6 Meses fuera de la zona de confort

Pablors
5 min readJun 26, 2015

26/06/2015

Empezó 2015 con un propósito grabado a fuego, ser el año del cambio personal, donde abandonar la zona de confort y descubrir qué es lo que hay más allá. Tomar decisiones y hacer cosas nuevas, como escribir un blog. En resumen, dedicarme el tiempo para saber quién soy y hacia dónde quiero ir. Algo tan sencillo de escribir y tan complicado de llevar a cabo.

Es curioso como nos reconforta estar dónde estamos aunque realmente no nos guste. Pasamos nuestra vida construyendo un espacio donde sentirnos seguros porque creemos controlarlo y no nos damos cuenta de la cantidad de basura que vamos generando y dejando apartada sin prestarle mucha atención. Me gusta pensar en esto construyendo la imagen de un piso con habitaciones cerradas en las que escondemos sueños, miedos, problemas, ilusiones. Con el salón alborotado y la cocina con muchas cosas por hacer. Sin embargo tenemos un pequeño rincón, con vistas al exterior, que nos sirve para despejar nuestra cabeza de la idea de tener que limpiar el piso. Es más, incluso tenemos la rutina de salir todos los Martes a hacer algo de deporte, y los Jueves unas cañas con los amigos. Esto nos libera y agota lo suficiente como para no hacer caso a esos mensajes sobre cómo esta realmente el piso. Cómo estamos realmente nosotros por dentro. Siempre volvemos pase lo que pase a dormir en nuestro piso. Por lo que, ¿no tiene más sentido aventurarse a dejarlo limpio y cómodo? Incluso a decorarlo como nos dé la gana.

La realidad que vivimos no es más que una proyección que nosotros hacemos, si estamos contentos y con energía todo nos parecerá genial, nos darán igual los empujones en el metro porque incluso no los recordaremos. Filtramos constantemente según la información que queremos recibir y degustar. ¿No os resulta curioso que cuando esperamos a alguien que nos venga a recoger en un coche amarillo de repente sólo vemos coches amarillos? Funcionamos de esa manera porque es lo más sencillo, lo que más energía ahorra y menos preocupaciones nos da. Sin embargo, ¿es esto bueno?

Ser consciente es algo muy complicado. Hace ya 6 meses que decidí empezar a serlo y a día de hoy estoy solo al principio de este largo camino. Todo vino desde un conflicto, me quedé sin trabajo, sin paro y de repente el mensaje de entiende que esta sucediendo se hizo tan inmenso que en lugar de mirar hacia fuera empecé a mirar hacia dentro y a darme cuenta de lo nervioso que me ponían esas habitaciones cerradas, esa cocina con cosas por hacer. Y lo que era peor cómo esos nervios hacían que viviera mi día a día.

Vivir debajo de la luz de la farola por no querer entrar en la oscuridad

Salir de la zona de confort no es irse a otro lugar, eso simplemente ayuda a poner en marcha el mecanismo del cambio. Los que se hayan mudado alguna vez lo saben. ¿Cuántas cosas acumulamos en un piso que no tiene sentido llevarse en una mudanza?¿Y de llevarlas cuántas cajas inútiles vamos a cargar? Estas preguntas ayudan a plantearse cómo se puede guardar cosas que no se necesitan y que no aportan valor. Además justo al llegar al nuevo piso, volvemos a hacer lo mismo, eso sí, no de repente. Dejamos pasar el tiempo necesario para que empecemos a actuar de la misma manera. Empezando a almacenar porquería sin sentido. Si hacemos esto con las cosas materiales que no haremos dentro de nosotros con cosas más transcendentales como miedos, ego, manías, creencias, tabús, etc. En este caso no se trata de separarlos en cajas y llevarlos a la basura, es algo más vital, algo que forma parte de nosotros y no podemos dejar olvidado en habitaciones cerradas porque acaba oliendo y pasando factura.

En mi experiencia decidir responsabilizarme de mis habitaciones esta haciendo que primero aprenda a separar el grano de la paja. La cantidad de ‘mierdecillas’ que almacenamos y no enfrentamos hacen que nuestros comportamientos al exterior no sean realmente lo que somos, sino en lo que nos hemos convertido para sobrevivir. Y lo peor es que creemos ser lo que somos para sobrevivir, guau. Los trepas en un trabajo, la gente zombie que no quiere hacer nada más que lo necesario, etc. Son comportamientos nacidos desde un ego que sirve como escudo y que en algún momento, más pronto que tarde, nos hicieron avanzar, sobrevivir. Cuando intentas entender ese mecanismo y profundizar es cuando realmente empiezas a entender quien eres y qué haces aquí. Es cuando emprendes dentro de tí y empiezan a suceder cosas. Entre otras a darte cuenta que todos lo hacemos lo mejor que podemos en cada momento.

En mi caso es increíble lo que voy encontrando por el camino. Conoces personas que están en el mismo viaje, gente que se comunica de otra manera, trabajos que pensabas que no existían más allá de tus ideales o imaginación, nuevas oportunidades, retos, un nuevo paisaje más allá de tu zona de confort, ayuda, aire no viciado, aire nuevo.

Pero ojo, no es sencillo estar aquí, no es fácil encontrar tu basura, tampoco lo es saber que en ti esta la responsabilidad de lo que te ocurre. Es duro, y comprometido pero seguro que si lees esto es porque ya llega algo de olor de esas habitaciones cerradas. La buena noticia, para salir de un sitio lo único que necesitas es dar un paso y una vez des el primero es más sencillo dar el siguiente, y el siguiente y cuando decidas parar lo seguro es que estarás en un sitio diferente.

Gracias por dedicar tu tiempo a leer este post

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Pablors

Sacándole el jugo a la vida se vive mejor. Software engineer, creativo, y siempre más allá del código. Nodero, javascripter :D y enamorado del mundo startup.