Falsos documentales: películas que juegan con lo “real”

Rodrigo Crespo
4 min readAug 18, 2016

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Uno de los principales cuestionamientos cuando se habla de cine documental es su veracidad. Conceptos como lo real y la objetividad entran en juego ante las imágenes que el espectador ve en pantalla. Desde sus orígenes el cine documental se enfrentó a estos retos. Nanook, el esquimal, la película con la que marca el inicio de esta forma de hacer cine, también pasó por este tipo de controversia. Pero hay ciertas películas que juegan con lo mejor del mundo de la ficción y la no ficción: los falsos documentales.

Jugar con lo “real”

El cine documental busca representar un punto de visto sobre alguna realidad utilizando diversos recursos visuales, sonoros, narrativos y estéticos. Los falsos documentales recurren a las mismas estrategias y herramientas pero buscan objetivos diferentes. Muchos de ellos quieren que los espectadores sepan más sobre una situación del mundo real, otros buscan divertirlos y algunos hasta engañarlos deliberadamente.

En muchos casos los documentales utilizan recursos propios del cine de ficción para convencer al público del argumento que presentan. Un ejemplo de ello es Sugarman. Esta cinta recurre a la animación para darle una carga emotiva a la vida de Rodríguez, el protagonista de la película. A pesar de servirse de este y otros elementos, el objetivo se mantiene: mostrar la visión particular del director sobre una realidad.

Los falsos documentales aprovechan diversos recursos narrativos y técnicos para hacer sentir al espectador que lo que está viendo es “real”. Uno de los más usados es la cámara en mano. Las limitaciones técnicas y ambientes poco controlados a los que el cine documental se enfrenta lo obligan a tener imágenes “movidas”. Este recurso se ha vuelto tan convencional que muchas parodias y comedias lo aplican como recurso estético.

Otra característica que retoman los falsos documentales es la entrevista. Muchos cineastas conversan con los protagonistas y las personas relacionadas al tema que buscan retratar. Este recurso, junto al de la cámara en mano, se usan para lograr una sensación de realidad. Modern Family y The Office son dos series de televisión que manejan estas tácticas, aunque no pueden ser catalogadas como falsos documentales.

Taxi Teherán: criticar la realidad con ficción

Al igual que otros géneros cinematográficos, el falso documental tiene una amplia diversidad de películas que podrían usar esta etiqueta. Una de las características en común es el humor: a través de éste crean una parodia de la realidad. Si el objetivo fundamental del documental es mostrar una realidad, el de los falsos documentales podría decirse que es hacer una crítica de ciertas realidades.

Uno de los ejemplos más recientes de películas que buscan hacer una crítica a través de este género es Taxi Teherán de Jafar Panahi. Desde hace varios años el cineasta tiene prohibido hacer cine en su país. El gobierno de Irán lo condenó a prisión pero el cineasta pagó una fianza de 250 mil euros para poder cumplir su condena en arresto domiciliario. Además se le prohibió hacer filmes durante 20 años.

Taxi Teherán son las supuestas historias de viaje de Panahi –convertido ahora en taxista– por la capital de Irán. A través de las pláticas que tiene con los pasajeros se realiza una crítica a diversos temas sociales de su país. Sus clientes son diversos: un vendedor de películas piratas que le consigue cintas censuradas, un delincuente y hasta su sobrina comparten la ruta del director. Panahi, un personaje también, se convierte en una representación de algo real: la censura que ejerce el gobierno iraní.

Muchos falsos documentales han logrado engañar a su público como lo hizo La guerra de los mundos, la radionovela realizada por Orson Welles en 1930. Uno de los más recientes en lograrlo fue William Karel con Opération Lune. La película plantea como Stanley Kubrick trabajó con el gobierno de Estados Unidos para filmar el “falso” aterrizaje del Apolo 11 y su tripulación en la Luna.

Para lograrlo, el director recurrió a los recursos propios del documental. Utilizó material audiovisual de otros documentales y entrevistó a personajes importantes como Buzz Aldrin, astronauta del Apolo 11, y Christiane Kubrick, esposa del director. Los entrevistados fueron engañados para participar y sus respuestas fueron descontextualizadas. Aunque se sabe de esto, muchas personas aún afirman que la NASA jamás llegó a la Luna y Kubrick fue parte del engaño.

Borat: el arte de engañar

El recurso de engañar a los participantes de un falso documental es muy común en este género. Uno de los ejemplos más divertidos es Borat. El comediante Sacha Baron Cohen se disfraza de un periodista de “la gloriosa nación de Kazajistán” y recorre Estados Unidos tratando de entender la cultura de ese país.

Muchos de los participantes en la cinta desconocen que Borat no es periodista. El resultado es una película muy cómica que revela otras realidades de Estados Unidos que probablemente, con métodos más tradicionales, no se hubiera retratado fácilmente. La cinta logra a través de la risa hacer una crítica a ciertos elementos de la cultura en Estados Unidos: la xenofobia, la homofobia y el machismo, entre otros.

El proyecto de la bruja de Blair no es un falso documental

Recientemente más películas y series de televisión hacen uso de los recursos estéticos del cine documental. Tal vez el género cinematográfico que más lo hace es el terror. El proyecto de la bruja de Blair Rec y Actividad paranormal son dos de las cintas de terror más exitosas de los últimos 20 años.

La diferencia de estas películas con los falsos documentales es que no buscan que los espectadores crean que están viendo algo “real”. Sólo utilizan recursos como la cámara en mano para dar esa “sensación de realidad”. De hecho muchos críticos de cine utilizan el término “películas de material encontrado” para englobar a estos filmes.

Algunos falsos documentales que debes ver

Además de los títulos ya mencionados, estos son algunos de los mejores falsos documentales creados a lo largo de los años. A veces las verdades inventadas superan a la ficción y a la realidad.

This is Spinal Tap, 2004

What We Do in the Shadows, 2014

I’m Still Here, 2010

Man Bites Dog, 1992

It’s All Gone Pete Tong, 2004

Incident at Loch Ness, 2004

Zelig, 1983

Originally published at www.clicknecesario.com on August 18, 2016.

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