Lo que aprendí de MIC
Cuando lanzamos El Cambur en 2014, Policy MIC era el gran ejemplo del periodismo para jóvenes que se atrevía con la política, que era también capaz de escuchar a la audiencia a través de las métricas.
Darle a la audiencia lo que quería era uno de los mantras y Michael McCutcheon, director de contenido de marca, fue bastante gráfico en la explicación que nos dió en el marco de la aceleración de la Media Factory: Habían detectado el creciente interés de los jóvenes estadounidenses por la marihuana y entonces se habían dedicado a escribir todos los ángulos posibles sobre el tema para crecer en audiencia. Y sí, les funcionó.
Pero el asunto tenía método: Le hacían seguimiento a la cantidad de artículos publicados por cada categoría y su impacto en usuarios únicos y en promedio de vistas. Lo mismo sucedía con su impacto en redes sociales.
A partir de allí, tomaban decisiones.
Las audiencias. Con MIC también terminé de comprender algo que ya se venía haciendo evidente en el periodismo y que hasta ahora no ha cambiado: las audiencias crecen porque identifican que tu medio tiene un punto de vista que comparten. Eso está primero que todo lo demás. El reto a mi juicio como medio y como periodista es mantener firme el timón de lo que se quiere para dejarse influir, poder olfatear lo que quieren tus audiencias sin dejar de que sus vientos te arrastren completamente.
Probar, medir, iterar. Policy MIC, luego MIC era un buen ejemplo de esto en el periodismo. Un ejemplo que les valía en ese momento 20 millones de usuarios mensuales y una primera ronda de inversión de 10 millones de dólares. Todos queríamos ser como MIC, o al menos queríamos sus millones.
Planificar. Uno sabe que la mayoría de las cosas que se publican en los medios son pautadas. Pero hasta la Media Factory y con el gráfico ejemplo de MIC fue que verifiqué toda su importancia y desde El Cambur hicimos una estrategia que nos dió un número mágico: 114 artículos semanales (hechos por los cuatro que éramos el equipo) para crecer o morir. Si toaba fracasar, que fuera barato.
La ayuda del algoritmo. Policy Mic apareció justo antes del primer cambio importante del algoritmo de Facebook. Un cambio que supuso de llegarle a la inmensa mayoría de tus seguidores a sólo hacerlo al 5% o menos. Al menos sin pagar. Fue antes de ese periodo cuando se vieron los crecimientos asombrosos que convencieron a medio mundo que los medios debían estar en las redes sociales, en lugar de que desde las redes sociales se llegara a los medios, lo que pasó después. En mi caso y viendo que era una oportunidad de crecer me obsesioné con tener presencia diaria particularmente en Facebook, dónde mi potencial publico tenía más presencia que en el ya entonces polarizado Twitter.
La opinión importa. Sin duda para mi fue una de las cosas más frustrantes de la Media Factory. Que me hizo salir con rabia de la conversación con Michael McCutcheon: venía un gringo exitoso a decirme que la opinión y la controversia generaban tráfico y audiencia. Pero eso yo ya lo sabía.Para eso no había recorrido 5 mil kilómetros de Caracas a Buenos Aires ni había competido en un proceso para ser acelerado Y se supone que yo estaba allí en ese proceso de aceleración porque quería hacer del periodismo algo exitoso. No de la opinión.
¿Pagan los artículos? ¿Pagan la opinión? La respuesta creo recordar fue: depende de la experiencia.Si el artículo era solicitado o no. Y por supuesto no se le pagaba a todo el mundo lo mismo. Confieso que yo, hasta tiempo después nunca fui muy convencido de pagar la opinión. Pero la experiencia con Héctor Torres como nuestro francotirador de opinión me hizo cambiar de idea y luego hubiese querido pagarle para que escribiera a gente que ya no estaba disponible (porque a contracorriente del mundo, la mayoría de los nuevos medios venezolanos digitales si pagaban la opinión) como Aglaia Berlutti .
Perdiendo también se gana. Y eso yo también lo aprendí. Ya no de MIC, sino de mi propia experiencia cómo lo cuento en ¡A la mierda! Fracasé: Esto es lo que aprendí , mi presentación en la Media Party de 2018.
