Varias cervezas, 1 Fiat 500, 2 Australian Shepherd y Suramérica

Julián Arango
3 min readMay 19, 2022

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O la travesía no planeada hacia el fin del mundo.

Oasis de la Huacachina — Perú / Foto: Julián Arango / Dispositivo: Google Pixel 5a

14 de Marzo de 2022 — Aquí empezaba una aventura no planeada, no calculada y mucho menos presupuestada. Simplemente un impulso, el resultado de sentirme quemado (burnout) en el mundo de las Startups, de sentir que necesito una pausa, que definitivamente una depresión puede durar mucho más de lo que pensaría; que si bien he tenido una recuperación positiva, hay recaídas que te tumban y te ponen en un hueco emocional del cual sientes que no puedes levantarte… Pero bueno, esa es otra historia, aunque importante un fragmento de ella para el contexto.

Sigamos con el contexto, o el origen, que para mi fue hace 6 años, cuando conocí a Eduardo Hernandez, un gran líder de la comunidad Startup Weekend (ahora director comercial del fondo para Startups Magma Partners), quién como yo se encontraba en Chile en el Summit de la comunidad LatAm aprendiendo, conectando y conociendo el futuro de Techstars y sus programas para Startups.

En ese momento en uno de los eventos de comunidad, entre copas y hablando de todo un poco, hablé sobre la intención de realizar un evento masivo en mi ciudad, que Medellín tenía todas las condiciones dadas para un Startup Weekend que pudiese alojar cientos de personas bajo un mismo escenario para aprender a emprender. Acto seguido, Edu me reta a realizar un Startup Weekend Mega con más de 500 participantes (él ya lo había logrado con otro grupo de líderes en CDMX y sabía lo retador que era)… Y bueno, las copas, el reto, la pasión por lograrlo y demás jugaron a favor para aceptarlo.

Era simple: si lo lograba; él pagaría mis vuelos al siguiente summit de la comunidad, pero de no hacerlo, yo debería llevarlo a Medellín a facilitar uno de mis eventos… El resultado: No lo logré; por coyuntura política, por que era un reto enorme, por falta de tiempo, o simplemente porque no logré los recursos necesarios para ello con el equipo (aunque hicimos varias versiones exitosas más pequeñas).

Dicho esto, tampoco le había cumplido a Edu con llevarlo a facilitar un evento, pero, aprovechando que estuvo en Medellín por 3 meses organizando el summit de portafolio para Magma Partners, donde es director comercial, hablamos al respecto y en una de tantas noches de cerveza y plática me comentó que quería pasar unos meses en Buenos Aires, así que pensé que era un buen momento para pagar mi deuda.

De otro lado, yo tenía un plan de 3 meses en CDMX, donde iba a vivir con mi novia (hoy mi ex), y pues, dadas las circunstancias del contexto inicial, no me sentía con muchas ganas de estar ese tiempo allá solo, así que le dije a Edu que podría unirme a su plan y por ahí ver cómo compensarle… De inmediato me respondió: ¡Claro, entre dos es mejor, pues la renta, gastos de limpieza y demás serían compartido!

Ahora solo debía cancelar mi Airbnb en CDMX, cambiar los vuelos y ¡listo! Pero lo que hacía falta era ¿Qué hago con mis perros? (tengo dos hermosos Australian Shepherd) y pues, otro día entre cervezas le dije ¿Y si nos vamos en el carro y llevamos a los perros?

Entre risas, burlas y más cervezas dijimos ¿Por qué no? y así se dio origen a este nuevo reto, como una broma, porque… ¿A quién se le ocurriría recorrer los más de 20.000KM de distancia desde Medellín hasta Ushuaia y de regreso, atravesando 8 países en un Fiat 500 con dos perros Australian Shepherd?

Esa broma resultó siendo un plan de 3 meses en la primera conversación, y viendo mapas, rutas, clima y demás, va en lo que resta de 2022.

¿Loco? ¿Arriesgado? ¿Irresponsable? ¡Veremos cómo avanza esto!

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