¿Viajar solo? 5 rasgos de los que viajaron por su cuenta, aunque sea una vez

Ser_endipity
6 min readFeb 10, 2018

Durante los últimos años fue moneda corriente la pregunta: “¡¿Viajás sola?!” — añada cara de “estás loca” — , “¿No te da miedo?”, “¿No conocés a nadie allá?”

No, bitch.

Esas preguntas (y caras como la de Jesse) me hicieron dudar sobre las razones por las que viajé sola, y por las que las personas lo hacen en general. Y empecé a reflexionar un poco sobre los viajes, tanto acompañada como sola.

En primer lugar, creo que viajar solo es una experiencia enriquecedora que no hace falta vivir muchas veces para significar algo grande en nuestras vidas.

Por otro lado, considero que viajar solo no es lo mismo que hacerlo junto a otras personas, restando la compañía. Viajar con amigos, en familia o con una pareja es una forma ideal de conocerse mejor, disfrutar fuera del estrés y la rutina y conocer nuevos lugares. Viajar solo es todo eso, y más.

Antes de nombrar las razones por las que pienso esto, veo necesario aclarar que no soy una persona solitaria, al contrario, necesito mucho de la gente, de mis amigos y mi familia y comparto mucho tiempo con la gente que quiero. Es decir, no viajo sola porque no tengo amigos y nadie me quiso acompañar.

Ahora sí. Los 5 rasgos que encuentro en las personas que viajan solas:

1. Superan obstáculos que fortalecen su autoestima y los hacen crecer

Para una persona tímida las dificultades a la hora de emprender un viaje sola son bastante obvias; hacer preguntas a gente desconocida en la calle, entablar una conversación con alguien en un hostel o en un bar, hablar en otro idioma… Estando solo estos impedimentos se convierten en humo y se actúa naturalmente. Las personas estamos hechas para adaptarnos al contexto, sólo que cuesta animarnos a exponernos a lo desconocido. Conocer a otras personas y culturas deja de ser un esfuerzo, empieza a salir con naturalidad y es necesario para sobrevivir al viaje. Pasa todo el tiempo, incluso cuando no nos damos cuenta.

Para los extrovertidos y amigueros, los obstáculos tienen más que ver con enfrentar los momentos de soledad y aprender a disfrutarlos, a empezar a reflexionar un poco más. Al comienzo cuesta pero, yo que me considero más extrovertida que tímida, le agarré el gustito a pasear sola, tirarme en la playa, pensar, integrarme a un grupo ya armado. Quienes lo hayan hecho me darán la razón en que es mucho más probable hacer amistades o vínculos solo que viajando con alguien.

2. Se vuelven expertos en viajes, de la A a la Z

¿Quién no dijo “Vos buscá hotel y yo busco donde comer”? o “Guardame esto en tu valija que yo no tengo lugar”. Estando hay que hacerse cargo de todo uno mismo; buscar alojamiento, comida, actividad, etc. Poniéndome un poco estadística, creo que terminamos aprendiendo las cuestiones comunes de los viajes en un 50% más que viajando en grupo. Esto viene de gran utilidad para futuros viajes y desafíos, con o sin compañía. Es un curso acelerado en viajes cuyo título sirve para toda la vida.

3. Absorben más la cultura y el idioma de los lugares que visitan

Viajar con el amigo que se larga a inventar un portuñol o con el que habla mejor en inglés es siempre cómodo. Cuando uno lidia con esto solo puede y va a haber momentos confusos o que incluso den miedo, pero la verdad es que cuando necesitás hacerte entender lo vas a hacer. (Igual un cursito acelerado de inglés no viene nada mal. O usar apps como https://es.duolingo.com)

Por otro lado, cuando viajás acompañado y no querés seguir hablando con alguien porque te pareció denso o aburrido o (inserte calificación prejuiciosa sobre alguien con quien cruzó dos palabras) podés fácilmente darte vuelta y decir: “Perdón, estoy con mi novia”. En cambio, estando solo puede que termines en situaciones con las que no estés 100% cómodo. Pero lo interesante es que es en éstas en las que más aprendés, y hasta podés llevarte una muy buena experiencia.

Hace unos años en una reunión de Couchsurfing en París hablaba con un tipo de unos 50 años con Asperger. Me acuerdo haberme sentido incómoda por momentos y queriendo irme. Llegué incluso a tenerle miedo — me dijo que tenía una bomba — pero terminé conociendo su historia de vida, que me conmovió hasta las lágrimas (lo cual no es fácil). La bomba resultó ser metafórica 😃

Lo que yo me imaginaba

4. Se vuelven más tolerantes y desarrollan una gran empatía

Relacionado a la historia de recién, está el aspecto que considero más importante de todos. Las personas que viajan, y más las que viajan mucho y/o solas, suelen ser generosas, abiertas y comprensivas. Cuando estamos con amigos nos sentimos más seguros, más fuertes, y no está mal, es normal. Cuando estamos solos y todo depende de nosotros tendemos a ser más respetuosos, a preguntar con más amabilidad, a considerar más al otro, al desconocido. Porque estamos más pendientes del entorno y somos más dependientes de él también. A la vez, es más probable que veamos una situación que nos conmueva y querramos hacer algo al respecto, porque no hay con quien hablarlo o compartirlo, el momento de actuar es ese. Y a veces actuamos sin pensar y nos terminamos sorprendiendo a nosotros mismos.

5. No sólo se les abre la mente, también muchas puertas

Ok, ya viajaste solo. ¿Y ahora? Después de haber salido de la zona de confort y hecho ese giro en la forma en que recorremos el mundo, nos quedamos con valiosos recuerdos y también, sobre todo, con valiosos contactos. El abanico que se despliega con posibilidades es increíble; oportunidades de trabajo, de estudio, amistades y relaciones de cualquier tipo.

Hace 4 años viajé a Chile por trabajo. Más allá de la gran experiencia que significó en lo profesional, fueron unos meses de mucho aprendizaje personal que me permitió conocer personas increíbles de todo el mundo. Entre ellas, unos grosos de Costa Rica quienes 1 año después me ofrecieron un trabajo en San José. Me lancé y viví gran parte del 2015 en Centroamérica, trabajando y viajando.

Después de estas reflexiones, llegué a la conclusión de que sí, hay que estar un poco loco para salirse del entorno sin depender de nadie más. Aunque cambiaría locura por liberación, sentirse libre y despojarse de miedos y prejuicios. Prejuicios sobre las personas de otros países, sus formas de ser y vivir. O también prejuicios sobre el lado económico del viaje, la creencia de que se viaja con mucha plata o no se viaja.

Para quienes leyeron esto y lo siguen dudando, me parece necesario recordarles que viajar solo no es nada nuevo, aventureros hubo siempre, y hoy con las facilidades en transporte y comunicación, las excusas para no hacerlo son cada vez menos.

Unos consejitos

  • Si querés empezar de a poco, planificá un viaje en familia o con amigos y salite por unos días del plan, explorá una ciudad vos solo.
  • No te sientas mal si fuiste a un parque la tarde que se suponía que ibas a estar de museos, o si no te pudiste levantar para ir a una excursión porque te quedaste en un bar hasta las 4 de la mañana. Los museos van a seguir estando ahí el próximo día, o la próxima vez que viajes.

Así como nunca nos olvidamos de la primera vez que fuimos independientes (primera mudanza, vivir en otro país, primer auto, primera convivencia, etc.), nunca olvidamos ese primer viaje por nuestra cuenta, y todo lo que nos dejó.

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