Humberto José Larra
3 min readJun 15, 2019

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DOCTORANDO, QUE ES GERUNDIO

Cuando no tienes todavía el grado de doctor eres un doctorando, que es un doctor en ciernes y un gerundio equívoco pues de no culminar ya no eres ni doctorando ni nada, uno que se dejó la tesis. El camino para llegar hasta el participio doctorado es harto complicado y hacer que te quiten la “n” requiere ciertas destrezas y superar algunos errores propios del investigador novel. Nadie puede afrontar una tesis doctoral sin contar con apoyos personales y docentes que resultan decisivos e inprescindibles, pero también es cierto que durante el desarrollo del proyecto el doctorando se encuentra sólo ante el peligro, y es que el riesgo de abandono es altísimo. Dedicar un tiempo de reflexión importante a un único tema en esta vida tan superficial no está al alcance de cualquiera.

El doctorando te lo tienes que poder permitir: desde el punto de vista laboral y social. Como coste de oportunidad es casi baldío, un enorme sacrificio de, al menos, cinco años intensos, que implica la necesidad de asumir un esfuerzo y rupturas bruscas con procesos que, en realidad, eran un lastre prescindible en tu vida de graduado. Si hay tesis, no se pueden hacer cosas normales, como viajar por viajar, por el simple turisteo inconsciente, ir al teatro con su ritual de salutaciones, mantener al corriente las evoluciones y las preocupaciones de tus amigos, que son tan inportantes y dedicar un tiempo a tu familia y salir de fiesta hasta altas horas. Salir por salir es absurdo, e induce a un consumo de alcohol. A cierta edad, si alguien no sale de noche, en el caso de una persona joven, ensequida lo masacra la plebe y es tachado de bicho que aburre a su pareja y el mundo lo critica por friki y egoista. Esto lleva a tener que mantener un consumo etílico regular y social, que inutiliza al joven doctorando. Tesis y alcohol es un binomio fallido, no se puede investigar un tema en serio si estás curda.

Esto de escribir una tesis no es un ejercicio de expresión artística, ni un alarde literario, en el que algún estupefaciente pueda suplir las faltas de inspiración, como creen algunos literatos noveles. Se trata sólo de trabajar y asumir con orden algunos procesos de corte académico (búsqueda sobre temas no tratados, bibliografia relacionada, cuadros sinópticos, indices temáticos y transcripciones), sesiones que incluso tienen un componente rutinario. Cada día que no trabajas (algo) en la tesis pierdes el siguiente día por agotamiento, o decepción. Y cuesta recuperar el hilo del discurso cuando se pierde. Puestos a decir y dado que esto se escribe por si fuera de utilidad futura para mis hijos, lo importante es ajustar el sumario o índice de contenidos que no puede contener un exceso de pretensiones. Hay que redactar apoyado en las fuentes y la bibliografía. Y esperar para aportar algo nuevo (la tesis) cuando ya hay un conocimiento exhaustivo. Si no sigue el orden estricto del sumario en la escritura el doctorando perderá la confianza de sus director@s. El gerundio doctorando se caerá entero con estrépito. Cuesta mucho quitar esa “n” tan sencilla, que conduce de doctorando a doctorado. “N” veces intentando construir una secuencia lógica en un texto complejo, cuando nunca has escrito en gran formato, sometido a necesarios escrutinios, y todo esto sehace para que los titulados doctores sean gente capaz de avanzar y pensar un poco. Si no fuera así, el doctorado seria una parrillada de bibliografía vomitiva.

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