The White Rabbit
8 min readJul 6, 2015

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ANDROGINIA EN LA MODA DEL SIGLO XXI

Este estilo de vida se instala como tendencia traspasando las calles de las ciudades de moda hacia las pasarelas internacionales

Si bien algunos comunican a través de la moda una estética personal, otros la utilizan como instrumento complementario para advertir quejas revolucionarias sobre el sistema social y cultural. Ya en décadas pasadas, algunos diseñadores comenzaron a utilizar la moda para reflejar una necesidad de expresión en la sociedad. Así, empezó a abandonarse el conformismo y la moda pasó a ser algo más que una combinación de estilos y tendencias, entre ellos, la androginia.

La modelo danesa Freja Beha Erichsen fotografiada por Boo George

La moda posmoderna

Históricamente, la moda está compuesta de tendencias. Si bien éstas se sustituyen unas con otras, siempre se retoman los estilos de décadas pasadas. Pero, aunque se repiten las viejas tendencias hay una evolución reflejada en la combinación del estilo actual con el antiguo. Según el filósofo Gilles Lipovetsky, “la moda es un sistema original de regulación y de presión sociales”. Esto refleja que la moda es un modo de expresión consecuente a los movimientos sociales y culturales. Por ejemplo, a partir de los años sesentas la música empezó a repercutir en la moda, generando tendencias.

Al existir diversos artistas y estilos de música, comenzaron a convivir en un mismo período tendencias completamente opuestas. A partir de esta multiplicidad la sociedad fue incentivada a elegir, libremente, un modo de expresión. De esta forma, surgieron estilos basados en el hippismo, el punk, el gótico, el rockero y el futurista, entre otros. Todas estas tendencias se desarrollan durante la posmodernidad. El posmodernismo es un concepto centrado en el presente y la imperfección estética, olvidando, así, el futuro utópico. La moda, al conformarse por tendencias que rescatan el pasado, es considerada un concepto posmoderno.

Esta revolución en la moda llevó a dejar de lado la estética colectiva. Basándose en las tendencias cada persona generó su propio estilo, el cual Lipovetsky llamó individualismo estético “la moda permitió una relativa autonomía individual en materia de apariencia e instituyó una relación inédita entre el átomo individual y la regla social”. De esta manera, la moda se convirtió en una herramienta de expresión individual. Abarcando desde los diversos peinados, accesorios y maquillaje hasta la ropa en sí misma, las personas transformaron estas expresiones en arte. Aunque las tendencias siguen vigentes, cada ser las implementa acorde a su estilo y deseo de comunicación de un mensaje determinado.

Campaña para Crocker (marca de indumentaria sueca) realizada por la dual Erika Linder

El feminismo y su estética

Uno de los movimientos sociales con mayor repercusión en el estilo fue la corriente feminista. Esta ideología trascendió en la estética, sociología y psicología femenina, generando un cambio abrupto de roles. Durante la década de 1960, se gestó esta doctrina social favorable a la mujer, a quien concedió capacidad y derechos reservados antes a los hombres.

Previo a este movimiento revolucionario, el género femenino comenzó a asemejarse al masculino mediante la vestimenta en los años veintes, durante la posguerra. La diseñadora Coco Chanel, en ese entonces, incorporó el pantalón y traje al vestuario de la mujer. Produjo prendas típicas del vestuario masculino como blazers, pijamas, chaquetas marineras, camisas de cuello abiertos que se llevaban con gemelos y jerséis para mujeres. Fue un cambio que respondió a la comodidad necesitada por el género al verse obligado a trabajar finalizada la Primera Guerra Mundial. Pero, como toda transición en la moda este estilo masculino se convirtió en tendencia.

Lo mismo sucedió con la variación del vestuario al instaurarse el feminismo en la sociedad. La mujer fue transformando su ideología buscando asemejarse al hombre culturalmente, y como muchas presiones sociales se manifestó en su vestimenta. De esta forma, se generó un cambio en la estética femenina. La concepción de ésta innova en relación a la filosofía feminista, pero su manifestación es plenamente tomada del estilo masculino. Es decir, hay una modernización en la conducta femenina en base a la masculina, ya que su finalidad es obtener los mismos derechos que los hombres.

La androginia como estilo de vida

La androginia, aunque es una tendencia en la moda, también es resultado de la biología, psicología y contexto cultural del ser humano. Freud, el reconocido psicoanalista, toma la bisexualidad como innata. Así, permite establecer que todas las personas cuentan con deseos expresamente sexuales tanto hacia el hombre como hacia la mujer.

Al desarrollar la universal bisexualidad del ser, supone que “la libido de nosotros oscila normalmente a lo largo de la vida entre el objeto masculino y el femenino”. A diferencia de la androginia psicológica ésta, a veces, es completamente biológica. Un ser puede nacer con los órganos sexuales y funcionamientos hormonales de ambos géneros, esto es considerado una persona hermafrodita.

Dentro de la psicología humana se generan pensamientos y tendencias que llevan a cuestionarse la sexualidad. Según la psicóloga Celia Girado, una persona tiende a convertirse en andrógina porque “Puede haber conflictos con alguno de los dos sexos, con la sexualidad puntualmente y con reconocerse con alguno de los sexos. Esto no permite identificarse y genera esa intencionalidad en la persona de confundir al otro, o de no definirse ni poder optar entre el sexo femenino y el masculino”.

La versátil Erika Linder juega con su identificación como hombre o mujer

También, se entiende que una persona puede tener características andróginas biológicamente, sin ser hermafrodita. Esto sucede cuando las facciones y la contextura física no es propia de su sexo. Esas cualidades, al ser naturales, no indican que la persona desee confundir con su imagen y estética. Simplemente, se acerca a una indefinición entre el género masculino y femenino. Aunque no se quiera comunicar nada específico, culturalmente esa persona va a ser catalogada de andrógina, producto del estereotipo ya instalado en la sociedad.

La androginia como tendencia

Con esta revolución, los límites entre ambos géneros se terminaron de desdibujar, permitiendo, años más tarde, el surgimiento del androginismo. La androginia es un concepto utilizado por Platón en el año 360 a.C. Aunque difiere del comprendido en relación a la moda es el origen de su entendimiento. El andrógino, en efecto, era entonces una cosa sola en cuanto a forma y nombre, que participaba de uno y de otro, de lo masculino y de lo femenino. La indefinición sexual de una persona es considerada androginia, y en la moda aquella indefinición se refleja en la vestimenta.

La productora de moda, Marcela Rubini, dio a conocer su opinión sobre la androginia y la moda en una entrevista. Ella define la moda como “una suma de sonidos, formas y una sensación que se respira en un momento determinado de una sociedad”. Esto refleja la incidencia que tienen los movimientos y filosofías culturales de cada período en el área. Para abordar la androginia, Marcela toma la fisonomía del ser como fundamental, demostrando como esta tendencia tiene un trasfondo biológico, psicológico y cultural. “Hay determinadas características físicas que funcionan mejor que otras para lograr un efectivo look andrógino”. Por otro lado, define este estilo como una manera de llamar la atención y/o reflejar un cambio social. Por ejemplo, “en los noventas hay una búsqueda más intensa del cuidado del cuerpo y de la imagen por parte de los hombres”.

La actriz Kristen Stewart refleja la utilización de una musa andrógina por una firma como Chanel

La androginia se fue gestando periódicamente. En sus comienzos, fue un estilo completamente de nicho, hasta que en los ochentas los diseñadores lo lanzaron en sus colecciones como tendencia mundial. El look andrógino no tuvo un impacto real hasta 1926, e incluso entonces estuvo reservado a la elite. En los años sesenta, una segunda oleada del feminismo cobró forma y ritmo, y la distinción de género en la moda juvenil fue difuminándose. Finalmente, el famoso traje de pantalón para mujer: Le Smoking de Yves Saint Laurent, se convirtió en una prenda fundamental para el género revolucionario. La imposibilidad de distinguir si una persona es hombre o mujer debido a su vestimenta es una tendencia que, a partir de los años noventas, se terminó de incorporar al mercado de la moda.

Actualmente, la androginia en la moda se implementa como publicidad por las marcas y los diseñadores. Ellos no son andróginos, pero desean incorporar como imagen de sus marcas, generando y aplicando la tendencia, a un modelo andrógino.

Campaña publicitaria de Givenchy

Este estilo de vida es un cambio cultural que produce una tendencia. Aunque todavía es un concepto en continuo ascenso, la aceptación de éste es cada vez mayor. La libertad de expresión es consecuente con la postura liberal de la sociedad de hoy en día. La androginia ya deja de ser cuestionada y comienza a ser, incluso, implementada en las estrategias de marketing de las empresas de moda. No es una tendencia que genera rechazo, simplemente, revela ciertas características culturales y psicológicas de quienes la efectúan y quienes la consumen.

Acompañado de la androginia surge una nueva concepción desconocida del género. Según el filósofo Gilles Lipovetsky, “el nuevo modelo…se caracteriza por su autonomización en relación con la influencia que tradicionalmente han ejercido los hombres sobre las definiciones y significaciones imaginario-sociales de la mujer”. Acompañado de la androginia surge una nueva concepción desconocida de la mujer. Esto es producto de la cultura establecida y la sociología del hombre actual. La tercera mujer, como la denomina el autor, es resultado, no sólo, de la androginia, sino también de aquel movimiento feminista que decantó en la aproximación, y por qué no igualación, del género femenino y el masculino. De esta manera, comprendemos que naturalmente el hombre tiende a elegir entre un sexo y otro para identificarse, más allá de sus características físicas y su biología.

Esta tendencia propia del siglo XXI es parte de un movimiento cultural que asimila el cambio de rol de la mujer y del hombre, permitiendo un nuevo concepto del ser humano. Este mismo movimiento cultural se difunde a través de los medios de comunicación, donde las publicidades de la industria de la moda utilizan a modelos andróginos. La androginia, como toda tendencia, empezó siendo una cuestión en discusión, pero se fue asentando en las mentes de los públicos con el paso del tiempo. Al fin y al cabo, es meramente una forma de expresión, como cualquier otra tendencia o vanguardia de las ramas artísticas.

La modelo Erika Linder, ícono de las figuras andróginas
La actriz australiana Ruby Rose está causando polémica llevando a mujeres a cuestionar su sexualidad

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