¿Por qué esta miel sabe diferente? ¿Y cómo podría afectar eso a los mercados globales?

Sofía De León Guedes
11 min readApr 18, 2024
La producción de miel en campos de colza ha sido una práctica común en los últimos años en los países del sur, proporcionando a menudo una ofrenda floral de finales de invierno a las colmenas y una miel distinta.

Introducción

Sumérgete en el encantador mundo de la miel. Un elixir fascinante, adornado con tonos dorados, marrones, ámbar, carmesí y violeta, despliega su esencia en forma líquida, cremosa, viscosa o espesa, con o sin cristales. Su sabor, una sinfonía de notas dulces, ácidas y quizás astringentes, baila con aromas intensos, cítricos, suaves, florales o frutales. Esta antigua delicia, que ha inspirado ríos de tinta a lo largo de la historia, era tan venerada que nuestros antepasados arriesgaban sus vidas para obtenerla.

¿Qué distingue una miel de otra? ¿Qué hace única a una miel? Este producto, en cualquiera de sus manifestaciones, promete otorgar un inmenso placer a nuestras papilas gustativas y sostener a numerosas familias en todo el mundo. Entonces, ¿por qué importa cómo está constituida y de dónde proviene?

Las abejas emprenden viajes dentro de un radio de dos a tres kilómetros, recolectando incansablemente néctar, polen y varias otras secreciones vegetales, predominantemente de angiospermas (plantas con flores). A través de esta búsqueda incesante, desarrollan gustos y preferencias, elaborando una dieta tan diversa y nutritiva como la de cualquier animal. A lo largo de este camino, ciertas mieles surgen como predominantemente obtenidas de especies botánicas específicas, comercialmente referidas como monoflorales, con guías especializadas disponibles para tales distinciones (1). Por el contrario, la miel con orígenes diversos recibe la etiqueta de polifloral.

¿Qué es la “denominación de origen” y cuál es su propósito?

En la era actual, los consumidores en los países desarrollados han adoptado un comportamiento admirable: exigen transparencia en su alimentación, desde la producción hasta la comercialización. Esto conduce a desafíos logísticos y de producción, pero también abre oportunidades para destacar la singularidad de nuestros alimentos.

El mercado requiere alimentar a miles de millones de personas con materias primas de todos los orígenes, y en el proceso, muchas potencias agrícolas encuentran su negocio en la venta de grandes volúmenes de productos. Otros, por el contrario, carecen de la capacidad de producir o exportar grandes cantidades. O simplemente quieren distinguir lo que producen. Productos especializados como el café o el vino a menudo tienen una breve descripción de sus cualidades en la etiqueta, incluido el lugar donde se cultivó su planta madre.

Pero, ¿qué pasa con la miel? Compuesta principalmente de secreciones azucaradas recolectadas, procesadas y combinadas con las propias sustancias de las abejas, la miel tiene propiedades intrínsecas asociadas con su origen, determinadas en parte por su composición en un clima con humedad, suelo y temperaturas específicas, así como especies de plantas con diferentes tiempos de maduración (2,3). Esto le da a la miel no solo diferentes colores, olores y sabores, como aquellos que disfrutan consumiendo este producto regularmente pueden haber notado, sino incluso propiedades medicinales. Estas características pueden efectivamente ser conocidas, medidas y determinadas de manera que diferencien la miel a nivel comercial.

“Denominación de origen” es un término reconocido por la Organización Mundial del Comercio que se refiere a productos con cualidades únicas vinculadas a su origen geográfico (piensa en el Champagne o el café colombiano), que a menudo exhiben propiedades organolépticas que hacen imposible que un producto idéntico sea fabricado en otro lugar. Es una estrategia comercial particularmente beneficiosa para los pequeños productores de miel, ya que permite la diferenciación de un producto que de otro modo podría tener dificultades para alcanzar mercados que pagan mejor.

Aquí viene la palinología

Proporcionar a los consumidores información veraz sobre el origen de su comida tiene aspectos genuinamente fascinantes. La palinología, el estudio del polen, se emplea para identificar el origen de una miel particular. Esto implica filtrar, mediante técnicas de laboratorio, el polen presente en una muestra de miel, mientras se evita meticulosamente la contaminación externa. Examinar la forma del polen bajo un microscopio permite la determinación precisa de las especies de plantas de las que se alimentan las abejas, y proporciona información sobre sus preferencias. Aunque este análisis incurre en un costo, y requiere la habilidad de un experto, desvelar los misterios del polen se convierte en una puerta hacia la mejora de los dulces resultados económicos de las aventuras apícolas.

En la búsqueda de este conocimiento, me encuentro sumergida en el estudio de las formas del exine del polen. La morfología del pollenkitt, la sustancia principal que compone la capa externa del polen, es sencillamente fascinante. Imagina que tu demanda como consumidor consciente me sumerge en el estudio de formas taxonómicas curiosas, lo que me lleva a identificar patrones bajo el microscopio durante horas. Paso estas horas maravillándome ante las increíbles estrategias de la naturaleza, aparentemente ocultas a nuestros ojos desnudos, facilitando el transporte del polen de diversas maneras para alcanzar el estigma, fertilizar la flor y perpetuar la especie. ¿No es verdaderamente asombroso?

Ejemplos aquí y allá

En diferentes partes del mundo, los científicos han emprendido varios esfuerzos para clasificar ecosistemas donde los polinizadores viven y obtienen sus recursos alimenticios durante todo el año. Se ha encontrado que en entornos específicos, las especies que las abejas polinizan imparten cualidades excepcionales a la miel originada de esos lugares.

Estas distinciones van más allá de los atributos nutricionales, con algunas mieles demostrando potenciales propiedades curativas. Considera el caso de la miel de manuka, conocida por su poder antioxidante, lo que la hace muy buscada. Esta miel proviene predominantemente del néctar de Leptospermum scoparium, una especie de mirto endémica de Nueva Zelanda y el sureste de Australia, y se ha comprobado que sus compuestos poseen capacidades antioxidantes potentes a través de investigaciones extensamente validadas (4).

Los investigadores postulan que los compuestos fenólicos encontrados en las plantas, como ácidos aromáticos y flavonoides, sustentan los efectos antioxidantes de la miel y su capacidad para combatir radicales libres, conocidos culpables detrás de tumores malignos. Existe un vínculo directo entre el origen botánico y las propiedades antioxidantes de la miel (5). Las observaciones abarcan un espectro de enfermedades, incluyendo afecciones bacterianas, fúngicas, virales y metabólicas. Esto abre puertas para acceder a un medicamento o fuente alimenticia de gran valor para la prevención de enfermedades a un costo relativamente bajo, especialmente en comparación con las alternativas farmacéuticas. El impacto potencial es particularmente notable para los países en desarrollo.

Por ejemplo, en el noreste de Uruguay, mis colegas científicos encontraron un valle único rodeado por un bosque indígena nativo donde la composición de especies permitió que la miel obtuviera niveles particularmente elevados de potasio y hierro, así como compuestos polifenólicos que le otorgan un color y sabor distintivos (4). Aunque la cosecha tarda más que en los típicos bosques artificiales de eucalipto en la zona, y los volúmenes son menores, ya hay comerciantes que han logrado etiquetar esta miel por su origen en el mercado mundial y compartir su historia con el mundo (6). Diversos beneficios resultan de aplicar esta estrategia.

Junto a los granos de polen de Brassica napus se puede observar un grano (residual)
de Cucurbitaceae, con ornamentación reticulada y múltiples poros. Muestras extraídas mediante el método de Louveaux, preparadas a partir de Louveaux et al. (1978).

Beneficios en el sector apícola y su entorno

Estos beneficios pueden incluir el orgullo de los pequeños apicultores en áreas rurales respecto al entorno que habitan y un mejoramiento de su sustento que les ayuda a permanecer en el medio, evitando la migración a las ciudades para ganar ingresos decentes. A su vez, permite la generación de una mayor diversidad de productos que habilitan a las autoridades para posicionar mejor nuestro pequeño país (o cualquier otro que practique esto) como una marca natural a nivel mundial, mostrando sus productos de calidad incomparable en ferias internacionales y ganando acceso a nuevos mercados.

En el gran final, los científicos afirman que este proceso meticuloso nos permite valorar los servicios prestados por santuarios como el Valle del Lunarejo, protegidos por ley. ¿El efecto dominó? La posible creación de más áreas protegidas, asegurando la preservación de refugios naturales que producen productos excepcionales en perfecta armonía con el entorno. La miel cosechada de estos paisajes intactos asegura su origen contra la amenaza de contaminación agroquímica. Mientras una vez creímos que la conciencia ambiental sería la salvadora de las abejas, poco imaginábamos su potencial para salvaguardar su sustento y, en consecuencia, generar beneficios. En esencia, la lucha contra la degradación ambiental surge no solo como una necesidad, sino como una oportunidad comercial. Este es el nacimiento de lo que acertadamente se denomina “empleos verdes”.

Importancia del valor agregado

Sin embargo, nada de esto es posible si un país o estado no ejerce su soberanía a través del conocimiento de sus recursos naturales. Para ello, son necesarios verdaderos esfuerzos en investigación, desarrollo y políticas públicas territoriales. Nuestros científicos han hecho valiosas contribuciones con recursos limitados, pensando en las necesidades locales. Han descrito entornos naturales únicos y han estudiado el comportamiento de las abejas en las situaciones más diversas. Han permitido que los productores accedan a información confiable para mejorar su negocio.

En el dinámico mundo de la apicultura, incluso en entornos altamente productivos, colocar estratégicamente las colmenas se convierte en una forma de arte. Tomemos, por ejemplo, la práctica común en mi país, donde las colmenas están estratégicamente ubicadas para la diferenciación comercial de la miel, ya sea la miel clara y distintiva de colza, la aromática versión del eucalipto, o la variedad de pradera de alfalfa.

Sin embargo, este ballet de abejas no siempre es una rutina perfectamente coreografiada. Cuando llegan las colmenas a estos sitios, las abejas, con sus caprichosos gustos, a menudo se aventuran más allá de las fuentes de néctar planeadas, desdibujando las características únicas del cultivo de la miel. Aquí está el dilema: un agricultor esperanzado espera aumentar los rendimientos de los cultivos mediante el forrajeo de abejas, solo para descubrir que la fuerza laboral zumbante tiene diferentes preferencias, favoreciendo recursos más fáciles y abundantes. Esto ocurre especialmente en el caso de los campos de leguminosas, donde a menudo es difícil para las abejas pecorear eficientemente el cultivo para aumentar los rendimientos.

El intrincado baile de las abejas no es solo un espectáculo; es una compleja interacción de factores que despiertan tanto la curiosidad científica como la económica. Desentrañar los misterios que regulan el desarrollo de la colonia de abejas no es solo una búsqueda científica: es la clave para desbloquear el potencial económico en el cautivador mundo de la apicultura.

Entender las relaciones causales entre diferentes variables podría permitir la manipulación de parámetros específicos, como colocar colmenas de modo que la producción de miel tenga un origen específico, de acuerdo con las preferencias de la colmena. En este caso, tanto el agricultor como el apicultor se beneficiarían, uno con un cultivo de mejores rendimientos y el otro obteniendo una miel monofloral que puede venderse de manera diferente.

Una política estratégica por parte de nuestros líderes, buscando impulsar a las comunidades en su potencial comercial dadas sus ventajas naturales, permitiría a los apicultores de todo el mundo descubrir productos increíbles, deliciosos y maravillosos con múltiples características y orígenes, o posiblemente incluso descubrir nuevos e innovadores medicamentos.

Además, una política estratégica global definida hacia este tipo de apicultura permite a los pequeños apicultores resistir la embestida de las fluctuaciones en los precios de la miel. Muchas veces, los bajos precios de este producto resultan en márgenes devastadores para estos productores, haciendo difícil que permanezcan en el mercado. A través de la comercialización de productos con precios diferenciados para una calidad y valor superiores, contribuimos a la permanencia de muchos productores en el campo.

Pero eso no es todo. Esta estrategia apícola no se trata solo de victorias dulces en el mercado de la miel. Es un giro en la trama que asegura que los pequeños apicultores triunfen contra todo pronóstico. No más montañas rusas de precios que amenacen sus medios de vida; en cambio, un enfoque mental de colmena con precios diferenciados para miel de primera calidad se convierte en su escudo. El mercado se convierte en una utopía de miel donde la calidad reina suprema, asegurando la supervivencia de estos héroes zumbadores en el campo.

Conclusión

Queda mucho trabajo por hacer. Abrir nuevas puertas o discusiones para la valorización de este sector es fundamental si queremos abordar el desafío de una manera creativa e innovadora. Solo de esta manera se asegura el desarrollo del sector de manera duradera. Sin conocer los intereses comunes de los productores en múltiples sitios alrededor del globo, no podemos ayudarnos mutuamente.

Los consumidores conscientes impulsan la demanda de alimentos auténticos, así como la preservación de entornos naturales. La combinación de conocimiento, tecnología y políticas estratégicas puede transformar el sector apícola, proporcionando productos únicos, medicinas innovadoras y sostenibilidad económica para las comunidades locales.

A lo largo de este artículo, se ha intentado demostrar cómo una perspectiva que incluye las dimensiones comerciales, territoriales y ambientales puede resultar en beneficios para la sociedad y el entorno. A nivel global, es un poco romántico pero no ilusorio imaginar una especie de intercambio cultural porque un extranjero consume un producto a miles de millas de donde fue producido y sabe exactamente de dónde proviene.

Mi país quizás no sea un productor significativo en volumen o participe en las grandes ligas del comercio global. Sin embargo, puede contar con capital humano capacitado, cubriendo cortas distancias, llegando a cada rincón para traer innovación y desarrollo en planes estratégicos que funcionen de manera sinérgica y alivien la dureza de una economía basada en industrias primarias, sujeta a la imprevisibilidad del cambio climático. Creo en sistemas resilientes y capacidades técnicamente adaptables con un emprendimiento sustancial y autonomía para la innovación.

Imagina esto: una estrategia global que transforma la apicultura en un superhéroe que salva a los pequeños productores de las traicioneras olas de fluctuaciones de precios de la miel. En esta dulce saga, nuestros gobernantes se convierten en maestros visionarios, orquestando políticas que empoderan a las comunidades para desatar su potencial comercial. El resultado? Una sinfonía mielada de sabores increíbles, orígenes únicos y hasta maravillas medicinales, todo gracias al baile armonioso de las abejas y las políticas estratégicas.

Quizás la miel de una reserva natural se exporte y se distinga como tal, llegando lejos de su origen. La información en la etiqueta del frasco de miel se convierte en tema de discusión en la mesa familiar. Un miembro de la familia saca su teléfono y busca ese lugar remoto del mundo que está suministrando y endulzando el desayuno. Se preguntan qué hacen allí, qué comen, cómo viven. Cómo llegó ese frasco allí. Saborearán la miel, y cada uno tendrá una opinión diferente sobre a qué les recuerda, o por qué es diferente. Quizás ubique un nuevo lugar en el mapa en su imaginación, y ahí termina, sin mucho interés. Quizás termine en un estudio más profundo, quién sabe en qué forma. Nunca se sabe.

Pero la satisfacción de conocer directamente a quienes apoyan tu consumo no tiene precio.

Y la satisfacción de decirle al mundo entero que estás ofreciendo algo único e irrepetible que se sostiene por sí solo, con tu sudor y lágrimas, es simplemente incomparable.

Este artículo es una traducción de su original, publicado en el Vol. 164 № 5 del American Bee Journal.

Artículo en inglés aquí

Bibliografía

  1. Ohe, W., Persano, L., Piana, M., Morlot, M., & Martin, P. (2004). Harmonized methods of melissopalynology. Apidologie, 35(Suppl. 1),S18-S25.https://doi.org/10.1051/apido:2004050

2. Cracco P, Moreni A, Cabrera C, Galietta G, Santos E. Honey characterization from two landscapes of the northeast region of Uruguay. Agrociencia Uruguay [Internet]. 2022 [cited 24 feb 2024];26(1):e980. doi:10.31285/AGRO.26.980.

3. Cracco P, Cabrera C, Cadenazzi M, Galietta G, Moreni A, Santos E, Zaccari F. Uruguayan honey from different regions, characterization and origin markers. Agrociencia Uruguay [Internet]. 2022 [cited 24 feb 2024];26(2):e947. Doi: 10.31285/AGRO.26.947.

4. El-Senduny, F. F., Hegazi, N. M., Abd Elghani, G. E., & Farag, M. A. (2021). Manuka honey, a unique mono-floral honey. A comprehensive review of its bioactives, metabolism, action mechanisms, and therapeutic merits. Food Bioscience, 42, 101038. doi:10.1016/j.fbio.2021.101038

5. Moreni A, Cabrera MC, Cracco P, Cadenazzi M, Pirotti F, Santos E. Trace elements content and antioxidant capacity in honey from protected phytogeographical regions in Uruguay. Agrociencia Uruguay [Internet]. 2023[cited 24 feb 2024];27:e1121. Doi: 10.31285/AGRO.27.1121

6. El trabajador forestal que encontró una oportunidad en la miel y exporta a Europa (2023, july 9th.). El Observador. https://www.elobservador.com.uy/nota/el-trabajador-forestal-que-encontro-una-oportunidad-en-la-miel-y-exporta-a-europa-20237719652

7. Salvarrey, Sheena, Arbulo, Natalia, Rossi, Carlos, Santos, Estela, Salvarrey, Luis, & Invernizzi, Ciro. (2017). Use of Native Bumblebees (Bombus atratus Franklin and Bombusbellicosus Smith) to Improve Seed Production of Red Clover (Trifoliumpratense)Agrociencia (Uruguay), 21(1), 95-104. https://agrocienciauruguay.uy/index.php/agrociencia/article/view/179/158

8. Keller, I., Fluri, P., & Imdorf, A. (2005). Pollen nutrition and colony development in honey bees: Part II. Bee World, 86(2), 27–34. http://dx.doi.org/10.1080/0005772X.2005.11099650

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Sofía De León Guedes

Sistemas agroalimentarios, ambiente y desarrollo. Siempre más preguntas que respuestas.