Seminario “Digitalizar el patrimonio cultural: para qué, para quién”

Patricia Diaz-Rubio
7 min readJun 5, 2024

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Notas sobre la sesión 01, a cargo de Evelin Heidel y Patricia Díaz Rubio

Introducción

Desde hace años vemos cómo la inversión en proyectos de digitalización de colecciones culturales y patrimoniales se ha vuelto cada vez más masiva y recurrente entre las instituciones culturales.

Esta estrategia, que se hizo casi necesaria con la explosición de las redes sociales y anteriormente el formato web, es una herramienta hoy casi indispensable para poner difundir colecciones culturales y para llegar a más y nuevos públicos a través de las potencialidades de los entornos digitales. Sólo por mencionar el caso de Chile, Memoria Chilena ha sido largamente destacada por su trabajo tanto de digitalización de diversas obras patrimoniales e históricas, como por crear contenido educativo entorno a esas obras, que ayuden al público a entender el valor de esas piezas.

Problematización

Sin embargo, en la práctica, la mayoría de las iniciativas de digitalización de acervos culturales y los gestores a cargo fallan o no logran cumplir los objetivos que buscan al momento de invertir en la digitalización de las obras que cuidan, y no logran ni difundir, ni motivar a nuevas audiencias ni interactuar con nuevos públicos de la manera en que quisieran.

Muchos de los obstáculos o problemas que limitan la digitalización de colecciones en instituciones culturales son de índole más bien técnica: cómo abordar un plan de digitalización o desconocimiento sobre qué implementos necesito para hacerlo, falta de recursos humanos y económicos, manejo de software de pago o complejos, y otras limitaciones del estilo. Pero también hay muchas dudas de tipo más estratégico que pueden inhibir este proceso: dudas sobre la titularidad de una obra, dudas sobre lo que se puede o no hacer con la versión digital de una obra, dudas sobre los eventuales usos perniciosos que se le puedan dar a las versiones digitales del patrimonio cultural, dudas sobre cuál será el rol de los mediadores culturales en el nuevo escenario digital, entre muchas otras, terminan por desincentivar a los gestores culturales y sus instituciones de mirar la digitalización de colecciones como una estrategia completa, que no termina con un scanner o una cámara de fotos.

Objetivo

El objetivo de esta sesión será precisamente identificar qué necesitamos saber y qué debemos tener en cuenta al momento de pensar un plan de digitalización para una institución cultural o que maneja información o colecciones de valor cultural.

Nos detendremos en el proceso práctico, qué necesito preguntarmente para empezar a digitalizar, pero ahondaremos principalmente en los objetivos de la digitalización, el para qué y para quién, y cómo, según esos objetivos, podemos encontrar diferentes alternativas, por ejemplo en el acceso abierto, para cumplir mis metas como gestor o facilitador cultural.

Digitalizar patrimonio cultural: qué, por qué, para quién

En 2020, en plena virtualidad obligatoria, la mayoría de las instituciones culturales se vieron enfrentadas a actuar en los entornos digitales a fin de seguir cumpliendo sus misiones: permitir el acceso de la ciudadanía a la cultura y su disfrute.

Desde entonces, desde Wikimedia hemos estado trabajando en apoyar esa transición de las instituciones y gestores culturales al mundo digital, usando no sólo las herramientas gratuitas y colaborativas de Wikimedia, sino también una filosofía y una visión estratégica con la que facilitar que el acceso a la cultura, el contenido, las colecciones que tienen las instituciones, sea efectivo en el mundo virtual. Y lo hemos resumido en tres elementos o preguntas:

  • Qué quiero o puedo digitalizar, según mis posibilidades técnicas y mis recursos;
  • Por qué quiero hacer, y qué objetivos puedo o quiero cumplir a través de la digitalización;
  • Para quién quiero hacerlo, pensando en qué usos quiero que tengan mis acervos digitales y quién quiero que puedan utilizarlo.

Qué digitalizar: preguntas base

Normalmente, los planes de digitalización se detienen en el primer punto: los implementos técnicos que hacen posible el digitalizar. Entendemos que esta es una preocupación real para gestores y promotores de la cultura, especialmente sabiendo lo limitado que son los recursos en muchas de nuestras instituciones y países.

La encuesta Imaginarios sobre el acceso abierto lanzada en 2022 por Wikimedia Chile y Wikimedia Argentina, mostró que entre los 172 gestores culturales consultados en 12 países de América Latina, casi un tercio temían implementar procesos de digitalización, como los que propone el acceso abierto, por no contar con los recursos y capacidades necesarias para conducirlos.

Esto se hace más evidente cuando pensamos en que los procesos o proyectos de digitalización no sólo requieren los implementos tecnológicos, si no de un trabajo de selección, de tratamiento, de catalogación del material, de difusión, en fin: una serie de otras habilidades para que el material tenga un uso efectivo, una utilidad, una vez que esté alojado en los entornos digitales.

Qué me debo preguntar antes de empezar:

  • ¿Qué voy a digitalizar?
  • ¿Con qué criterio o qué prioridad?
  • ¿Qué voy a poner en línea? ¿Cómo lo voy a hacer?
  • ¿Qué recursos necesito y de cuántos dispongo para digitalizar?
  • ¿Qué políticas de acceso voy a tener para mi contenido? ¿Libre? ¿Limitado? ¿Qué espacio de participación tendrán las comunidades y los públicos con los que trabajo en ese proceso?
  • ¿Qué rol tendré como institución en la puesta en valor de ese contenido? ¿Seré activo en proponer lecturas o interpretaciones?
  • ¿O es sólo cosa de ponerlo a disposición y ya está?

Todas estas preguntas son necesarias para plantear estrategias adecuadas tanto a la misión de mi organización como a los recursos y objetivos que tengo para ese proceso. Cuando no nos hacemos estas preguntas, podemos encontrarnos con un proyecto de digitalización que se vea incompleto, que termine siendo muy abrumador, que no tenga una utilidad concreta, que no sea visto o utilizado por mi comunidad, que ocupe demasiado espacio en mis servidores, o que incluso mi institución no tenga la capacidad de mantener técnicamente en el futuro.

Por qué quiero sumarme

El proceso de digitalización de patrimonio cultural, el esfuerzo inicial por numerizar un contenido único que antes sólo existía físicamente en un tiempo y espacio determinado, normalmente entre las cuatro paredes de mi institución, es sólo el punto de partida. Pero para que cumpla un objetivo, tiene que estar dentro del marco estratégico de mi organización; esto es: servir a un propósito, al igual que todas las otras acciones que realizo con la finalidad de cumplir mi misión. Normalmente debería responder a la pregunta: ¿qué buscamos lograr como institución con esas copias digitales?

Algunos ejemplos de objetivos que podamos querer alcanzar a través de la digitalización de mi patrimonio son:

  • por altruismo o convicción ideológica // mi colección debe estar disponible para toda la comunidad porque es patrimonio común.
  • para cumplir con los valores y misión de la institución // quiero difundir mejor el patrimonio de mi país y quiero usar los entornos digitales para ello.
  • por aspectos prácticos // debo liberar espacio de mi depósito o necesito tener copias de seguridad de mi colección.
  • para promover nuevos usos de mi colección // quiero que mi colección sea usada para la experimentación de nuevos artistas en las escuelas de Arte.
  • para crear valor económico // quiero que mi colección se use para crear objetos para la industria cultural (merchandising).
  • para reafirmar el rol de la institución en la mediación de la colección // quiero que se reconozca a mi institución como la garante/cuidadora de una obra y aumentar mi popularidad.
  • para estar en Wikipedia // quiero que mi institución esté en los primeros resultados de Internet.

Todos estos objetivos son válidos para una institución. A veces pueden entremezclarse, o evolucionar en el tiempo, pero nos ayudan a guiar nuestros esfuerzos en el trabajo de digitalización con sentido.

El patrimonio ¿para quién?

La tercera pregunta que invitamos a hacerse como gestor cultural que quiere liderar un proceso de digitalización en su institución, tiene que ver con el público al que quiere llegar con su proyecto. Esto va a dirigir el tipo de contenido, el formato, la plataforma que se usará, pero también el acceso: específicamente las políticas de acceso que se usarán para el contenido que la institución va a digitalizar.

Para las organizaciones que abogamos por un conocimiento abierto, como es el caso de Wikimedia, esta pregunta por el acceso a las colecciones en digital es fundamental y es algo que consideramos como una condición necesaria, obligatoria, para una verdadera democratización del conocimiento a través de las plataformas digitales. Y por acceso abierto o libre, nos referimos no sólo a la gratuidad, que una institución cultural no te cobre por acceder a un contenido de interés general como podría ser un contenido patrimonial, sino que las instituciones sean activas en la promoción de la libre utilización y reutilización, descarga incluida, de ese contenido.

En efecto, compartir las colecciones de manera abierta es una opción real para las instituciones culturales, aunque éstas no siempre la aprovechan o lo saben. En 2021, una investigación realizada por el equipo de Wikimedia Chile con el apoyo de Creative Commons mostró cómo, de los veintisiete museos del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural a lo largo del país, al menos once (40,7%) declaraban no tener autorización para compartir libremente sus colecciones ya digitalizadas. Otros cinco museos (20,5%) declaraban no tener conocimiento de lo que podían hacer o no con sus copias digitales, y que por lo tanto preferían abstenerse de autorizar cualquier acción que implicara usos diversos de sus colecciones digitales.

En el caso de las instituciones culturales que quieran digitalizar contenido patrimonial, además, asegurar el acceso de la ciudadanía a los contenidos digitializados es un deber, sobre todo si estos están en Dominio Público, una categoría donde, por la antiguedad de la obra, ya no corren las limitaciones de la propiedad intelectual y se considera, al menos en la legislación chilena, como parte del “patrimonio cultural común”, o de todos y todas.

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Patricia Diaz-Rubio

#OpenKnowledge enthusiast. Advocating for #OpenCulture and promoting #CulturalHeritage & #LocalMemories through the Internet, @wikimedia_cl and @CulturaLibreCL