¿Por qué mucha gente odia a quienes andan en bicicleta?
Desde que uso la bicicleta para moverme por la ciudad he escuchado infinidad de insultos y calificativos en contra de quienes usamos la bicicleta, y honestamente les digo, no entiendo aún cual es el motivo por el cual hay tanto odio contra un estilo de vida que solo aporta beneficios a la salud y mejora la calidad de vida de la gente, incluso de aquellas personas que utilizan el insulto y el odio como herramienta de defensa, pero ¿defenderse de qué? ¿acaso quienes andamos en bici somos una amenaza para la sociedad?
Te dicen que si andas en bicicleta es porque sos pobre y no podes comprarte un auto. Eso se entiende en una sociedad que se gestó alrededor del auto como emblema de progreso económico, lo cual es absolutamente inaceptable, porque andar en bicicleta no representa el nivel socio-económico de quien lo hace, sino la libertad de elegir de que forma moverse.
“Anda a trabajar vago”, he escuchado que me gritaran más de una vez, como si para ir trabajar tuviera que hacerlo de otra manera. “¿No tenes otra cosa mejor que hacer?”, es algo que escuché reiteradas veces; y la verdad es que si me vieron arriba de la bicicleta es porque justamente estaba viajando hacia mi lugar de trabajo, para hacer algo, es decir, trabajar. ¿A nadie se le ocurre pensar que puedo ir a trabajar en bicicleta?
Es muy común escuchar decir que la bicicleta es para niños/as y que solo es para pasear en el parque, que la bicicleta es solo un juguete, que no podes meterte entre los autos porque nos pueden atropellar. Si el tránsito es peligroso, entonces la bicicleta debería ser la herramienta para calmar ese entorno hostil que nos amenaza con atropellarnos, o acaso somos nosotros/as los/as peligrosos/as.
“Los/as ciclistas no respetan nada”, suele escucharse en las calles de mi ciudad, pero no se escucha decir lo mismo cuando señalamos que el alto nivel de siniestralidad vial esta dado por automovilistas irresponsables al volante, y aún así siguen sosteniendo lo mismo una y otra vez.
Quizá podemos encontrar la respuesta a tanto odio, en lo que vemos habitualmente en la calle. Muchos autos atascados, personas encerradas esperando poder llegar a destino mientras ven la vida pasar, el estrés acumulado dentro de una caja metálica, la necesidad de avanzar en una ciudad que ya no tiene espacio para más autos, y ahí vamos nosotros en bicicleta mostrándoles el camino, fluyendo hacia donde vamos, y llegando sin apremios, sin estrés, sin contratiempos, saludablemente y contribuyendo a que la ciudad respire un mejor aire.
Cuando reclamamos desincentivar el uso del auto particular, lo que pedimos realmente es que se activen políticas públicas que fomenten formas más eficientes y saludables para moverse. La movilidad activa es una de ellas, y el uso de la bicicleta, una herramienta fundamental para sanear la circulación urbana de personas.
No puedo dejar de mencionar que la bicicleta, por si aún no se dieron cuenta, es un medio de transporte y por lo tanto quienes deciden usarla deben recibir el respeto y la consideración de quienes ven esto solo como un acto de rebeldía adolescente.
En definitiva, lo que deberían hacer esos/as odiadores/as seriales es agradecernos, porque si hubiera más bicicletas en la calle la ciudad seria más segura, saludable y hasta habría más espacio para las cabezas duras que insisten meter el auto donde ya no cabe, y viajarían aún mejor en detrimento de la salud de la gente, es decir de ellos/as mismos/as.
La bicicleta es transporte.