Yo no quiero que vengan los sirios

Salvador Campello – 2015

Salvador Campello
4 min readDec 2, 2017

No estamos como para acoger refugiados. Ahora que estamos empezando a salir de la crisis no va a venir gente de fuera y les vamos a dar becas escolares, casas gratis y todo subvencionado. España es para los españoles. Elche es para los ilicitanos. Es más, no deberíamos dejar que vengan ni sirios ni de ningún otro país árabe o sudamericano. Y echar a todos los inmigrantes que viven en nuestra ciudad porque les estamos pagando la sanidad a sus hijos. Fuera.

Yo no dejaría entrar tampoco a los de otras comunidades: como a los vagos andaluces o a los incultos murcianos. Elche no es de ellos. Echaría a todos los que han venido de fuera a hacer negocio en Elche, como a los madrileños que se creen que la playa es suya o a los catalanes que venden cohetes para l’Albà. Elche es para nosotros. Ni siquiera para el resto de valencianos. Y mucho menos para los alicantinos. A esos ni agua. Es más, dejaría fuera de Elche a pedanías como Les Vallongues que están más cerca de Alicante que de nuestra ciudad; o La Marina, que es casi de Guardamar. Y tampoco son de Elche los de Torrellano o El Altet. Fuera. Fuera todo el Camp. No vais a venir aquí encima a poner a vuestras reinas como las Reinas de las Fiestas. Elche es sólo el casco urbano.

Y ni eso.

Los barrios nuevos no son Elche Elche. La zona universitaria o la que hay junto al estadio no se merecen ser ni barrios. Y el Toscar o Carrús tampoco, que está lleno de inmigrantes de fuera. Ni el Sector V ni Altabix. Ellos no son la esencia de Elche.

El centro sí. Ahí es donde están los Patrimonios de la Humanidad. El alma del pueblo. Al otro lado del puente es todo parte nueva y obrera. Y el Raval un antiguo asentamiento árabe. Fuera. Fuera también las calles del centro que están llenas de grandes comercios internacionales o de pakistaníes que venden fruta o chinos que arreglan móviles. Elche es sólo mi edificio. Y si quito a los del último que se acaban de mudar y a los del segundo que son negros me queda mi casa. Elche es mi casa.

Elche soy yo.

Yo. ¡Ah! Esto sí que es la esencia de Elche. Yo sí sé guardar las tradiciones de este pueblo…

Aunque pensándolo bien ¿quién más va a tirar cohetes en la Nit de l’Albà si estoy yo solo? ¿Quién más va a acompañar a la Virgen desde el Tamarit cada diciembre? ¿O a aplaudir en la coronación del Misteri para que retumbe la basílica?

¡Qué sólo me acabo de quedar!

No me he dado cuenta pero acabo de echar a mis amigos y compañeros. Y hasta a mi familia: mis padres son hijos de emigrantes oriolanos. ¡Ay! ¿Qué he hecho? Me siento sólo.

La verdad es que los vecinos me han echado una mano cuando me ha hecho falta, sin mirar siquiera mi nacionalidad. Y los pakistaníes del centro me han sacado de más de un apuro. Me encanta pasear por El Raval. E ir a las pistas del Sector V, las piscinas de Carrús y a la Ciudad Deportiva de Altabix. Los barrios tienen también su esencia. También me gusta poder decir que Elche tiene tres universidades. Y un aeropuerto. ¿Cómo se van a quedar fuera las pedanías? Y más ahora que el Camp d’Elx ha conseguido llevar el nombre de Elche ante toda la Unión Europea gracias al reconocimiento de la Granada Mollar.

Elche es más que yo, mi casa y mi calle. Elche son también los barrios. Y las pedanías. Elche es más que los ilicitanos y que los hijos de ilicitanos. Son también los que vinieron a mitad del siglo pasado y han sabido mantener nuestras tradiciones. Con ellos se ha engrandecido nuestro entramado empresarial. Y es que Elche son también los trabajadores, vengan de la comunidad o del país que vengan.

Elche soy yo. Pero también ellos. Todos los que convivimos y trabajamos juntos por este pueblo. Elche somos nosotros. Y Elche serán también los refugiados que acojamos.

Porque Elche tiene su alma altruista.

--

--

Salvador Campello

Periodista ilicitano. Máster en @MIPumh. Cada día aprendo algo nuevo en @TeleElx.