía Milei. De cómo un economista con un raro peinado nuevo puede llegar a reconfigurar la política argentina”. Realjuanruocco.substack.com
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