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Sofia Donner
9 min readAug 22, 2022

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En junio 2022 sucedió un taller de facilitación gráfica en CDMX. A continuación el relato de la experiencia y lo aprendido en el camino.

Por Reilly Dow y Sofia Donner

Foto: Daniel Cruz Rión

De la chispa a la fogata: Cómo sucedió

En marzo 2022, una imagen provocó una bella e inspiradora conversación entre Sofi y Dani, marcando el comienzo. Al día siguiente, una idea: hagamos un taller de facilitación gráfica en CDMX. Sofi tenía planes de volar de Uruguay a NYC a visitar familia unos meses después, así que podría acercarse a CDMX desde ahí más fácil.

Después de lanzar la idea y ver el entusiasmo de Dani, Sofi llamó a Reilly y le propuso facilitar juntas un taller presencial en junio. A Reilly le encantó la invitación y acordaron retomar la conversación y definir la posibilidad un poco más adelante (*en parte porque Reilly estaba a poco tiempo de casarse). Quedaban aproximadamente dos meses para lanzar, difundir, planear el taller — y juntar un grupo. En el proceso, Dani invitó a Aisel a ser parte del equipo, y ellas colaboraron en la difusión, la comunicación, y la producción del taller. Así empezamos a comunicar y diseñar el taller en paralelo, y se fue despertando el interés.

Fotos: Reilly Dow

Hicimos un taller de 3 sesiones (un encuentro virtual de bienvenida de dos horas el viernes 10 de junio, y dos días completos presenciales, el sábado 11 y el domingo 12). Fue un proyecto autogestionado entre las cuatro, sumando aportaciones claves de más colaboradores.

Fotos: Daniel Cruz Rión y Sofi Donner

Alimentar el fuego: El cuidado de un contenedor sano

Sofi viajó a México y finalmente se dió el encuentro del equipo. Hubo abrazos apenas nos vimos por primera vez. Hablamos 5 horas sin parar, ¡y no del taller! Una bella señal de que sucedería la magia que veníamos soñando.

Contenedor virtual-presencial

Primero ofrecimos un espacio virtual breve y casual de apertura, vía Zoom, para conocernos y dar inicio al taller sin tener que luchar con el tráfico de la ciudad un viernes en la tarde noche. Esto nos permitió cuidar nuestra energía el día previo a un taller presencial intensivo de dos días, y a la vez empezar a conectar, escucharnos y vernos las caritas.

Uno de los ejercicios de esa sesión inicial fue dibujar y escribir individualmente nuestra intención para el taller, para tenerla presente. Nos ayudó a dar el tono del encuentro para ya estar sintonizadas al vernos, y a empezar desde el nivel individual a generar claridad de intención y propósito para el encuentro.

Fotos: Reilly Dow y Sofi Donner

¡Sí!, se puede crear o empezar a crear contenedor de manera virtual, para ir estableciendo las condiciones para el aprendizaje mutuo* en el encuentro presencial. (*Este término viene del trabajo de Nora Bateson, más info de symmathesy acá.)

El término contenedor se refiere al espacio social y energético dentro del cual interactuamos, trabajamos, dialogamos, etc. Según Kelvy Bird, “Los contenedores son espacios energéticos para la posibilidad, son una raíz esencial para cualquier práctica facilitadora” (Bird, 2020). Estos espacios

“… sostienen lugares, personas y estados del corazón. La debilidad o la fuerza de un contenedor determina la probabilidad de una conversación perjudicial o exitosa, de relaciones dañinas o amorosas, de entornos destructivos o productivos, de malestar o bienestar” (Bird, 2018, p. 37).

Foto: Daniel Cruz Rión

Pensamos este taller como un mini-mundo temporal cocreado, basándonos en la idea de Priya Parker, quien describe cualquier encuentro como un posible mundo temporal alternativo. Teníamos dos días en grupo y queríamos explorar qué es posible en ese tiempo, para esas personas. Buscábamos crear un espacio experimental creativo donde aprender todas juntas y explorar los límites técnicos, emocionales, mentales y sociales de la facilitación gráfica.

Foto: Daniel Cruz Rión

El chasquido de la leña: Cómo nos sentimos y qué aprendimos

A lo largo del diseño y desarrollo del taller nos fuimos encontrando con distintos desafíos. Cada uno de ellos nos llevó a cuestionarnos, tomar decisiones y aprender de ellas.

Dinero y accesibilidad
Sabemos que no todas las personas que se pueden beneficiar de un taller como este pueden pagarlo de su bolsillo. El costo debe tomar en cuenta tanto los gastos del espacio, comida, transporte, materiales, comunicación, gestión, producción, además de honorarios para quienes lo facilitan.

Las técnicas de facilitación gráfica pueden ser de gran valor en entornos comunitarios, artísticos, de diálogo y cocreación, no solo en empresas con presupuesto suficiente para pagar estos servicios. Parte de nuestra intención con este taller era justamente compartir esta técnica y nuestra experiencia con redes artísticas y personas que trabajan por ejemplo en proyectos culturales y creativos autogestionados, y en ambientes y procesos comunitarios. Un gran aprendizaje de esta experiencia es que en estos contextos, es más viable realizar un taller de manera sana y sustentable, si existe un apoyo institucional.

Foto: Daniel Cruz Rión

Habíamos definido un precio inicialmente, después recibimos devoluciones de algunas de las personas a quienes queríamos ofrecer el taller y encontramos que debíamos bajarlo a menos de la mitad. Tuvimos un momento de pausa en el que nos preguntamos si sería posible realizar este taller de esta forma y en este momento. El precio original incluía (entre otras cosas) catering, el costo de rentar un espacio 3 días y el alojamiento de Sofi por una semana. Para que sí sea posible, decidimos movernos buscando alianzas. Comunicar el valor del encuentro para entusiasmar y sumar más equipo. Así fue que Obrera Centro colaboró con la ideal locación para el encuentro, Casa Carmelia alojó a Sofi y Daniel Cruz aportó su mirada con el registro fotográfico del encuentro.

Las conexiones humanas como punto de partida
Las conexiones entre nosotras fueron el elemento clave que hizo posible este taller. Las cuatro ofrecimos talleres antes. Las cuatro participamos en procesos colectivos antes. Había cierta conexión entre nosotras y a la vez no todas nos conocíamos previo al desarrollo del taller, pero se abrió un espacio de colaboración donde pudimos sumar nuestras experiencias. Crear juntas una experiencia rica de aprendizaje mutuo, fue de por sí una vivencia muy especial. Solo fue posible llevar a cabo el taller gracias al entusiasmo, la confianza, las redes y los recursos de Dani y Ais. La cocreación abre posibilidades, a veces inesperadas. Pedimos ayuda y la recibimos.

Foto: Daniel Cruz Rión

El poder de la cocina
Otro espacio donde las conexiones humanas se manifestaron fue, como siempre sucede, en la comida. Decidimos ser transparentes al momento de reducir el precio del taller, lo que implicaba un cambio de planes para la comida. Pedimos a todas las participantes que trajeran algo para compartir. Se generó un espacio súper lindo de convivencia en la cocina y aprendimos del grupo a través de lo que trajeron. Resultó ser un elemento clave de la experiencia y fortaleció nuestro contenedor. El taller se convirtió en una experiencia cocreada naturalmente a través de la comida, sin tener que forzarlo. Además, la cocina es un lugar nucleante en Obrera Centro -como puede ser en nuestras casas- y aprovechamos ese espacio.

“Gracias por la metodología y escuchar al grupo, comida deliciosa y convivencia segura.”

“Exceso de información en poco tiempo. ¿Cómo digerir?”

La pregunta de cómo digerir es muy buena. Toma tiempo. Requiere tiempo.

Foto: Daniel Cruz Rión

El fuego ancestral: De dónde vienen los saberes

“Se siente que todo es espontáneo y al mismo tiempo se nota el corazón y energía que le pusieron.”

“Me encantó el balance teórico-práctico.”

Compartimos no sólo tlacoyos*, también mucha información durante el taller. Surgió la pregunta de cómo digerir tantos aprendizajes, nuevos conceptos, herramientas, y esto por supuesto toma tiempo. Es importante reconocer que en un taller de dos días se pueden desarrollar muchos intercambios, transmitir información, probar y practicar, pero la digestión de todo esto vendría con el tiempo y más práctica. Nuestro mini-mundo tenía límites. Y cada quién aplica y desarrolla estos métodos y aprendizajes de su propia forma.

Foto: Daniel Cruz Rión

Un mes y medio después del taller presencial, abrimos un espacio opcional por Zoom justo para aclarar dudas, compartir experiencias y seguir procesando en diálogo.

En cuanto a contenidos, pedimos permiso a varias colegas para incluir sus modelos y prácticas en el diseño del taller. Por ejemplo, de Kelvy Bird, la creadora de Generative Scribing, y Alfredo Carlo, cocreador de Visual Practice Workshop, y Somatic Scribing de Kate Morales.

También enseñamos el trabajo de David Kantor, Otto Scharmer, y nos influenció el trabajo de Nora Bateson y Bill Isaacs.

En el grupo de participantes, estaban representadas disciplinas diversas: cine, artes plásticas, gestión cultural, ONGs y OSCs, entre otros ámbitos y contextos de trabajo. Nos hubiera gustado tener tiempo para conocer más a fondo el trabajo y la experiencia de cada quien, y nos quedamos con la pregunta de cuál sería la mejor forma de lograr esto durante un taller de esta duración. Nos quedamos también con las fuertes conexiones que se formaron con este grupo, para seguir conociéndonos y ojalá colaborando.

*Para lectores internacionales no familiarizadas con el tlacoyo, según Wikipedia: platillo [delicioso!] de la gastronomía típica mexicana que consiste en una tortilla gruesa ovalada y larga, preparada con masa de maíz, sobre la cual se coloca, a manera de complemento, una mezcla de ingredientes como nopales, queso, salsa con chile y cebolla​.

Foto: Daniel Cruz Rión

Prender más fogatas: Qué queremos que suceda.

Tenemos las ganas e intención de repetir esta experiencia incorporando los aprendizajes obtenidos. Muchas gracias por tu interés y por leernos ¿Te gustaría participar o cocrear un taller?

Puedes inscribirte al boletín de Reilly acá para recibir noticias e invitaciones a futuros talleres.

Si formas parte de una organización y te interesa capacitar a tu equipo o comunidad, podemos ayudarte con un taller presencial o virtual. Contáctanos aquí:

Reilly: reilly@pinkfish.ca

Sofi: sofi.donner@gmail.com

Foto: Daniel Cruz Rión

¡Muchas gracias a todas las personas que asistieron y participaron! Y gracias a quienes nos ayudaron a difundir y llevar a cabo este taller. ❤️

Qué nos dijeron de la experiencia

“Incluir teoría y no solamente práctica. Así como regresar los temas a la corporalidad y lo subjetivo me ha encantado. El ambiente, la calidad de contenedor que han creado es mágica.”

Me encantó la forma dulce en la cual se comunican y marcan las estructuras y el taller y ustedes en general!”

Dinámicas muy divertidas, prácticas y útiles y me gustó poder poner en práctica con el último ejercicio lo aprendido del día.

Nota: En este texto se tomó la decisión de utilizar el femenino para el sujeto grupal porque en todo el proceso participamos principalmente mujeres.

Bibliografía

Bateson, N. (2022). Symmathesy (the poem). https://norabateson.medium.com/symmathesy-709a39ccb5bc

Bird, K. (2018). Generative scribing: A social art for the 21st century. Boston: PI Press.

Bird, K. (2020). Containers. https://medium.com/presencing-institute-blog/containers-458a26083f00

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