Reseña especulativa

Olivia Teroba
5 min readSep 25, 2022

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Registro de los naipes de ópalo tomado furtivamente de una reunión de la SAPENO

Hola,

Quiero contarte que soñé con un libro. Lo tenía en mis manos y se llamaba La canción detrás de todas las cosas. La autora, Gabriela Damián Miravete. Estaba compuesto de cuentos, breves historias donde la naturaleza se desplegaba en toda su complejidad. Era un libro donde las piedras hablaban, y donde había personas que podían escucharlas. Un libro donde a un lado de pirámides egipcias aparecían gatos que viajaban en el tiempo. Donde una nieta lograba hablar con su abuela gracias a una inteligencia artificial que emulaba su voz. Donde las madres contaban a sus hijos que en el pueblo había gente lobo que toma baños de luna. Un libro donde la tierra temblaba y cantaba. Donde el viento hacía música.

La sensación al leerlo era cálida, confortable, pero a la vez formulaba cuestionamientos sobre nuestra forma de habitar el mundo. Aquellas historias no dejaban de hablar del daño o el dolor, pero de algún modo lo hacían desde la ternura.

Cuando desperté, busqué por internet el nombre de la autora. Encontré algunos cuentos suyos, aunque ninguno estaba entre los que había soñado.

Gabriela Damián es una narradora cuya escritura es imposible de olvidar una vez leída. Como prueba, «Soñarán en el jardín», ganador del James Tiptree Jr. Award. Ella escribe con paciencia y pericia, con la claridad de quién sabe hacia donde va su historia y por qué.

Tengo que explicarte lo que pasa con mis sueños. Desde hace varios años la vigilia y el estado inconsciente se entremezclan con facilidad. No te preocupes, lo tengo todo bajo control. Todo empezó cuando trabajé en una monitoría de medios donde teníamos que pasar la noche en vela para transcribir las noticias del otro lado del mundo y hacer con ellas un boletín para que los diarios las replicaran en este país. Entonces aprendí a dormir de a ratos, en intervalos de hora y media, para pasar tres horas despierta y después volver a dormirme. Eso me permitió encontrar un hilo de continuidad entre mi vigilia, el sueño, y los sucesos a futuro inmediato. Empecé a tener premoniciones.

No estoy bromeando. El futuro es algo que tenemos al alcance de la mano, piénsalo con atención. Cuando hacemos planes para dentro de unas horas, ¿hay alguna diferencia entre lo que pensamos hacer y la acción misma?

Pero ese asunto no importa. Lo importante es que aquel libro que soñé va a existir muy pronto y que te cuente sobre él porque de alguna forma ya está empezando a existir y tú puedes encontrarlo también en tus propios sueños.

Será (es) un libro infinito. Como las historias que contaba Scherezade. Porque su mecanismo está basado en la escucha. Y si nos detenemos a oír el mundo, las historias posibles son infinitas.

Te cuento otras cosas que encontré por internet. Gabriela Damián, en este libro, escucha algo en particular: los naipes de ópalo. Un descubrimiento geólogico reciente. Se encontraron en la cueva Sueño de Enero, en Yucatán, en 1979. Te adjunto una imagen, fue la mejor resolución que encontré. De esas piedras luminiscentes es que ella recupera aquellas historias. Y lo hace mediante ciertas directrices, establecidas por la Sociedad Anónima para la Preservación y el Estudio de los Naipes de Ópalo, a saber:

Cuestionar el extractivismo como sistema, promover el conocimiento de la vida (y no vida) en la Tierra, considerar la escucha como principio rector, adquirir conciencia del tiempo geológico, aceptar la posibilidad de que la realidad sea permeable, múltiple, simultánea, asombrosa.

Creo que lo que hace Damián expande la idea de libro. No es solamente el objeto, ni el momento de lectura. Implica una declaración de principios, hacer de la narrativa una práctica ecológica, es decir, una toma de conciencia sobre el lugar que habitamos. Lo hace a través de la ficción, lo cual también es una declaratoria sobre la manera de entender las historias, su forma de transformar la realidad, cuestionarla.

Algo que me parece crucial de todo libro es la intención. Creo que ya te había contado de esto, ¿verdad? Perdona si me repito. Las premoniciones traen consigo una confusión leve, cotidiana, donde la reiteración es inevitable. Aunque te he de decir: me gusta la idea de repetirme, siento que le da solidez a los hechos, ante lo evanescente de su temporalidad.

Te decía que la intención de un libro, para mí, es la motivación de quien escribe, el fuego que impulsa desde dentro toda escritura. Como todo fuego, puede tener tamaños distintos. Puede ser una llama alta que enciende con su calidez las palabras que la componen, tan incendiaria que alcanza a alumbrar a los ojos que la leen, aunque esa lectura ocurra años o siglos después de realizada la escritura. También puede ser una llama intermitente, apagada por las dudas y el miedo. O un fuego inexistente, la madera verde negándose a sacar el primer chispazo. Eso pasa muy seguido con los textos por encargo, como las composiciones que te piden realizar en la escuela.

En el caso de este libro, la intención es evidente en su planteamiento y temática, pero además, en el cuidado de la prosa. Alguien me dijo, en alguno de tantos sueños que he tenido, que la escritura de La canción detrás de todas las cosas le tomó diez años a su autora. Imagínate: diez años de escucha, escritura, borradura, más escucha, escritura otra vez. Es un privilegio ser testigos de la materialización de un fuego así, de historias que crepitan y seguirán encendidas por mucho tiempo.

El libro saldrá en Odo Ediciones. ¿Conoces a Odo? Es la anarquista cuyas ideas siguieron los habitantes de Anarres para liberarse de la tiranía capitalista, en el año 2100, aproximadamente. Te lo digo en pasado, pero puede ser futuro, ya sabes, perdóname. Puedes encontrar esta historia futura contada con más claridad en Los desposeídos, de Úrsula K. Le Guin.

Pero bueno, acá va, ahora sí, lo que más quería contarte: puedes apoyar la edición de este libro, ayudar a que este sueño colectivo alcance su materialidad. Odo tiene las suscripciones abiertas a su crowdfunding por unos días más.

Con la suscripción a Odo puedes ver también las sesiones del taller «Voces como granos de arena: Escuchar para escribir telúricamente», y conocer de cerca la escritura de Damián y la poética de otros autores que decidieron priorizar la escucha ante el soliloquio del progreso humano.

Por ahora, esas son las novedades.

Espero que nos veamos pronto, te quiero mucho.

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