Crítica | Teatro

La precisa dialéctica del amor

Sobre ‘Enamorarse es hablar corto y enredado’

Al modo de los sistemas fractales, aquellos en los que cada célula individual se encuentra formalmente estructurada del mismo modo que la totalidad que ayuda a conformar -y sin pensar en determinismos unidireccionales- es fácil notar que ese núcleo primario de la sociedad que es la familia ha sido blanco de golpes que lo han dejado, tal vez, inhabilitado para ejercer. Así, subjetividades arrasadas por fenómenos culturales, arideces que son al tiempo condensados de estereotipos genéricos, los protagonistas de Enamorarse es hablar corto y enredado concretan la fantasía agroburguesa argentina y, al fin, maridan la ciudad y el campo.

Con un texto detrás que es una pieza de relojería, Leandro Airaldo (dramaturgo y director) parece interesado en poner a andar un relato que se mueva por el propio impulso de su necesidad interna, regulado por los pesos y equilibrios del modelo en lo que tienen de sí mismo. Algo como hacer nacer un mundo ex-nihilo (no tanto, se verá) y dotarlo de leyes que, de cumplirse, resulta en un movimiento potencialmente eterno. En la comprensión de esta sutileza se juega, a veces, todo el éxito de un relato. Y qué otra cosa es, sino, acá, el amor.

Gracias a actuaciones que desbordan del clown (en el trabajo con el habla, con la voz, la gestualidad y la mímica) a la carcajada, y a un dispositivo escénico acotado pero suficiente (con intervenciones digitales que cancelan un verosímil realista) Enamorarse… resulta en una de esas piezas que se convierten en evocaciones interiores gratificantes, de las que se quiere repetir y compartir. Que es lo que aquí hacemos.

/// Enamorarse es hablar corto y enredado va los jueves a las 21 hs. en el Nün Teatro Bar, con entradas de $ 170 a $ 200. Duración aprox: 60 min. Septiembre 2017.

Reservas: http://www.alternativateatral.com/obra40097-enamorarse-es-hablar-corto-y-enredado