NoLegalTech #Día 10 / proyectos zombies
Descubrimos el concepto de “Proyecto Zombie” por casualidad, leyendo este post de Homo Mínimus. De pronto una revelación acudió a nuestras cabezas, porque fue leer el post y se hizo la luz. ¿Qué son los proyectos zombies? Aquellos proyectos que ya están muertos, pero que tú aún no lo sabes (y con toda probabilidad ellos tampoco). Son esas pequeñas ideas que van ocupando tiempo y espacio en tu mente, colonizan tu agenda y por mucho que te esfuerces nunca acaban de eclosionar. O quizá no te esfuerzas lo más mínimo, porque en realidad nunca fueron una prioridad ni para ti ni para tu empresa. Y eso es un problema.
Nuestra filosofía durante este último año ha sido la de hacer cosas. En general. La Guía Legal de Youtube, el Congreso Legaltech en Donosti, el proyecto CAROL, XantarDev, hackatones y hackatiños, programación, nuevos formatos y temas para las charlas, nuevas plataformas sociales, desarrollos, experimentos varios. Bajo esta premisa, mucha gente se nos ha ido acercando con la excusa de “hacer cosas”, y si nos interesaba lo suficiente decíamos que sí, y con el paso del tiempo las “ideas para hacer cosas” se iban convirtiendo en pequeños zombies que rondaban nuestras vidas, e iban chupando tiempo y energía de NoLegalTech. La gente los llama proyectos, planes o colaboraciones, pero por nuestra experiencia real a estos P.Z. (Proyectos Zombies) hay que descubrirlos cuanto antes, y exorcizarlos asap. Los dividiríamos en dos grandes categorías:
- “Tengo una idea para un evento/trabajo/proyecto que organizamos en grupo” y al final esa idea se queda en reuniones sin sentido, tareas de última hora, gente como pollo sin cabeza corriendo de un lado a otro y sin entender muy bien qué debe hacer. Parece que nadie se compromete lo suficiente para que arranque el proyecto, porque todos están demasiado ocupados con sus trabajos/vidas/cualquier otra cosa, y te acaban quitando las ganas de vivir.
- “Tengo una idea de negocio para mí, y como es super guay quiero que tú hagas esto (y esto y esto y también esto) sin cobrar y luego tan amigos”, y ocurre que primero suelen presentarte la idea como algo genial, explicándote con todo lujo de detalles qué puedes aportar tú al proyecto (ojo, no lo que el proyecto va a ganar con tus aportaciones) y al final te dicen que no hay dinero pero qué bien poder contar contigo. Y te quedas con cara de circunstancias.
La segunda me parece el zombie más sádico, porque el 90% de la gente a la que le ocurren estas situaciones se ve de alguna manera obligado a comprometerse con algo que no quiere. Cuesta mucho decir que no, o incluso plantear que el proyecto es genial pero que no quieres hacerlo sin cobrar porque tú vives de eso. Estos zombies los gestan habitualmente otras empresas e incluso instituciones públicas, que les encanta ponerse medallitas a costa del trabajo de los demás. Incluso aunque la idea te entusiasme, por el camino acabas preguntándote qué haces ahí metido, con la de cosas que tienes que hacer.
Cuesta decir que no, al menos al inicio. Las primeras tres o cuatro veces quizá, pero después coges carrerilla y da hasta gustito. Es más sencillo si eres sincero (no quiero hacerlo) y no das excusas, porque la gente debe entender que tu tiempo vale lo mismo que el suyo. Si te apetece y quieres hacerlo, comprueba que no se trata de ningún zombie y pon los medios a tu alcance para que ese proyecto salga adelante, pero a la primera señal de que quiere comerse tu cerebro, sal por patas.
A nosotros ahora mismo lo que nos cuesta es decir que sí. Desde que empezamos con esta locura nos hemos vuelto mucho más celosos de nuestro tiempo, y aunque al principio nos costaba un poco es absolutamente prioritario que, si te ves en medio de un holocausto zombie, recuperes el control de la agenda y vuelvas a poner el foco en el negocio.