Bienestar, ¿Hacer o tener?

Reflexion-ando
5 min readNov 14, 2022

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Así como el opuesto al amor, no es el odio sino la indiferencia, el opuesto el bienestar no es el malestar sino el aburrimiento, la desesperanza, la desilusión. ¿Qué podemos entonces hacer para tener nuevamente ilusión y por ende potenciar nuestro bienestar?, mi propuesta es la siguiente:

Conócete a ti mismo:

¿Qué te gusta?, ¿Qué no te gusta?, ¿Cuáles son tus hobbies?, ¿Cuáles son tus deseos del ego?, ¿Cuáles son tus sueños o aspiraciones del alma?, ¿Qué quieres tener?, ¿Qué te gustaría ser?, ¿Qué quieres hacer?.

Vamos a detenernos por un momento en el “tener” y el “hacer”. Muchas veces cuando nos preguntan por nuestros sueños, la mayoría de ellos tienen que ver con tener cosas: un carro de lujo, una casa más grande, una casa de campo, el último Smartphone, las joyas más costosas. No es en vano, no es tu culpa. La sociedad de consumo occidental y en gran medida la publicidad, ha creado en nuestras mentes un estereotipo de bienestar muy relacionado con las posesiones. Nos hablan de las fortunas de los grandes magnates, de las joyas de las modelos, de los carros de los futbolistas y de las mansiones de los cantantes. La mente relaciona el bienestar con el tener y el poseer y por eso nuestro inconsciente y nuestro ego desea tener. No está mal, son cosas que hasta que no las tenemos no podemos decir que están mal, sin embargo, debemos saber que no generan el bienestar completo, puesto que esta fórmula plantea una ecuación que tiende a infinito, es decir, voy a tener bienestar cuando tenga determinado carro. Una vez que lo tienes sientes bienestar por un tiempo, pero luego te das cuenta que te falta algo más, así que piensas: voy a tener bienestar cuando tenga determinada casa. ¡Y así! … siempre habrá alguien con más dinero, con más éxito, siempre habrá casas más grandes, carros más nuevos, smartphones más novedosos y si nuestro bienestar depende de tenerlos todos, viviremos en una eterna búsqueda, en un circulo vicioso de aburrimiento.

Mi propuesta es, por loco que parezca, inclinar la balanza más hacia el “hacer” que hacia el “tener” en nuestra búsqueda de maximizar el bienestar. Creo firmemente que las experiencias traen bienestar a más largo plazo que las posesiones, los viajes, las conversaciones con amigos, aprender algo nuevo, conocer personas nuevas, las aventuras; el “hacer” no solamente nos hace sentir vivos en el momento en que llevamos a cabo estas experiencias, sino que también nos genera recuerdos placenteros, de momentos donde sentimos mucho bienestar y eso nos genera más bienestar.

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Si tienes hijos, recuerda por un momento la primera vez que te tomó el dedo con su manito, la primera vez que te dijo mamá o papá, la primera vez que se sonrió. Si has viajado, recuerda la primera vez que te subiste a un avión, que aterrizaste en una tierra desconocida, que hablaste con una persona en otro idioma, que comiste algo que jamás habías probado mientras te contaban la historia de sus ingredientes. ¿Has practicado fútbol alguna vez? Recuerda por un instante la primera vez que anotaste un gol, recuerda ver a tus familiares en la tribuna saltando y gritando, tus compañeros de equipo abrazándote llenos de emoción. Esos recuerdos de experiencias son inolvidables y cada que vuelven a nuestra mente, nos hacen sentir una enorme sensación de bienestar. Por esto entonces les propongo que llenemos nuestra vida de experiencias, por encima de posesiones.

La pregunta que probablemente te estas haciendo en este momento es, pero ¿cómo hago para vivir experiencias?, ¡Si yo no tengo tiempo!.

Es más común de lo que pensamos, en pleno siglo XXI, mantenernos tan ocupados, con tanto trabajo, labores del hogar, labores con los hijos, estudio, que difícilmente encontramos tiempo disponible para vivir experiencias memorables que nos llenen de bienestar. Pero, te has preguntado, de verdad no tienes tiempo, o ¿no quieres tenerlo?, ¿le temes a ese vacío extraño y desconocido de no saber qué hacer?, ¿de no tener nada para hacer?

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En nuestra sociedad occidental, está bastante posicionado en la mente de las personas que estar ocupado es un sinónimo de éxito y su consecuente bienestar. Estar de reunión en reunión, enviar correos, o, mínimamente, estar sentados al frente del computador para sentirnos productivos, sentir que “estamos aprovechando el tiempo en algo útil”. ¿Alguna vez has considerado sentarte a no hacer absolutamente nada? ¿Cómo te sientes de solo pensarlo?

Esto sucede porque vivimos en el siglo XXI, pero usando las leyes fundamentales de la revolución industrial del siglo XX, trabajar duro, esforzarse, ser útil, aprovechar el tiempo al máximo, trabajar incansablemente, hasta que un buen día podamos pensionarnos y disfrutar, con lo poco que nos quede de energía, de todas las posesiones que hayamos logrado acumular. Además, tenemos la idea en nuestra mente de que el bienestar lo genera el dinero, entonces pensamos: voy a sentir bienestar cuando gane x cantidad de dinero, por ende, debo trabajar más. Si alguna vez has recibido un aumento, piensa por un momento, antes de recibir el aumento, ¿sentías que con ese aumento ibas a sentir bienestar pleno? Luego de recibirlo ¿sentiste bienestar pleno?, ¿cómo te sientes hoy?, ¿sientes que es suficiente y que lograste el bienestar que necesitabas para el resto de tu vida?, ¿No, verdad?.

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Agradecimiento:

Gracias por llegar hasta aquí. Dios te bendiga. Soy Felipe Aristizabal, una persona normal, con luces y sombras. Mi única intención con estas historias es contar un poco de lo que he aprendido en este viaje, buscando que directa o indirectamente alguna persona pueda encontrar una herramienta útil para hacer un poco más llevadero su propio viaje. En mi perfil no encontrarás recetas mágicas, planes perfectos y 100% efectivos, tampoco encontrarás el secreto del éxito ni la llave maestra que abre todas las puertas, encontrarás una serie de vivencias, aprendizajes, historias y reflexiones que espero con todo mi corazón que puedan serte útiles.

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Reflexion-ando

Soy una persona normal, esposo, padre, emprendedor, una persona con luces y sombras. Me gusta reflexionar y pensar libremente sobre la vida.