Diseño, poder y mundos mejores
Libros, reseñas y reflexiones
Design Justice de Sasha Constanza-Chock se centra en la relación entre diseño y poder, y en cómo el primero -consciente o inconscientemente- reproduce la opresión sistémica y la desigualdad estrucutral. Aunque se enfoca más en el sector tecnológico y el desarrollo de software, es una lectura crucial para repensar el diseño de espacios, plataformas, sistemas, productos y sociedades más justas.
Design Justice: Community-Led Practices to Build the Worlds We Need (2020)
Inglés. Disponible para descarga gratuita aquí
Sasha Constanza-Chock es una investigadora y diseñadora estadounidense trans no-binaria que, como tal, enfrenta dificultades estructurales en un mundo diseñado bajo estándares hegemónicos (en el que también reconoce tener privilegios). Su libro, retoma los Principios del diseño para la justicia y las teorías del feminismo negro sobre interseccionalidad (que considera a la raza, clase y género como sistemas interconectados) y la matriz de dominación (o formas de desigualdad estructural como supremacía blanca, capitalismo, heteropatriarcado, colonialismo, entre otras) para hacer un análisis crítico y propositivo del diseño.
Current power structures are not only unjust but also steadily leading humanity down an unsustainable path that ends in planetary ecological collapse and species death.
En 5 capítulos, Constanza-Chock se aproxima al diseño desde distintos enfoques: valores, prácticas, narrativas, espacios y pedagogías, entretejiendo una diversidad de teorías, referencias bibliográficas, movimientos sociales, organizaciones, casos e historias personales. Su análisis cuestiona soluciones que reproducen, de forma intencional o no, la desigualdad estructural, privilegiando a personas o grupos, y afectando a otros.
Si bien reconoce las aportaciones de enfoques como el diseño universal o el diseño inclusivo, también critica que éstos centren su atención en usuarios generales, estandarizados, cuyas ópticas monoangulares ignoran a quienes están en desventaja desde una perspectiva interseccional. O en el caso del diseño centrado en las personas, el uso de usuarios/as prototípicos que también suele reflejar a sus diseñadores (que generalmente son hombres, blancos, heterosexuales, sin discapacidad, etc.).
Design, engineering, and decision making in firms are led by people from the dominant social groups, and so product specifications are likely to center the needs of people who belong to those groups.
Constanza-Chock se pregunta qué valores codificamos y reproducimos en los objetos y sistemas que diseñamos y reflexiona sobre la participación (no consciente) de diseñadores/as en sistemas o productos que discriminan o microagreden a personas por su condición: dispensdores de jabón que solo identifican pieles claras; cámaras que no reconocen ojos razgados; centros de detención de migrantes que separan familias; o el algoritmo de Facebook que no permitía el uso de nombres autóctonos, entre muchos otros.
En el caso de los algoritmos, plantea que su diseño suele generarse desde la perspectiva de grupos heterogéneos que reproducen sus propios sesgos raciales y propician injusticias. Cita como ejemplo el proyecto Gender Shades* que muestra cómo programas de reconocimiento facial tienen una precisión óptima con rostros de hombres blancos y un desempeño muy deficiente con mujeres negras. Algo parecido sucede con los algoritmos para predecir la reincidencia, un estudio de ProPublica mostró que, basados en datos de raza y clase, el programa otorgó puntajes de riesgo mucho más elevados para personas negras que para personas blancas.
La autora hace hincapié en que los problemas no se resovlerán únicamente con diversificar los equipos de diseño y en que parte de la solución radica en diseñar en conjunto con comunidades históricamente ignoradas.
En el libro plantea la pregunta ¿quién participa en el diseño? afirmando que, aunque todas las personas diseñan (ver Manzini y Escobar), solo algunas tienen el privilegio y la posibilidad de cobrarlo como trabajo profesional. Algo que también se conecta con la matriz de dominación y con su impacto en las desigualdades de acceso a la educación (las mejores escuelas, oportunidades y programas suelen distribuirse en función de raza o clase).
En cuanto a la participación, crítica la extracción o apropición de ideas, conocimientos y experiencias de otras personas y comunidades por parte de organizaciones y empresas, o la creación de narrativas que invisibilizan las historias y los procesos sociales que hay detrás, al tiempo que mitifican el diseño de soluciones y servicios (los “genios” de Silicon Valley).
Without intersectional analysis, we cannot design any objects or systems that adequately address the experiences of people who are multiply burdened within the matrix of domination.
Enciende focos rojos al hablar de la llamada economía colaborativa en la que plataformas como Amazon, Airbnb o Uber refuerzan y reproducen estructuras de poder y privilegios. Sugiere el cooperativismo de las plataformas, donde sean las trabajadoras/es quienes participen en los procesos de diseño y tengan control y propiedad de sus mercados digitales.
Movimientos sociales
Otra reflexión clave es la conexión entre innovación y movimientos sociales. Constanza-Chock analiza cómo la falta de visibilidad en medios tradicionales y los obstáculos de comunicación que tienen los colectivos sociales los han llevado a desarrollar canales alternativos que, posteriormente, han dado lugar a reconocidas plataformas tecnológicas. Por ejemplo, TXTMob, un serivico experimental de código abierto usado por organizaciones activistas para alertar en protestas con información verificada, sentó las bases para el surgimiento de TWTTR (hoy como Twitter, atribuido a Jack Dorsey).
En esta misma línea, hace hicapié en el poder construido por trabajadores/as del mundo tecnológico para oponerse (frecuentemente aliados a movimientos #KeepFamiliesTogether, #BlackLivesMatter, #MeToo) a proyectos de compañías por considerarlos poco éticos.
Bajo hashtags como #TechWontBuildIt, han logrado presionar a Google para abandonar un proyecto de reconocimiento facial con el Departamento de Defensa de EU; a Microsoft para suspender un proyecto que amenazaba a personas inmigrantes; o a Amazon a no continuar el reconocimiento facial y servicios de nube para datos de inteligencia militar asociados a la empresa Palantir. Este movimiento dio luz al Tech Workers Coalition, una organización que une activistas para transformar las prácticas de la industria.
There are many cases where a design justice anaylis asks us not to make systems more inclusive, but to refuse to design them at all.
También asociados a movimientos sociales, la autora señala el surgimiento de espacios alternativos como hacklabs, y observa que han sido adoptados por el gobierno, academia, o empresas (hackatones, makerspaces o hackerspaces) quedando subordinados al poder hegemónico. Aunque puede tener ventajas, sus dinámicas de operación tienden a excluir a los grupos marginales que los insipiraron. Hay poca presencia de mujeres y de grupos minoritarios, se suelen sobresimplificar los problemas, y hay oportunismo de organizadores que buscan obtener trabajo gratuito.
Sugiere replantear los fablabs para ser espacios más incluyentes, en ubicaciones más accesibles, feministas y que se puedan organizar en torno a retos que no reproduzcan sistemas opresivos. (El libro incluye un pequeño apartado de Hacklabs en el Sur Global).
The challenge, people, and problem, reframed through a design justice lens, shape a very different kind of design project — and a different allocation of resources, time and energy.
En lo que respecta a retos de diseño que han cobrado fuerza en la última década, Constanza-Chock observa que sus alcances suelen limitarse a enfoques superficiales de la situación, ignorando soluciones locales para privilegiar a diseñadores/as, despachos, o instituciones conocidas que son ajenas a las realidades donde se localiza el problema. Critica, refiriéndose al reto Reinvent the Toilet Challenge, la falta de inversión para mejorar alternativas existentes y la ausencia de interés en las comunidades y su experiencia local (son las personas más afectadas quienes pueden ya contar con soluciones y deben ser tomadas en cuenta en los procesos de diseño).
En este senido, vale la pena recordar la alusión que hace Dori Tunstall al imperialismo del diseño en su texto Decolonizing Design Innovation (ver The Social Design Reader), donde se refiere a la iniciativa Design for Social Impact (IDEO y Fundación Rockefeller), que reproduce paradigmas de innovación y narrativas de salvación basados en formas de pensar occidentales.
Readaptar y crear herramientas
Constanza-Chock considera que es fundamental readaptar y desarrollar herramientas de diseño conforme a los Principios del diseño para la justicia. Sugiere que las pruebas de prototipo se hagan con perspectiva interseccional (y no bajo una sola categoría), y que se establezcan criterios de evaluación, códigos y guías basados en tres preguntas: ¿Quién participó en el proceso de diseño? ¿Quién se benefició del diseño? ¿Quién se afectó por el diseño?.
Hace hincapié en la importancia de introducir un esquema de rendición de cuentas y control por parte de la comunidad que vive la situación que se busca resolver, lo mismo que distribuir los beneficios de formas más justas y no solo extraer ideas en beneficio de una organización.
Enseñar y aprender
Decolonizing design involves decentering Western approaches to design pedagogy, while centering design approaches, histories, theories, and practices rooted in indigenous communities.
El último capítulo, está dedicado a pedagogías del diseño para la justicia. La autora retoma el enfoque de la educación popular de Paulo Freire para referirse a una educación en la que todas las personas pueden reflexionar, preguntar, actuar, y dialogar en torno a sus situaciones para transformarlas. Traslada este enfoque al diseño de la tecnología, que considera debe servir como herramienta para la liberación. Se refiere al Dialed In: A Cell Phone Literacy Tololkit, un set para aprender sobre el funcionamiento de la tecnología y cómo ésta puede ser útil para los movimientos sociales.
Remarca que las pedagogías del diseño para la justicia no se tratan exclusivamente de revisar programas para incluir más textos de mujeres, personas negras, indígenas, LBGTQ o con discapacidad, entre otros grupos; tampoco de señalar la opresión de los sistemas; sino de participar en la restauración de los mismos, y de que las/los estudiantes desafíen sus ideas preconcebidas y desarrollen una perspectiva crítica del diseño, el poder y sus posibilidades aplicados a su vida.
… Design (of images, objects, software, algorithms, sociotechnical systems, the built environment, indeed, everything we make) too often contributes to the reproduction of systemic oppression… It is an invitation to build a better world, a world where many worlds fit; linked worlds of collective liberation and ecological sustainability.
Finalmente, Constanza-Chock hace una invitación a considerar los efectos sociales de las decisiones de diseño en el mundo digital y a ver el diseño como una herramienta para la liberación, no para la opresión (mediante la reproducción de sesgos que perpetúen las inequidades). En esta línea, comparte sus experiencias de proyectos con estudiantes y sus aprendizajes, así como recomendaciones aplicadas a cada Principio del diseño para la justicia.
Design Justice es una lectura obligada, una amplísima fuente de recursos, reflexiones e inspiración, que invita a repensar el marco ético, las estructuras de poder, los enfoques de proyectos y sus potenciales efectos indeseados y el papel que jugamos cada una de las personas como usuarias y diseñadores/as en la creación de realidades más justas.
Palabras clave: interseccionalidad, matriz de dominación, diseño para la justicia, participación, pedagogía, tecnología.
Algunas recomendaciones:
Algorithmic Justice League // Design Justice Network // Inclusive Design Research Centre // Decolonizing Design // Gender Shades *// Black Feminisims // Just Data Lab // Center for Critical Race and Digital Studies
Design Justice, A.I., and Escape from the Matrix of Domination. Respuesta de Sasha Constanza-Chock al Resisting Reduction Manifesto (Joichi Ito, 2017)
*De presentación posterior a la publicación del libro está el filme Coded Bias, de Joy Buolamwini (también autora del estudio Gender Shades).
Rutas del diseño e innovación social /
Libros, reseñas y reflexiones
Esta entrada forma parte de la serie Rutas del diseño e innovación social / Libros, reseñas y reflexiones que consiste en una selección y reseña de publicaciones que reflexionan (en español) en torno al diseño para la innovación social y sus intersecciones. Su objetivo es recopilar contenido de interés y hacerlo más accesible para quienes quieren explorar otras formas de ser y hacer, y para quienes ya están en la ruta de un cambio de paradigma.