Qué habilidades debe tener un desarrollador de software
El desarrollador de software es una persona que entiende el lenguaje humano y entiende cómo funcionan las máquinas, se podría decir que es una especie de traductor, o bien, alguien que facilita la comunicación entre estos actores.
Dependiendo del nivel de especialización del desarrollador, la comunicación puede ser diseñada y programada para realizarse de humano a máquina, de maquina a máquina o de maquina a humano.
Al escribir un software, el programador trata abstraer las ideas humanas a una serie de instrucciones que un dispositivo electrónico pueda entender y así crear interacción.
Ahora bien, los humanos percibimos el mundo gracias a nuestros sentidos, por lo que nuestro lenguaje no solo se compone de palabras organizadas en un idioma o dialecto. El impacto de las ideas que se desean transmitir dependen en gran medida de otros elementos, como el sonido y profundidad con el que se emiten, las imágenes o símbolos que las complementan o facilitan su comprensión, así como los gestos y señas que se utilizan durante el proceso.
La creatividad es una cualidad que todo desarrollador presenta en mayor o menor grado, pero siempre debe estar presente, pues sin el proceso creativo no es posible pasar de las ideas a la realidad. Este proceso creativo consiste en generar, desde la mente del individuo, las construcciones necesarias para la implementación de un objetivo específico en la realización de una idea.
Muy relacionado a esto está la capacidad de resolver problemas. Los retos son comunes en cualquier área profesional, por lo que la habilidad para encontrar soluciones de forma eficaz y duradera es una cualidad deseable en el desarrollador de software. En ocasiones los problemas son simples preguntas que surgen durante la creación de la solución y que pueden ser respondidas con la delimitación de la expectativa de la idea, en otras ocasiones requieren un conocimiento profundo de la tecnología involucrada para dar una respuesta, sin embargo, la habilidad técnica puede ser sopesada con la habilidad social, es decir la capacidad de poder interactuar con otros colaboradores en el medio para construir dicha respuesta.
Si la especialización del desarrollador lo lleva a un nivel más cercano a las personas, es de suma importancia que su habilidad para encontrar soluciones esté muy ligada a su capacidad para interactuar con otros. La comunicación y la facilidad de expresar ideas es vital para los profesionales encargados de generar las soluciones que las personas utilizarán.
Bajo este mismo ámbito es necesario contar con empatía. La empatía impulsa al desarrollador a dar una mirada a lo que hace desde otra perspectiva, permite cuestionarse si lo que hace es compresible para sus clientes y si el progreso de la solución armoniza con el objetivo planteado inicialmente.
Adicionalmente cuando se trabaja con personas se requiere espíritu de servicio, estar dispuesto a dar el soporte necesario para que la solución funcione, ser responsable del trabajo encomendado, acompañando al cliente durante el proceso de realización de la idea.
Cuando a un desarrollador se le consulta si es posible hacer algo, es muy probable que si respuesta sea, si se puede. El conocimiento de sus propias limitaciones es otro factor que beneficia al desarrollador, por eso al responder siempre debe indicar en cuánto tiempo es capaz de realizar la tarea encomendada, o en su defecto indicar que no es posible y señalar si las limitaciones son técnicas, temporales o simplemente si lo solicitado contradice o lleva al absurdo el objetivo planteado originalmente.
Los desarrolladores que se orientan más al lado de las máquinas son generalmente menos extrovertidos y suelen interactuar mejor con las personas que comparten su orientación técnica. Además de la creatividad y la habilidad para resolver problemas es deseable que estos profesionales sean estructurados y ordenados a fin de que el producto que generen sea comprensible y mantenible a través del tiempo, a esto suele llamársele código limpio. Compartir ideas con los miembros de su equipo y estar abierto a sugerencias es parte de los retos con los que deben lidiar estos desarrolladores.
El crear software es una tarea meramente intelectual, requiere del conocimiento e imaginación de la persona para tomar forma, incluso se podría decir que, así como el arte, es necesario de inspiración para que las horas de trabajo se conviertan en un producto funcional. Ya que las personas son seres emocionales, es inherente que su estado de ánimo, sentimientos y vida cotidiana afecten sus pensamientos, y esto es el mayor riesgo que enfrenta un desarrollador para que mantener su productividad.
Contar con habilidades blandas y procurar fortalecerlas toma relevancia en este punto. Un buen desarrollador necesita automotivación, no puede esperar a que todo el tiempo otros le levanten el ánimo o le procuren beneficios para realizar su trabajo, debe encontrar en cada tarea el valor que esta aporta a su vida y al proyecto en el que trabaja, para dar un resultado de calidad. También necesita resiliencia para que en los momentos de dificultad pueda adaptarse a la situación y salir adelante, muchas veces se deberá involucrar en proyectos que no le son interesantes o incluso que le generen estrés, pero es ahí donde debe evaluar sus capacidades y aportarlas para sobrellevar los retos actuales y procurar su crecimiento.
Todas habilidades mencionadas anteriormente no son exclusivas de un tipo de desarrollador necesariamente, como seres humanos pueden contar con todas ellas o bien aprenderlas durante su crecimiento personal. Esto es clave dentro del proceso de formación del profesional, no solo aprender y actualizar sus conocimientos, sino también observar e imitar las conductas que le enriquecen.
Para entregar un buen producto es necesario amar lo que se hace. Los trabajos relacionados al software están en auge en la actualidad, por lo que muchos se ven atraídos por la oportunidad de encontrar un puesto laboral, sin embargo, el principal factor de éxito es el deseo y el gusto por crear soluciones de este tipo.
La pasión por el desarrollo de software mueve al individuo constantemente, haciéndole un mejor profesional. Amar su trabajo, lo que imagina, lo que hace, lo que inventa, lo que crea es vital para que el resultado de ese esfuerzo le proporcione felicidad personal y prosperidad a la compañía para la cual labora.
