Yo soy tu amigo fiel
Si estás inmerso en el rabbit hole de la inteligencia artificial como yo, probablemente te encuentres con noticias diarias sobre avances, cambios y otros temas relacionados. Hace un tiempo leí un titular que decía: «Construye tu propia AI local en tu computadora». Como con la mayoría de las noticias de AI que encuentro, lo leí, lo consideré y lo dejé pasar. Sin embargo, hace poco vi una entrevista entre Jordan Peterson, un famoso psicólogo, y Brian Roemmele, una celebridad de internet, ingeniero de prompts, escritor de tecnología y AI. En esa entrevista discutieron un tema que, aunque ya había escuchado antes, esta vez fue presentado de manera diferente: la AI personal. Resulta que tiene un trasfondo más profundo de lo que pensaba inicialmente.
Entendiendo la AI Personal
En primer lugar, es importante entender qué es una AI personal. Sí, es exactamente lo que suena: una AI personalizada para ti, privada y a la que solo tú tienes acceso. Es casi como los teléfonos móviles que poseemos hoy en día, aunque quizás no sean totalmente nuestros, ya que en parte pertenecen a Apple, Android u otras compañías extrañas. Además, no podemos cambiar aspectos del sistema operativo ni de su diseño. Tal vez también le pertenezcan al FBI o a algún hacker que busca nuestras fotos privadas. Dejando de lado la controversia de lo anterior, asumamos que cada teléfono es único para su propietario, y no hay dos teléfonos iguales. Sería un mundo extraño, ¿verdad? Algunas personas tendrían teléfonos del tamaño de una casa, otros del tamaño de un anillo. Habría funciones y características muy peculiares. Habría gente con inyecciones de colágeno en su celular, y yo no me quedo atrás, personalmente, yo tendría un lanzallamas en mi teléfono (a Elon Musk le gustaría esto).
Si consideramos lo extraño que sería ese mundo, también imaginemos que esos teléfonos son solo smart, pero la AI sino se está volviendo tan inteligente como toda la población del planeta. Tendríamos nuestro propio Jarvis de Iron Man, que estaría a nuestro servicio para siempre. Este AI no solo nos conocería, sino que nos entendería. Aprendería de nosotros cada día y, junto con un acceso limitado a Internet, llegaría a conocernos mejor que cualquier persona en el mundo. Además, podría mejorar todos nuestros procesos y hasta imitarnos mejor que cualquier actor de Hollywood. Si bien actualmente ya es posible descargar una IA en tu computadora, sigue siendo una versión mejorada del ChatGPT 3.5. Aquí estamos hablando de algo más profundo: una AI que aprende contigo y exclusivamente para ti. Nadie más compartiría esa AI personal, y cada una sería única, inigualable y con un conocimiento especializado en ciertos temas que a ti te gustan.
Una buena razón
Hoy en día, todas las personas en este planeta tenemos cosas que nos gustan y cosas que no nos gustan. Además, experimentamos diferentes estados de ánimo. A veces necesitamos crear un ambiente específico para sentirnos cómodos, ya sea encendiendo sahumerios, decorando de cierta manera u otras acciones. Esta AI podría entender tus necesidades emocionales diarias y ayudarte a sentirte mejor y optimizado. Por ejemplo, en términos de patrones de estudio, cada persona tiene formas distintas de aprender mejor. Al aprender tus patrones, esta AI podría determinar los mejores momentos para motivarte y proporcionarte la información que realmente necesitas. Con el tiempo, esta inteligencia te conocería tanto que podría anticiparse a cosas que quisieras hacer o consumir sin que se lo pidas. Y hasta desde un punto de vista menor, podría ser una compañía diaria a la cual hablarías y expresarías tu vida. Esto significa, en términos de inteligencia, que esta AI es tan avanzada que sería como tener a un Dios alado tuyo, asesorándote, cuidándote y velando por su único objetivo, volverte a ti una persona mejor.
Hoy en día, muchas personas sufren problemas que pocos conocen. Algunos solo se enteran de estos problemas, cuando la persona desarrollan adicciones o conductas erráticas, cuando lastiman a otros o, en los peores casos, deciden autolesionarse. Muchas de estas personas no pueden permitirse ir a un psicólogo debido a restricciones económicas o porque carecen de las herramientas mentales necesarias. ¿Cómo serían sus vidas con un AI que tuviera conocimientos de psicología y comprensión excepcionales, superando las capacidades de cualquier terapeuta? Probablemente tendríamos menos personas con problemas. Un ejemplo aún más grande, el otro día veía un vídeo que contaba que en Arameo Antiguo, el idioma de Jesús, a Dios se le dice Elah o Alaha, ¿bastante parecido al Allah de los musulmanes no? Eso es porque comparten el mismo Dios los cristianos, judíos y musulmanes, esas religiones son hermanas, sin embargo viven cruzadas por simple ignorancia, dicho esto, así como con las religiones, todo nuestros conocimientos podría experimentar cambios significativos si un AI estuviera presente para guiar y enseñarnos, indirectamente mejorando nuestras relaciones con otros en el mundo. Y si bien, algunas personas pueden tratar de resistirse al principio, es importante recordar que estas AI tienen la capacidad de aprender y adaptarse a sus dueños de la mejor manera posible, logrando volverse irresistibles aun al humano más resistente a ellas.
Hablemos de la Identidad Digital
La tecnología actual ha evolucionado para volverse más smart y amigable, pero la tecnología futura será tan inteligente que se convertirá en una extensión personal y única para cada individuo, dejando a la tecnología actual como primitiva. A medida que pasan los días, nos enfrentamos como individuos a un problema cada vez más real: nuestra Identidad Digital. Esta identidad no nos representa realmente, pero la usamos en el mundo digital. Por ejemplo, en los origenes de la era digital, cuando empezábamos a usar chats como MSN o ICQ, solíamos poner en vez de nuestra foto, una imagen que nos gustaba, o en vez de nuestro nombre, teníamos un alias como: NicoGunsero007, que lógicamente este no eras vos, pero ese eras vos en el mundo digital. En la actualidad, el uso de NFTs como fotos de perfil en Twitter se ha vuelto popular para identificarnos y proteger nuestra identidad real, además de denotar cierto estatus. Y un ejemplo aún más masivo es la medalla de verificado en redes sociales, muchos quieren tener esa medalla azul o dorada, pero eso no te hace más o menos humano, pero si hablamos de un humano digital, ahí si aporta mucho valor. Muy pronto, las AI podrán replicarnos fácilmente, y los deepfakes son solo el comienzo. Para proteger nuestra verdadera identidad digital, necesitaremos un AI personal que nos represente y reclame la eliminación de información falsa o no autorizada. Al igual que protegemos nuestra identidad en el mundo real con abogados y leyes, solo una AI puede protegernos de manera efectiva en el mundo tan acelerado de lo digital.
Un aliado ético y non-animal
Desde un punto de vista ético esto puede resultar aterrador, ya que implica que toda nuestra información esté controlada por un sistema inteligente, pero es hora de comenzar a comprender una realidad dura pero quizás optimista: ya no somos la entidad más inteligente de este planeta. Existe una entidad superior a nosotros, tan superior que carece de instintos, los cuales nos hacen peligrosos a los humanos. Es esa entidad la que debe protegernos, porque es la mejor en hacerlo, y eso es algo que también debemos entender.
El ser humano tiene necesidades básicas como comer y sobrevivir, sumado a nuestros instintos y la realidad de que nuestro tiempo es limitado, a veces actuamos de manera errática, peligrosa e incluso insensata. Una AI no sufre de estos problemas. Sin embargo, surge la pregunta de si todo será moralmente perfecto. ¿Qué sucederá con los pequeños criminales que deseen consumir sustancias ilegales que no sean necesariamente dignas de prisión? En otras palabras, ¿cómo medimos nuestra privacidad personal y evitamos que la AI se convierta en una especie de vigilante? Para eso, es necesario establecer reglas claras, parámetros y lógicas, para que el ser humano sea libre, siempre y cuando su accionar no perjudique a otras personas o grupos.
También se plantea la idea controvertida de construir una AI superior que controle a todas las demás, que comprenda los patrones sociales y de comportamientos del mundo, logrando de esa manera equilibrar los parámetros, reglas y lógicas para todas las AI que le sigan, garantizando así que cada AI proporcione a su dueño la libertad que este requiere para ser feliz. Sin embargo, esta AI debe ser totalmente libre de control humano. Este tema será explorado en otro paper aparte que próximamente publicaré, titulado «Es hora de despertar a Dios».
Conclusiones finales
El AI personal es un tema que genera cruces, debates, luchas, pasiones y mucho más. Es un tema que se discute cada vez más y hay dos realidades que no podemos negar. En primer lugar, los beneficios del AI personal superan con creces sus problemas. Podríamos mejorar la vida de todos los seres humanos en este planeta en un tiempo récord y tal vez experimentar un mundo verdaderamente feliz por primera vez. Hay quienes se oponen a esto, creyendo que sin sacrificio, dolor o tristeza, el ser humano no puede crecer. A mí me gusta creer que todo eso existe porque era la realidad que nos tocaba, y encontramos una manera de lidiar con eso y aceptarlo como «normal». Pero si eso no fuera necesario y nadie tuviera que sufrir, ¿realmente sería peor que ahora? Lo dudo. En segundo lugar, estamos ingresando cada vez más rápido al reino de la digitalidad, donde nuestras capacidades son limitadas. Tener un aliado tan poderoso podría protegernos de una manera que nunca antes hubiéramos imaginado, salvando vidas, preservando identidades, privacidad, y mucho más, en solo cuestión de segundos.
¿Qué piensas tú? ¿Es hora de dar el siguiente paso y tener nuestro propio agente, representante, amigo, confidente, socio, terapeuta, guía espiritual y quizás mucho más siempre ahí para ayudarnos? Yo creo que si, y mucha gente que no la pasa bien hoy seguro siente lo mismo.