Un pueblo despierto

Orlando Rizo
4 min readJul 5, 2018

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Nicaragua despertó. Miles salieron a las calles este miércoles 4 de julio para exigir justicia y demandar la renuncia del presidente Daniel Ortega, atendiendo al llamado a la movilización en Managua realizado por la Alianza Cívica. Un 90% del tramo entre la Rotonda Rubén Darío y la Rotonda Jean Paul Genie estaba cruzado por una cadena humana con banderas azul y blanco. La mayoría jóvenes.

La mayoría de los manifestantes que salieron al plantón este miércoles habitan o trabajan en las cercanías de la Carretera a Masaya. En la foto de la derecha un oficinista lee la lista de los 309 fallecidos con un megáfono, mientras otros manifestantes bloquean las calles.

En algunos puntos el tráfico era bloqueado por los manifestantes, quienes cruzaban las calles con banderas azul y blanco y gritaban consignas contra el presidente y su gobierno y a favor de la democratización y la justicia. Algunas comentaban sorprendidas sobre la cantidad de personas que habían asistido al plantón. Hace algunos meses la mayoría no se habían involucrado en política; el pueblo nicaragüense vivía adormecido por la absoluta demolición de la confianza a los políticos y partidos tradicionales.

Los jóvenes que se oponían a Ortega, sin una visión ni liderazgo claro, no encontraban un aliciente para participar en la causa política. Las universidades públicas no fomentaban la libertad de pensamiento; el futuro era incierto; la vida más cara y las oportunidades para pocos. Quienes habían atrevido a manifestar sus demandas en la vía pública, fueron violentados por turbas violentas afines al gobierno. La mayoría de los medios de comunicación siguen una línea oficialista. Pocas eran las voces jóvenes que se enfrentaban abiertamente al orteguismo.

La represión salvaje iniciada por el gobierno de Nicaragua el 18 de abril le dio un sentido a la lucha política. La demanda fue clara a los pocos días de iniciada la masacre: ¡Qué se vaya!. Los jóvenes que no se habían levantado antes, apoyados por una buena parte de la población, despertaron con una demanda de cambio urgente. No era la primera vez que miraban o sufrían represión de parte del gobierno, pero esta fue la gota que derramó el vaso. Con este presidente a la cabeza, ven un futuro más oscuro para el país.

Jóvenes con las caras tapadas bloquean el tráfico en la llamada “Plaza de las Victorias”, un punto utilizado con frecuencia por partidarios del gobierno para realizar sus actividades políticas. El monumento a Alexis Argüello, que hace 3 días cumplía 9 años de fallecido, fue construido poco después de su muerte por suicidio mientras servía como Alcalde de Managua.

Organismos de derechos humanos, nacionales e internacionales, han denunciado la situación de violencia que vive Nicaragua. En el último informe de la ANPDH, organización de derechos humanos que lleva un registro de víctimas identificadas y no identificadas, 309 personas han fallecido como consecuencia de la violencia desatada en el país. La mayoría fueron víctimas de las fuerzas parapoliciales y de oficiales de la policía nacional, que se mueven juntos levantando barricadas en diversos puntos del país. La @CIDH en su informe final tras su visita de trabajo en mayo, denuncia la existencia de estos grupos de civiles armados que operan al margen de la ley y actúan como fuerzas de choque que el gobierno ha utilizado para amedrentar a manifestantes. Varios integrantes de estos grupos también han muerto en los enfrentamientos.

Los nicaragüenses no quieren que este ambiente se prolongue por mucho tiempo. Los jóvenes, especialmente quienes han participado activamente en las barricadas y en tomas de recintos universitarios, temen que los lleguen a buscar a sus casas para meterlos en la cárcel. La mayoría salen a manifestarse con las caras tapadas. Por priorizar la seguridad de los y las estudiantes, ninguna universidad se ha atrevido a reiniciar las clases. En las calles dicen “nos quitaron tanto, que nos quitaron el miedo”. Yo se los cambiaría a “luchamos para no tener miedo”.

La mayoría de quienes asistieron al plantón este 4 de julio fueron jóvenes: muchachos y muchachas que quieren un mejor porvenir y han identificado que para que esto pase el país necesita cambios políticos. La juventud nicaragüense despertó y parece que no se va a dormir. En medio del temor, salen a las calles a encontrarse con otros. Hoy están dispuestos a a dar su aporte, a congregarse, a tejer redes, a hacer una revolución sin precedentes en la historia de Nicaragua.

Personas, en su mayoría jóvenes, se manifiestan en contra del presidente Ortega a lo largo de una de las principales avenidas de Managua.

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Written by Orlando Rizo

Nicaragüense. Periodista wannabe.

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