Blue Reflection y la comprensión de las emociones. Primeras impresiones.

Rain
3 min readMar 5, 2018

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Más de una mañana te has despertado y no has tenido muy claro por qué razón deberías levantarte de la cama. Te sientes vacío y sin objetivos a la vista, y al mismo tiempo tienes en tu interior una mezcla indefinida de emociones que no logras identificar. Todo parece decirte que no merece la pena salir de ese espacio. Aún así, te levantas.

En muchas ocasiones el levantarse solo es el preludio de algo que tampoco sabes muy bien si merece la pena. Vas al instituto, a la universidad, al trabajo. “¿Para qué?”, te preguntas. Si en algún momento tuviste ambiciones, ahora te parecen irrealizables. Y está la gente, toda esa gente que parece saber muy bien a dónde va y lo que hace, mientras tú apenas puedes dar un paso sin volver a preguntarte el motivo para hacerlo.

Hinako es una chica de instituto cuyo motivo para levantarse cada día ha desaparecido. Una lesión en la rodilla le impide volver a practicar ballet, y ahora su vida se reduce a ser una estudiante más en medio de un montón de gente. “Estaría mejor muerta”. Y, entonces, una de las personas de ese montón habla con ella. “Me alegro de que estudies aquí”.

Este encuentro es la primera toma de contacto de Hinako con el Common, un mundo formado por el subconsciente colectivo de la humanidad (un concepto similar al Mementos de Persona 5). La admiración que Sanae siente por ella se descontrola, y la euforia que la invade traslada a Hinako a un lugar desconocido pero hermoso, en el que su lesión no existe. En este mundo su misión es “estabilizar” Fragmentos, formados por las fuertes emociones de una persona, al tiempo que elimina a los demonios que se arremolinan alrededor de ellos. Este encuentro es solo el primero de muchos con diversas personas que antes solo eran parte de un conjunto uniforme de individuos, y en cada uno de ellos los sentimientos que propician la aparición de un Fragmento son distintos, aunque parten de emociones similares: alegría, tristeza, ira, miedo.

Es posible que todos estos sentimientos desbordados que Hinako intenta controlar no sean algo estrictamente sobrenatural, sino una representación de cómo ha de hacer frente a los sentimientos de los que la rodean. La estabilización de los Fragmentos está unida a la comprensión de las emociones que los crearon, por lo que la dura misión que se le ha encomendado a la protagonista no es otra que la de entender a los demás y, por extensión, a ella misma: la tristeza que conlleva el temor a que las cosas cambien, el miedo a perder nuestros objetivos de vista, la alegría de estar junto a los que aprecias. El reto que se le presenta es descubrir cuáles son esos sentimientos que se mezclan en tu interior cada mañana en la que te sientes incapaz de seguir adelante, y el comprender que no son tan distintos a los que sienten los demás.

Hinako lucha con la esperanza de que se cumpla su deseo de que su rodilla se cure. Y debemos luchar, pues aunque en nuestro mundo no existe lo sobrenatural, la lesión no es más que una representación de la pérdida de nuestra voluntad de continuar.

Nos levantamos. Y ya es un comienzo.

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