Por qué voy a renunciar

Otto Brockmann
3 min readFeb 8, 2017

Tengo más de 10 años trabajando para alguien más. Esos alguienes más tienen sueños logrados que han construido con horas de mi vida. Mis sueños, algunos, sino la mayoría, han tenido que esperar porque mi tiempo tiene un precio que esos otros han cubierto por más de una década. Pagan bien, pagan mal, pagan por mi vida, pero no me da para alimentar mis sueños ni para liberar mi mente. Voy a renunciar porque quiero algo más que una oficina semi-confortable, un cheque cada 14 días y prestaciones agradables que me dan ciertos lujos cada diciembre. Mis sueños incluyen desarrollar productos, marcas e ideas. Y es que quiero hacer la diferencia, una verdadera. Lo he intentado desde el interior de las empresas, eso que llaman intra-emprendedurismo. Tampoco funciona. Hay un estatus quo. Una línea que seguir. Un líder que me dobla la edad y no entiende lo nuevo o uno joven que tiene un líder viejo que lo acaba aplastando con un salario y una ideología inerte.

Voy a renunciar porque estoy agotado de promesas incumplidas, de desarrollo profesional falso y limitado. Voy a renunciar porque mi última experiencia profesional parecía ser el trabajo soñado: sí, todas las prestaciones, un sueldo nada despreciable y un montón de retos por cumplir. Lo mejor de este empleo era que podía combinar todo lo que me gustaba hacer bajo el mismo techo: innovar, crear, experimentar, aprender, enseñar y hacer una diferencia. Después de un año todo se ha quedado en proyectos. En archivos de word, power point y excel. He agotado todas las instancias, he creado movimientos internos, incluso he descubierto como bajar costos para que las cosas sucedan. Sigo estancado. Ya desarrollé todo lo que me pidieron pero nada se ha hecho tangible.

Voy a renunciar porque hace mucho que quiero crear lo mío, trabajar por mis sueños y compartirlos con alguien más. Me he dado cuenta que las grandes empresas (incluso las medianas) intentan ser abiertas, pero la visión no está enfocada en construir por todos. El sistema de trabajo tradicional se mueve por una jerarquía ausente y mitológica que dicta los objetivos y los demás somos únicamente engranes, maquinitas con algunas ideas dichas y desaprovechadas. Creo que puedo hacer la diferencia, que puedo crear un espacio colectivo para la innovación. Incluso pienso a bote pronto lo que sería el primer punto de un decálogo por construir:

  1. Es mi sueño, pero lo puedo compartir. Tienes un sueño, en la misma línea de negocio, vamos a crecerlo juntos.

Voy a renunciar aunque la palabra renuncia no me gusta en sí misma. Prefiero decirlo en inglés, resign, resignificar mi vida, mi trabajo y lo que hago. Tengo una familia que veo poco porque mi contrato dice que trabajo nueve horas al día, más tres de tránsito, más aquellas con las que debo cumplir para “que el trabajo salga”. De ahí que quiero renunciar a esto y resignificarlo en algo que me de mayores satisfacciones.

Voy a renunciar porque quiero emprender mi vida.

--

--