Infraestructura básica y salud pública en la Argentina

Pablo Bereciartua
6 min readMar 9, 2018

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Argentina tiene un atraso inadmisible en servicios públicos básicos tales como el agua y el saneamiento. Esta realidad es una de las principales expresiones de la pobreza estructural del país y también un indicador básico de la salud pública. A esto se suma la necesidad de una disminución de la contaminación ambiental especialmente en las áreas urbanas de las principales ciudades. ¿Cuáles son los fundamentos de una política de estado para revertir esta realidad?

Teniendo en cuenta los importantes impactos que generan el acceso al agua potable y los sistemas de saneamiento con respecto a la salud de las personas, especialmente en la mortalidad infantil y en la desigualdad e inclusión social, resulta inadmisible que en el siglo XXI no se haya alcanzado la universalización de estos servicios. La dimensión mundial de este problema llevó a instaurar el agua como uno de los temas de la agenda internacional, que culminó con la declaración por parte de la ONU del derecho humano al agua y saneamiento.

En sintonía con los estándares internacionales y con el objetivo de solucionar los déficits que presenta el sector en Argentina, lanzamos en febrero de 2016 el Plan de Agua Potable y Saneamiento (PNAPyS), que propone alcanzar para el 2019 niveles de cobertura de 100% de agua potable y del 75% en cloacas en las áreas urbanas del país. Los contenidos de este Plan, elaborado por la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica de la Nación, contribuirán a cumplir las metas de desarrollo planteados por el Gobierno Nacional.

Impacto de los servicios de agua y saneamiento

La expansión de la red de agua potable y desagües cloacales repercute en múltiples externalidades positivas en la calidad de vida de los hogares (especialmente en aquellos de bajos recursos y alta vulnerabilidad), en el desarrollo de las naciones y el cuidado del medio ambiente. El impacto directo más significativo se concentra en la salud de los habitantes, especialmente de los niños, ya que las enfermedades de origen hídrico aumentan las tasas de morbilidad y mortalidad infantil, así como también causan problemas de desnutrición.

De acuerdo con estimaciones realizadas a nivel mundial, los progresos en el suministro de agua pueden reducir la morbilidad por diarrea en un 21%, el saneamiento mejorado en un 37,5% y el lavado de las manos hasta un 35% . Además, las mejoras adicionales en la calidad del agua potable, como la desinfección en el punto de consumo, pueden reducir los episodios diarreicos hasta un 45%. Por lo tanto, brindar un sistema de abastecimiento de agua, saneamiento y tratamiento de aguas residuales adecuado contribuye a construir un círculo virtuoso donde las familias mejoran sus condiciones de vida, se reduce la pobreza y mejora la distribución del ingreso permitiendo simultáneamente una mayor equidad de género y mayor cohesión social.

La contaminación hídrica no sólo afecta la salud pública, el medio ambiente y las actividades económicas, sino que también repercute en la competitividad de los países, más que nada por la relación cada vez más estrecha entre el acceso a mercados externos y el medio ambiente.

Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 en Argentina

En el año 2000, mediante la Declaración del Milenio en la Asamblea de las Naciones Unidas, se acordaron diferentes metas a alcanzar al 2015 vinculadas a la salud, educación, pobreza y medio ambiente, y asimismo se definieron indicadores para evaluar su cumplimiento. Estas metas se conocen como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En 2003, la Argentina se comprometió a reducir en dos tercios, para el año 2015, la población carente de los servicios de agua y saneamiento, lo que implicaba alcanzar el 90% de cobertura en agua y el 75% de cobertura en cloaca.

Sin embargo, los avances de las últimas décadas no fueron suficientes para alcanzar las metas del milenio estipuladas a nivel nacional (que eran aún más exigentes que las acordadas por la ONU). Aún hoy el sector de agua y saneamiento de Argentina presenta un atraso significativo en la cobertura de agua y cloaca, y requiere mejoras en la calidad y eficiencia de los servicios. De acuerdo con los datos del Censo 2010, la cobertura de agua es del 83% y la cobertura de cloaca es 49%. Y, si bien no hay estadísticas confiables respecto del nivel de tratamiento de aguas residuales, algunas fuentes calculan que se encuentra entre el 15 y el 20% de las aguas recolectadas.

En el año 2016 se creó la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que vienen a reemplazar los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El principal objetivo es acabar con la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar de todas las personas y proteger el medioambiente para el 2030. A su vez, uno de los componentes centrales de los ODS es “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”. El mismo año, en Argentina se puso en desarrollo el Plan de Agua Potable y Saneamiento (PNAPyS).

Más inversión es más desarrollo: hacia dónde vamos

Para alcanzar la deseable cobertura universal de agua, cloaca y tratamiento de aguas residuales, resulta necesario ejecutar un proceso de inversión de gran dimensión durante un período prolongado que requiere una importante masa de recursos financieros. Se necesitan políticas públicas estables y sostenibles que otorguen prioridad a las asignaciones presupuestarias dirigidas al sector y que progresivamente fortalezcan el marco institucional. Y es por esa razón que, a partir del PNAPyS, la expansión de los servicios de agua y cloaca se ha convertido en un tema prioritario en la agenda pública del Estado nacional en vistas de lograr la cobertura universal, y se han destinado importantes recursos del presupuesto para financiar obras de saneamiento.

El acceso al agua y el saneamiento son derechos vitales para el bienestar y el desarrollo humano, reconocidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010. Por lo cual el PNAPyS ha fijado importantes metas de expansión de la cobertura de agua y cloacas a nivel nacional durante los próximos años y objetivos de mejora de la prestación de los servicios, entendiendo que estos factores son decisivos para conseguir otros desarrollos, como una nutrición adecuada, la igualdad entre los géneros, la educación y la erradicación de la pobreza.

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