George Weah, el ganador del Balón de Oro que será presidente de Liberia
Tras dos intentos fallidos, el ex jugador del Milan por fin se impuso en las elecciones y ahora liderará a uno de los países más pobres del mundo
Como en sus mejores tiempos cuando era jugador del Mónaco, París Saint-Germain o el Milan, George Weah goleó en las elecciones y será el próximo presidente de Liberia.
Considerado el mejor jugador africano del Siglo XX por la FIFA y el 27 de cualquier nacionalidad por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Futbol, por sus siglas en inglés), Weah consiguió el 61.5 por ciento de los sufragios, contra el 38.5 que obtuvo el actual vicepresidente Joseph Boaki, en la segunda vuelta de los comicios celebrada el pasado martes, según los resultados de la Comisión Nacional Electoral, con el 98.1 por ciento de los votos contabilizados.
Aunque muchos exfutbolistas han incursionado en la política, Weah será el primero en gobernar una nación y lo hará tras dos intentos fallidos, todo un hito.
Pero si alguien sabe de proezas, ese es Weah, quien en 1995 se convirtió en el primer jugador no europeo en conquistar el Balón de Oro. Actualmente sigue siendo el único africano en ganar el prestigioso galardón.
En una época en la que el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo han monopolizado el premio, con cinco cada uno en los últimos 10 años, la historia reciente coloca al liberiano a lado de jugadores como los brasileños Kaká (2007), Ronaldinho (2005) y Rivaldo (1999); el italiano Fabio Cannavaro (2006); el francés Zinedine Zidane (1998); el portugués Luis Figo (2000); el ucraniano Andriy Shevchenko (2004), el inglés Michael Owen (2001), y el checo Pavel Nedved (2003), quienes también lo ganaron en una ocasión.
En su paso por Europa, de 1988 al 2001, Weah jugó con el Mónaco, PSG, Milan, Chelsea, Manchester City, y Marsella, antes de retirarse en 2003 con Al Jazira de los Emiratos Árabes Unidos.
A nivel colectivo, el africano cosechó la Ligue 1 con el PSG y dos veces la Serie A con el Milan, además de varias Copas locales con los distintos equipos en los que jugó
Ahora le tocará disputar el partido más complicado de su vida, al liderar un país sumido en la miseria, al que la ONU considera la cuarta nación más pobre del mundo.