Un camino de representación corporal

Rocio Mariel Briedis
5 min readNov 4, 2022

-¿Qué talle sos?

- No sé, depende.

- No. Para vos no hay.

¿A cuántos nos pasó? Yo me enfrento a éstas preguntas desde muy chica.

Me las dijeron sonrientes, serios, con miradas de lástima, con desprecio. Lo que caminé con mi mamá para vestirme con ropa que me gustara no sabría contabilizarlo.

En esos años no existía Instagram, ni las tiendas On Line, ni el concepto Bodypositive.

Casi nunca lográbamos el objetivo.

Para elegir el uniforme del colegio o para ir a una fiesta casi todo era conformarme. Y hasta no hace mucho me vestí con “lo que me entraba”.

Después de tantas recorridas y un poco de deconstrucción, me pregunto: ¿tenemos que “entrar en la ropa” o es la ropa la que tiene que entrar en nuestros cuerpos?

DERRIBANDO SUPUESTOS

Muchos piensan que hablar de la Ley 27521 es decir que va a haber “talles para todos en todos lados” pero no es sinónimo de eso. Aunque la inclusión y representatividad forman parte del contexto y del impulso de la misma, no es el objetivo escrito.

Lo que busca es igualar las medidas de las prendas. Que un talle 56 sea igual en Buenos Aires que en Córdoba, en una tienda de la calle Avellaneda en Flores o en un local de un Shopping.

Así lo detalla el Artículo 1 de la misma:

“El objeto de la presente ley es establecer un “Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria” (SUNITI), correspondiente a medidas corporales estandarizadas…”

Es decir, la ley NO OBLIGA a las marcas a trabajar toda la curva de talles. Pero sí a ser claros en las medidas de las prendas que venden o fabrican.

De hecho, quienes comercialicen indumentaria deberán mostrar en forma clara y detallada esta tabla.

Por otro lado, decir “salió la ley de talles” no significa que ya esté en vigencia. Se sancionó en 2019 y se reglamentó en 2021 pero para que esté implementada faltan estudios para terminar de establecer esa única tabla.

¿Estamos en camino? Sí, pero aún no llegamos.

MEDIRNOS PARA REPRESENTARNOS: el estudio Antropométrico.

@natyilustrada

Para establecer ésta estandarización, se realizó un escaneo de las medidas de los argentinos en todo el territorio nacional.

El INTI es el organismo encargado de llevar a cabo ésta recolección de datos. Lo hicieron mediante un escáner 3D que fue tomando las medidas de los voluntarios que se acercaron a cada provincia.

En una entrevista a la Agencia Télam, el técnico responsable del área técnica del Estudio Antropométrico del INTI, Paulo Thompson explicó: “A cada persona se le medía volumen, área corporal, altura, peso, masa corporal de perfil y de atrás, y si los voluntarios lo requerían, se llevaban el informe impreso.”

Este estudio nos permitirá saber con datos certeros y actuales cómo son nuestros cuerpos en Argentina para establecer una tabla de talles que nos represente. Y según lo establecen en la ley, se deberá repetir cada 10 años.

A UN AÑO DE LA SANCIÓN ¿QUÉ FALTA? ¿YA CAMBIÓ ALGO?

En el Artículo 4 se detalla: “El primer estudio antropométrico debe estar finalizado dentro del período de un (1) año de sancionada la presente ley.”

Ese tiempo ya se cumplió, ¿Qué falta para considerar que está terminado el estudio?

La conformación de un consejo consultivo de especialistas de diferentes áreas para interpretarlos, organizarlos y darles un marco correcto.

¿Cuánto puede tardar esto? Nadie da un tiempo certero.

Entonces, ¿Qué cambió?

Este informe colaborativo entre las cuentas de Instagram, impulsoras de la Ley de talles, Cuestionartearg y Anybody Argentina nos da un panorama más claro y representativo de lo que pasa en la calle mientras esperamos que se implemente la ley.

La Mirada del emprendedor

Valeria Cavalleti es emprendedora y creadora de Curvas Cool. Una marca de indumentaria femenina. Hoy nos amplía la mirada respecto a éste camino y nos habla de su experiencia con las mujeres que se acercan a su showroom o que ingresan a su tienda On Line.

Si querés leer la entrevista completa a Valeria hacé click aquí !

@anybodyargentina

DESPEJANDO EL CAMINO

Las caminatas con mi mamá; la revolución de las activistas y emprendedoras y las palabras de Valeria, comparten un factor común: la necesidad de sentirnos representados en el mercado y por lo tanto, en la vida cotidiana. Los más gordos, los más flacos, los más altos o los más bajos, no queremos ser exclusivos, únicos, distintos. Queremos ser uno más sin tener qué dar explicaciones de nuestra corporalidad; ni caminar más; ni pagar más para poder vestirnos.

Quizá el camino esté más despejado que hace un par de décadas, pero necesitamos que la Ley se implemente para dejar la lucha de la búsqueda o la reivindicación. Las medidas de una prenda no tienen que ser motivo de exclusión sino de representación y equidad.

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