Sobre la News Literacy y el descubrimiento de la pólvora (VI)

Orson 80
5 min readApr 23, 2018

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Dra. Patricia Nigro* — Universidad Austral

Cuando empezamos, el primero de estos posteos- este es el último de esta etapa- dijimos que comentaríamos algunas cuestiones sobre la posverdad, los hechos alternativos, las noticias falsas, los chequeadores de datos para llegar a la nueva News Literacy. Digo nueva, porque en ese primer artículo ya habíamos señalado que la actual News Literacy es heredera de la Media Literacy de los años 60 y de todas las alfabetizaciones mediáticas posteriores.

También, vimos (estoy sintetizando los cinco posteos anteriores) cómo las redes sociales produjeron una viralización de las noticias falsas tan fuerte, que ya no sabemos dónde está la verdad. El periodismo perdió credibilidad, pues dejó su fundamental práctica ética: comprobar y contrastar las fuentes de información.

Clasificamos, según la organización First Draft, los tipos de noticias falsas: 1) sátira o parodia; 2) contenido engañoso; 3) contenido impostor; 4) contenido fabricado; 5) conexión falsa; 6) contexto falso y 7) contenido manipulado. (Por supuesto que existen otras clasificaciones).

Asimismo, dijimos que los humanos tenemos algo así como “sesgos cognitivos” que nos hacen creer en lo que estamos de acuerdo, aunque no haya evidencia empírica que lo respalde. Vimos algunos de esos fenómenos cognitivos distorsionadores de la verdad; 1) el sesgo de confirmación; 2) la ilusión de la profundidad explicativa; 3) los sentimientos fuertes y 4) las respuestas complejas y correctas (entre otros muchos).

Frente a la invasión de noticias falsas, tuiteros falsos (o trols) y de gente que gana dinero inventando noticias falsas. A esto propusimos, para contrarrestarla, el método de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) para detectar noticias falsas.

Básicamente, consiste en: 1) revisar quién es la fuente; 2) averiguar quién es el autor; 3) mirar la fecha; 4) reflexionar sobre nuestra posición en ese tema; 5) leer connotativamente; 6) buscar las fuentes que el texto refiere; 7) pensar si no es una ironía o broma y 8) preguntar a los que saben.

Anunciamos que ya hay sitios de Internet para enseñar a chequear datos en la escuela. Nombremos algunos:

1) https://checkology.org/ Es una organización que propone este tipo de aprendizajes desde el aula virtual. Tiene una parte de acceso libre y otra, paga.

2) http://amp.slate.com/articles/technology/future_tense/2017/11/in_the_age_of_fake_news_it_s_never_too_early_to_teach_kids_media_literacy.html?wpsrc=sh_all_dt_tw_top&__twitter_impression=true: es una página que ofrece recursos para docentes y para padres.

3) https://newsroom.fb.com/news/2017/04/a-new-educational-tool-against-misinformation/: Facebook ofrece herramientas para detectar noticias falsas.

4) http://thinktankmedia.mx/detector-de-noticias-falsas/: esta página está en español y ofrece explicaciones muy claras para los docentes.

A medida que pase el tiempo, más y más sitios irán reproduciéndose y mejorando su calidad: les dejo el dato de un curso en línea que parece muy útil: http://mooc.educalab.es/courses/course-v1:MOOC-INTEF+INTEF1710+2017_ED1/about Trata sobre las competencias digitales que necesitan los docentes y sobre la detección de noticias falsas.

Todos estos consejos, bibliografía y herramientas que hemos brindado a lo largo de estos posteos, forman parte, sin duda, del diseño de un programa de enseñanza de la nueva News Literacy. El objetivo principal de esta alfabetización es: enseñar a discernir, a leer críticamente los medios.

La universidad debe abrirse al resto del sistema educativo y capacitar a los docentes de los niveles medios y primarios, así como las distintas organizaciones de medios ofrecen cursos sobre redes sociales, chequeo de datos y sobre News literacy.

En una ponencia presentada en agosto de 2017 en la Sociedad Argentina de Análisis Político, dijimos con el Dr. Fernando Rivas:

…le cabe al mundo de la prensa y a sus instituciones, como a las de educación, ocuparse por este tema en el sentido de acrecentar el desarrollo del pensamiento crítico, por medio del dominio de competencias y habilidades específicas y crecientes. De ese modo, los ciudadanos podrán ponderar adecuadamente las noticias y separar fehacientemente la paja del trigo, sin dejarse seducir por la mentira o por aquello que refuerce sus creencias previas.

Más adelante, afirmamos:

Chequear información debiera constituir una práctica habitual no solo de periodistas sino también de lectores, avisadores, televidentes y radioescuchas, pues todos ellos se beneficiarán con esta práctica, si se vuelve habitual. Es, por supuesto, una función primordial del Estado y de sus organismos de transparencia o de información oficial.

Definitivamente, no se trata de agregar otra materia al currículum. Estamos hablando de un tema transversal que apunta a una mejora sustancial en la vida de los ciudadanos. Este es un momento muy importante para que el mayor motivo del trabajo conjunto sea la educación democrática de los niños y jóvenes. Pero también la de los adultos. Es un desafío grande pero hay muchas personas comprometidas con la labor. Será cuestión de preguntarnos, como decía el semiólogo Roland Barthes: “¿Por dónde empezar?”

Ahora solo queda despedirme y decirles hasta muy pronto. Espero encontrarlos nuevamente aquí, ¿dónde? en Orson 80, ¡por supuesto!

*Patricia Nigro es Dra. en Comunicación (Universidad Austral), Lic. en Organización y Gestión Educativa (Universidad Austral) y Profesora de Castellano y Literatura (Instituto Superior del Profesorado ‘Sagrado Corazón’). Se desempeña como Profesora Adjunta a cargo de las Cátedras Teoría y Práctica de la Lengua I y II y Producción Discursiva en la Licenciatura en Comunicación en la Universidad Austral) donde dicta el Taller de Expresión Oral y Escrita y el Taller de Trabajo Final de la Maestría en Gestión de la Comunicación en las Organizaciones, EPC, Universidad Austral. También es docente del Taller de tesis del Doctorado en Comunicación Social, Universidad Austral. Ha publicado artículos académicos en diferentes revistas. Es coautora de Las palabras de la lengua. Vocabulario para las Ciencias del Lenguaje, para los niveles medio y superior y autora del libro “La oratoria aplicada al ámbito de las organizaciones” (2012). En 2017 y 2018 colaborará en el Proyecto Educativo Transmedia #Orson80.

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