Arte, Cultura y Tecnología: Un Diálogo en Evolución

La relación entre arte, cultura y tecnología es una cuestión de rabiosa actualidad. Desde el siglo XX los avances tecnológicos han supuesto que la comprensión de lo que es el arte haya cambiado, y lo siga haciendo en la actualidad. En el presente ensayo trataremos de ahondar en las consecuencias que tiene para el mundo artístico y cultural el desarrollo tecnológico.

Pablo Infante Armisén

Arte y Tecnología a lo largo de la Historia

Las primeras manifestaciones artísticas de las que tenemos constancia datan de la prehistoria. El arte rupestre, caracterizado por los relieves y grabados situados principalmente en cuevas son ejemplos de representación directa de la naturaleza, con un carácter religioso, es decir, servían como objetos de culto para las sociedades neolíticas. Tendremos que esperar hasta el Renacimiento para encontrar ejemplos de arte que no estén directamente conectados al culto religioso, por lo que, en un primer momento, el arte y la religión se encuentran unidos. El desarrollo tecnológico no juega en un papel importante en esta etapa, puesto que los modos de producción artística se mantienen prácticamente en el mismo nivel a lo largo de este periodo. El arte se entiende más como artesanía, en la que la figura del autor, o artista, no juega un papel importante.

Es con la llegada del Renacimiento cuando comenzamos a encontrar las primeras manifestaciones de arte diferenciado de la religión, y también comenzamos a encontrar los primeros artistas conocidos. Bajo el ala de los mecenas italianos, entre los que destaca la familia Médici, el artista adquiere ya el estatus de profesional. Quizá el primer avance tecnológico que tiene un impacto decisivo en el mundo artístico y cultural es la invención de la imprenta, que democratiza (relativamente) el acceso a las publicaciones literarias y académicas. Con avances menores y cambios en las corrientes, la situación se mantiene igual hasta el siglo XIX, si bien la figura del autor o artista toma especial relevancia en el período romántico, momento a partir del cual se impone esa idea de artista que mantenemos en la actualidad. Un hombre creativo y genial que da forma a sus experiencias vitales y a la realidad que le rodea, creando un producto artístico.

Nuevas Formas de Arte en la Era Tecnológica

Nuevas formas de arte aparecen con los avances del siglo XIX, como la fotografía. La victoria de esta sobre la pintura a la hora de representar de forma perfecta la realidad hace que esta última tome un camino hasta entonces inexplorado. Primero con el impresionismo y post-impresionismo, observamos que esta disciplina comienza a alejarse de la pura representación y a centrarse más en la experiencia subjetiva de la representación; posteriormente encontramos las vanguardias, que rompen definitivamente el vínculo entre pintura y representación, y se aventuran en el mundo órfico o abstracto. Corrientes como el cubismo o el surrealismo ya apuntan al nuevo arte que vendrá, el arte moderno.

Finalmente, el cine es la última de las disciplinas artísticas creadas por los avances tecnológicos, y no es ya una fiel representación de la realidad, como la fotografía, sino que va un paso más allá. El cine permite la mimetización del producto artístico con la propia vida, permitiendo la unión de las demás artes, como son la actuación, la música, la escritura, la construcción de decorados y la fotografía, en una sola disciplina. También, con el desarrollo del cine, nos damos cuenta de que el artista deja de ser una persona que trabaja en soledad, puesto que la complejidad del producto presentado es tal que se hace necesario todo un equipo, y una gran cantidad de capital, para la creación de estas obras de arte.

El Desafío de la Inteligencia Artificial

En la actualidad parece que el propio carácter ontológico del arte está en entredicho con el desarrollo de la inteligencia artificial, que es capaz de elaborar productos que bien podrían considerarse arte. A este respecto, debemos ser cautos, y para responder correctamente a si lo que hace la inteligencia artificial es arte se hace necesario responder primer a la pregunta ¿qué es el arte? No parece que la característica que hace al arte arte sea el modo de producción, sino más bien la intencionalidad. Cualquier actividad humana con la intención de ser arte será arte, mientras que la labor llevada a cabo por las inteligencias artificiales no es más que un paso más en el desarrollo de la representación que implica El progreso tecnológico. No solo se representa la realidad, sino que se llega incluso a representar el modo en que los artistas representan la realidad. Antes estábamos ante una representación del contenido, ahora nos encontramos también ante una representación del contenido.

Siendo para el arte necesaria la praxis humana, la actividad desarrollada por las máquinas no es más que una mímesis de la práctica humana, por lo que no se puede considerar arte. Sin embargo, por ser una realidad que tiene como origen el ser humano, puesto que los algoritmos que la impulsan han sido creados por ingenieros de software y programadores, sí que debemos considerarla cultura.

Concluyo así esta breve reflexión. El arte necesita de un espíritu humano que insufle a la creación de sentido. Al igual que en la naturaleza existen realidades de gran belleza no por ello son consideradas arte, así pues, aunque el resultado de la actividad de una inteligencia artificial posea belleza, no por ello entra dentro del ámbito artístico. El desarrollo tecnológico va borrando de forma sutil pero imparable la frontera que separa realidad de ficción, naturaleza de producción, provocando así nuestro asombro y, debo admitir, que también cierto miedo. Si ya observamos cómo hay gente que parece no distinguir lo real de lo fabricado, las posibilidades que nos esperan en un futuro se nos antojan inimaginables.