Por más lentes periféricas que miren y cambien el mundo

Thayane Guimarães
4 min readJun 19, 2019

Las palabras y categorías desarrolladas para interpretar y explicar la realidad a nuestro alrededor son demasiado genéricas para dar cuenta de la complejidad social: global, local, política, participación, género, diversidad y inclusión. ¿Qué significa todo esto en la red de las desigualdades que estructuran países y el escenario internacional? ¿Qué significa pensar el gobierno abierto en escenarios tan diversos y discrepantes?

De las cosas que más me sorprendieron a lo largo de una semana de nuevas experiencias y aprendidos en el Summit de la Open Government Partnership, en Canadá, la principal de ellas fue: construir políticas y gobiernos inclusivos, basados ​​en principios feministas, es posible y, ya hoy en día, una realidad. La presentación del GBA + en el evento fue, sin duda, un momento de ensanchar sonrisas y hacer brillar los ojos. Un cuaderno de principios feministas que debe ser respetada y considerada en el desarrollo de toda política de una nación. Al final, con todos los percances que puedan existir en la implementación del GBA +, para mí, parece un sueño materializado por las mentes y brazos de muchas mujeres que ocupan espacios en la política institucional del país. ¿Para usted no? Explico mis motivos: mientras que el camino recorrido por algunos países en los últimos años ha sido bastante largo (sin duda), para otros parece un camino aún inexistente, casi inalcanzable. Hay un abismo histórico, económico y social que corta ese camino y hace la realidad de muchos países radicalmente más lejos de un Gobierno Abierto Feminista en comparación a Canadá o a la mayoría de los países europeos.

En Brasil, país de donde vengo y marcado por fuertes desigualdades raciales y de género, sólo el 15% de las sillas en el Congreso Legislativo son ocupados por mujeres. El país ocupa la 156ª posición en un ranking de 190 países hecho por la Unión Interparlamentaria que levanta datos sobre representación parlamentaria en esos países. Cuando miramos al poder ejecutivo eso es aún más impresionante: sólo en 1994 elegimos a nuestra primera mujer para el gobierno y, desde entonces, nunca tuvimos dos mujeres ocupando ese cargo, al mismo tiempo. En las elecciones presidenciales de 2018, también eran sólo dos mujeres en la disputa y, en el resultado final, sumaron el 1,05% de los votos. Todavía somos pocas al mando de gobiernos. Y las pocas que existen, por veces, son humilladas, perseguidas y muertas, como fue el caso de Marielle Franco, concejal en Rio de Janeiro, asesinada en marzo de 2018 por denunciar la violencia policial en las favelas.

Marielle Franco, activista y concejal en Rio de Janeiro, asesinada en marzo de 2018 por denunciar la violencia policial en las favelas.

En este escenario, ni siquiera la política de legalización del aborto para combatir la muerte de una mujer cada dos días en el país es llevada adelante. Insertar estudios de género en la educación básica es considerado ideología y perversión. Entonces, ¿cómo construir un gobierno abierto feminista? Claramente, no tenemos respuestas en la punta de la lengua, pero una cosa es cierta: políticas son construidas para combatir problemas y avanzar en la efectividad de derechos, hacia sociedades más justas, igualitarias y desarrolladas. Esto significa que cualquier idea, concepto o bandera (sea democracia, participación política o gobierno abierto) no pueden ser abstractos y no se materializan sólo por la voluntad de pocos tomadores de decisiones alrededor del mundo, sino con escucha, análisis de realidades y construcción colectiva de caminos. Además, que la solidaridad entre los pueblos y la existencia de una comunidad internacional sirva para que podamos comprender privilegios y definir prioridades políticas.

Por eso, el trabajo de Open Heroines es tan brillante y necesario. Al final, ¿quién mejor para representar la lucha por gobiernos abiertos que mujeres latinas, africanas y árabes que construyen diariamente el trabajo político aunque eso pueda costar sus vidas? Mujeres que se apropiaron de los diferentes conocimientos tecnológicos (aunque éstos les han sido negados) y que hoy los están usando para posibilitar que otras mujeres y grupos oprimidos poseen una parte del poder político. El direccionamiento cuidadoso y atento de la mirada del grupo Open Heroes para mujeres que actúan en situaciones de vulnerabilidad política y social es lo que aún falta en las conferencias internacionales de gobierno abierto. Para que podamos tomar como referencia los avances políticos de los países de primer mundo (como el GBA +) pero sin dejar de priorizar la construcción de políticas y presiones internacionales en aquellos que más necesitan el apoyo de una asociación internacional. Que tengamos cada vez más lentes decoloniales, periféricas y del sur global para mirar y cambiar el mundo. Que tengamos cada vez más Open Heroines.

Las becarias del programa Open Heroines 2019

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