Dos Tendencias Culturales Hacia un Cambio Social Global

GustavoQuirozArbulu
4 min readDec 31, 2018

Existen tendencias en la cultura humana (internas) que se expresan inexorablemente en la organización social (externa). Por ejemplo, la idea moderna que plantea la intrínseca igualdad de derechos entre los seres humanos (incompatible con la esclavitud) y la idea posmoderna de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. La idea contraria fue dominante durante milenios, desde las sociedades agrarias hasta comienzos de la primera revolución industrial.

Este decisivo cambio cultural ha sido un logro revolucionario, y en la medida que involucró a las élites más avanzados del mundo, generó cambios sociales visibles. Por ejemplo, la abolición de la esclavitud entre 1770 y 1880 en todo el mundo. No significa que el racismo haya sido superado en todo tiempo y lugar, sino que el sistema institucional de propiedad de esclavos fue abolido a nivel mundial. Esto ha representado una evolución cultural y social sumamente importante en la modernidad capitalista, como lo ha señalado enfáticamente el sabio y filósofo norteamericano Ken Wilber.

La igualdad de derechos entre hombres y mujeres es más reciente, tiene como antecedente las luchas por el sufragio femenino y, en el terreno de las ideas, las reflexiones aportadas por ilustres exponentes del pensamiento posmoderno, destacando la publicación en 1949 del libro El Segundo Sexo escrito por Simone de Beauvoir. Más recientemente se pueden mencionar las ideas expuestas en 1982 por la psicóloga Carol Gilligan en su libro “In a different voice: psychological theory and women’s development“. Esta línea de cambio cultural comenzó en la segunda mitad de Siglo XX, se está imponiendo en el Siglo XXI y es muy resistida por la corriente cultural patriarcal, misógina y tradicional. Es la que está produciendo el cambio social revolucionario de abolición de la discriminación de género que es cada vez más visible en el mundo actual.

En otro orden de ideas, los cambios culturales y sociales mencionados serían impensables sin el cambio tecnológico expresado en el surgimiento de nuevas fuentes de energía que hacen prescindible el trabajo manual esclavo y la subordinación de la mujer al trabajo y fuerza física masculina.

Es muy difícil predecir el futuro social, pero algo se puede avizorar a partir de los cambios culturales que están en marcha. Debo mencionar dos cambios culturales que son previsibles y que tendrán un impacto social mundial. Uno es la igualdad de derechos entre etnias y naciones, y el fin de la idea que mi nación o mi tribu es mejor o superior a la tuya. La idea de la superioridad étnica, tribal o nacional contaminó principalmente a los europeos, aunque no solamente a ellos, y se expresó en el viejo y violento colonialismo impuesto en América, Asia y África. Se expresó en el exterminio nazi de millones de judíos. Luego ha perdurado en sociedades como las nuestras en lo que el sociólogo peruano Aníbal Quijano llamó “colonialidad del poder”.

El etnocentrismo es una muy conocida etapa de evolución cultural y moral que aún es sostenida por ciertos líderes conservadores (Trump en Norteamérica, Salvini en Italia, Le Pen en Francia, y muchos más). Sostengo que es parte de una cultura caduca, duramente cuestionada por líderes avanzados de la humanidad (Mandela en Sudáfrica, Obama en Norteamérica, Stephane Hessel en Francia), y que exactamente igual que los derechos humanos, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, es el cambio cultural que se impondrá en el mundo. ¿Por qué? Porque forma parte de una cultura y visión mundicéntrica, muy superior a la anacrónica cultura etnocéntrica, que genera violencia, intolerancia y opresión inaceptables. Como dicen muchos, entre ellos los conocidos Don Beck (asesor de Mandela en Sudáfrica), y Christopher Cowan, basta que el diez por ciento de la población adopte el rechazo al etnocentrismo, para que el cambio y evolución social se manifieste.

Me parece que el segundo cambio cultural en ciernes es el fin de la idea de superioridad religiosa, según la cual Mi Dios es el Único, o Mi Dios es Superior al Tuyo. La humanidad ha padecido durante milenios guerras étnicas y religiosas destructivas, como se observa en la Biblia entre egipcios y hebreos, o las guerras islámicas que azotaron Europa y generaron las cruzadas cristianas contra el islam, y en los albores de la modernidad europea, las violentas luchas entre el dominante catolicismo y el emergente protestantismo. Guerras inter-religiosas que generaron millones de víctimas. Se puede válidamente interpretar que han sido el resultado de una visión fundamentalista de la religión contra otra igualmente reduccionista, que sólo se podía resolver con la destrucción de los infieles o seguidores de la religión enemiga.

Una mirada posmoderna de la religión tiene dos características que es importante resaltar. Una es que hay un trasfondo común y rescatable en todas las corrientes espirituales, y que es mas evolucionada una mirada tolerante y compasiva hacia las demás. Una segunda variable es que no hay razón válida para contraponer Ciencia y Religión, como lo ha expuesto claramente Ken Wilber en un libro bajo ese título.

La ciencia clásica tiene un ámbito de acción muy benéfica en lo que atañe a los fenómenos externos y visibles (físicos, biológicos y sociales), en cambio la religión es importante para una dimensión interna, como es la cultura de convivencia humana y el acceso a una consciencia elevada. Mezclar esos dos ámbitos de acción equivale a pretender colonizar la ciencia (como quiso hacer la Iglesia católica en tiempos de Galileo) o pretender negar y colonizar la Moral (como ha pretendido una ciencia reduccionista durante la modernidad). Vale la pena que cada uno nos preguntemos: ¿que estoy haciendo hoy para que este cambio cultural y social ocurra?

@quirozarbulu

GustavoQuirozArbulu

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GustavoQuirozArbulu

Social & Interpersonal Performance Trainer, Socio-enviromental Consultant, Peruano, sociólogo y demógrafo, padre de Gustavo y Patricia.