Pero y a vos, ¿qué te llevo a escribir?
A partir de un viaje soñado que estaba planeando con mi mamá, se me ocurrió la idea de intercambiar diarios de viaje.
Que cada una buscara entregarle a la otra un diario, elegido pensando en el otro y sus gustos. No solo me pareció interesante porque de esta forma podríamos ir documentando el viaje en sí, sino también los preparativos del mismo. La idea era que pudiéramos empezar a escribir con la suficiente anticipación como para desahogar la ansiedad e ilusión que sentíamos.
Le planteé la idea a mamá y se entusiasmó de inmediato. Enseguida, empezó a pensar dónde conseguirlo y cómo le gustaría que fuera mi diario.
Lo que nunca se me ocurrió fue que ese diario de viaje entregado como un ofrenda de la una a la otra, fuera un diario íntimo en el cual terminaríamos confesando nuestros sentimientos más profundos. Plasmando vivencias, desilusiones, amores a primera vista, estafas y tantas otras cosas.
Es increíble como los detonantes pueden ser tan diversos. El intercambio de ofrendas fue mi disparador.
Pero y a vos, ¿qué te llevo a escribir?