Los Acueductos de la Malintzin

Norbert Francis & María Francisca Magdalena Arce Arce (2023)

Norbert Francis
7 min readSep 2, 2023

En 1519, Malintzin (doña Marina) llegó a Tlaxcala junto con los destacamentos españoles y totonacos para negociar una alianza con el tlatoani Xicohtencatl el Viejo. En 1531 se funda la ciudad de Puebla, en 1534, Huamantla, diez años después de la llegada a Nueva España de los primeros doce franciscanos. Eran años muy difíciles. Al mismo tiempo, y tal vez de manera contradictoria, eran los años del inicio de grandes obras de construcción. El siglo XVI formó parte de una época de nuevos proyectos de infraestructura que hoy nos presenta con datos importantes sobre el origen de las comunidades ubicadas en la periferia de las ciudades. Nos enfocamos en una en particular: San Miguel Canoa, Puebla.

En el presente informe de trabajo le damos seguimiento a una investigación sobre las obras hidráulicas de la época colonial en Puebla y Tlaxcala, en las laderas de la Matlalcuéyatl (Malintzin, Malintzi, Malinche). Se tratan de proyectos que requirieron la movilización de contingentes de trabajadores, para ellos, muchas veces, en nuevas estancias por varios años. En el caso de los acueductos, su trazo posiblemente indica algo sobre la migración y la fundación de nuevos asentamientos que posiblemente no existían durante la época pre-colonial. Al mismo tiempo, los canales y las otras conexiones proporcionan información sobre las relaciones sociales, culturales y económicas entre ciudades, pueblos y pequeñas aldeas.

En el primer informe, nos enfocamos sobre los magníficos vestigios de una obra, u obras, ubicadas en el Parque Nacional La Malinche y cerca de la Sección Décima de San Miguel Canoa (ver el enlace Matlalcuéyatl).

Primer tramo del antiguo acueducto

Como mencionamos en el primer informe, la tradición oral de San Miguel Canoa hace referencia a la posible participación del ingeniero y franciscano Sebastián de Aparicio (1502–1600) en la construcción de este acueducto.(1) Posiblemente nunca damos con la evidencia que la indique. En las fuentes históricas, no hemos podido encontrar una referencia específica al respecto. Sin embargo, tomando en cuenta la mención, por Arled Jarillo,(2) del trabajo de los franciscanos en una “obra gemela,” en la misma Matlalcuéyatl, durante los años finales del siglo XVI, sí podemos proponer la hipótesis de que terminaron las dos obras durante la misma época. Además, podemos suponer, provisionalmente, que fueran los mismos franciscanos que supervisaron las dos. A primera vista, nos da la impresión de que el acueducto que abastecía a Huamantla, mencionado por Jarillo, fue construido como parte de un mismo gran proyecto hidráulico. La evidencia sugiere que dieron término al proyecto durante los años del siglo XVI.

Restos de acueducto cerca de Ixtenco. Surtió agua a la ciudad de Huamantla durante los primeros años de la Colonia

La estimación de Jarillo (siglo XVI) coincide, por cierto, con la fecha en la inscripción que se aprecia dentro de uno de los arcos en Xaxalpan, en el parque nacional, cerca de la Sección Décima de San Miguel Canoa (3).

Sebastián de Aparicio — Año Santo 1567

En nuestro primer informe, quedaron como pendiente dos preguntas. ¿De dónde venía el acueducto de San Miguel Canoa, su punto de origen en la montaña, y hasta dónde se conducía? Luego, en días recientes, nos llegó nueva información. La compañera del proyecto, doña Angela Márquez, sabía de un tramo que estuvo más o menos intacto cuando era niña (c. 1940), y nos enseñó uno de los vestigios, posiblemente el único que queda a la vista hoy en día en esta sección del pueblo. Se ubica cerca del límite de San Miguel Canoa, aproximadamente a 160 metros al suroeste del Panteón de los Remedios.

Doña Angela nos lleva al sitio del segundo tramo
Indica las dimensiones aproximadas del canal

Resulta que la existencia del valioso artefacto es de amplio conocimiento entre los vecinos. Entrevistas con los residentes (quienes reportaron la memoria de sus abuelos y bisabuelos) confirmaron la versión de doña Angela. En efecto (según los testimonios), el acueducto intacto se extendía desde el bosque, pasando por la plaza central, cuesta abajo, hacia el antiguo convento donde hoy en día se encuentra la Parroquia de Nuestra Señora del Destierro (una distancia de siete kilómetros). Sobrevivieron dos tramos, vestigios de la obra original, uno entrando a San Miguel Canoa por el barrio más alto, y el otro saliendo, hacia San Sebastián de Aparicio.

A la vista, son (sin sorprendernos) de materiales rocosos diferentes. Pero por lógica, debemos proponer que los dos tramos formaban parte del mismo sistema.(4)

Urge un trabajo de fechamiento para comprobar esta relación de continuidad y para aportar información sobre la historia de la comunidad — su origen, en primer lugar. Sale sobrando decirlo: es de suma importancia que la comunidad tome las medidas para preservar esta valiosa herencia histórica, patrimonio de la nación.

Desde el punto de vista de la investigación lingüística, nos puede aportar datos acerca de la relación entre las diferentes variantes del náhuatl que se hablan en la región en la actualidad. ¿Cuánta variación había dentro del náhuatl central, antes y después del contacto con el español en el siglo XVI? ¿Cómo ha evolucionado la lengua durante los quinientos años de interacción entre las diferentes culturas del país? Atentamente, pedimos a los residentes de San Miguel Canoa y los pueblos vecinos, y a los investigadores que han estudiado la historia de Puebla y Tlaxcala, cualquier referencia, informe u observación que arroje luz sobre nuestras preguntas.

Notas

(1) Paula Carrizosa. Vecinos de Canoa dan cuenta de la existencia de un acueducto de más de cuatro siglos de antigüedad, La Jornada del Oriente, febrero 8, 2018.

(2) Arled Jarillo. Abasteció la Malinche con agua rodada a la ciudad de Huamantla. El Sol de Tlaxcala. “[El] sistema de acueductos…abasteció a [la] ciudad desde el siglo XVI…Ixtenco y Soltepec también se abastecían de este sistema hidráulico. En la comunidad de Los Pillares todavía se encuentran vestigios de las canoas que distribuían agua hacia esos lugares…En algunos campos de cultivo puede mirarse la tubería de mampostería por la cual corría el fluido y que ahora, en su mayoría, se encuentran en desuso, invadidos por la flora del lugar. Ya en la ciudad, se ideó un sistema de distribución integrado por enormes fuentes, aljibes, pilancones y conchas, estas últimas ubicadas en varias esquinas de la población…”

Antiguo canal en Huamantla

(3) Notamos el uso del término “canoas” en el artículo de Arled Jarillo. Viene al caso la pregunta: si tal vez el nombre de San Miguel Canoa hace referencia al santo “San Miguel” y a una “canoa” (canal), o unas “canoas” (canales).

Gonzalo Carrillo Vivas (1993) en Crónica de Puebla: reseña monográfica de las juntas auxiliares del Municipio de Puebla, escribe acerca de una población prehispánica de filiación nahua-chichimeca, dependiente del señorío de Cholula. De su nombre original, Acallantepec [En el monte de las canoas], se derivó, después de la Conquista, San Miguel de las Canoas del Monte (citado en: Pablo Rogelio Navarrete Gómez (2015), Cuentos náhuatl de la Malintzin).

(4) Recomendamos el estudio de Ismael Arturo Montero García, Matlalcueye: El volcán del alma tlaxcalteca, Secretaría de Educación Pública de Tlaxcala (2012) por el examen del tema de la afluencia de las aguas subterráneas. “Por todas las vertientes de la Matlalcueye encontramos obras antiguas y modernas que incorporan muros, caños, cajas de agua y represas, de tal suerte que hoy en día ya no encontramos afluentes naturales” que extraen el agua de los manantiales…[Además] la reducción de la capa vegetal del bosque que absorbía las precipitaciones pluviales ha traído como consecuencia que muchos manantiales se hayan secado y la corriente de los arroyos sólo se presente en la temporada de lluvias; esta agua corre…sobre la tierra desnuda arrastrando el suelo” (p. 18). Tomamos nota del importante problema de la desforestación (uno de los temas centrales del libro) que debemos retomar en otro momento.

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En la foto de la ofrenda, la leyenda reza: “Peregrinos de San Pablo Zitlaltepec traemos esta ofrenda a nuestra montaña La Malinche para que este hermoso manantial nos siga dando agua para beber y a San Sebastián Mártir. Pedirle que lo sigue cuidando” (foto tomada por Maribel Saldaña el 19 enero, 2020): “La mañana de este domingo…feligreses y habitantes subieron a la montaña donde nace el ducto del agua rodada para colocarle una ofrenda…”

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Foto del acueducto a Huamantla — tomada por Jesús Bermúdez R. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Acueducto_en_la_Malinche.jpg

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