Changing Gears

Tim Fletcher
5 min readSep 6, 2024

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Lessons in Mountain Biking Part 3

I was moving through the portion of a trail involving many quick descents and short steep climbs. A challenge but not impossible, if you choose the right gear. During the descent, I like to be toward the middle of my gear set so I can build speed and use momentum to help on the climb. At just the right time I will switch to a higher gear to help finish the climb and then quickly switch back for the next descent.

The gear you choose is important, too high and you are just spinning the pedals without generating the energy you need to keep moving forward. If it feels like you’re pedaling out of control and little if nothing is happening, it is a good sign that you are in the wrong gear. If you are pushing the pedals with all your strength and it seems the bike is fighting you, you are in the wrong gear.

Then there is that sweet spot, that place in the gear set where your stroke of the pedals is smooth, and it feels like you are moving forward at a good pace and generating plenty of power. The sweet spot will move as you travel along any trail, and you may find you are switching gears, sometimes, within a few feet. I have been there, coming down that descent, hitting the bottom, using my momentum to start up the next climb, and just at the right time I switched gears. Immediately, I knew something was wrong, I chose the wrong gear, and I was pedaling out of control and not generating the power I needed to climb. I had to jump off my bike.

We all go through life changes. You change where you live, (Abraham). You change jobs, (David, shepherd to king). The family changes, (The Prodigal Son). You change friends by making new ones, (Paul and Mark). You change friends by losing some, (Paul and Demas). Young to old and some go on before us, (1 Thess 4:15).

Sometimes we are blindsided by ugly life events. We never knew they were coming and even though we thought we could handle anything life could throw at us we were out of control and every waking moment seemed that we were fighting. I know, I have been there.

We change, and how we deal with that change is important. Are you in the sweet spot? Or are you out of control and does it seem like you are fighting life the whole time? How do we stay in the sweet spot?

Knowing the climbs and descents are coming helps to prepare you.

1 Timothy 3:1 — “This know also, that in the last days perilous times shall come.”

Remember, because perilous times are coming.

Romans 5:20 — “…but where sin abounded, grace did much more abound…”

Grace is given by the one who never has to change gears.

Malachi 4:1 — “For I am the Lord, I change not;”

Hebrews 13:8 — “Jesus Christ the same yesterday, and today, and forever…”

James 1:17 — “Every good gift and every perfect gift is from above, and cometh down from the Father of lights, with whom is no variableness, neither shadow of turning.”

The Lord is as Hebrews 6:19 declares, an anchor of the soul.

Life changes, people come and go, jobs come and go, friends come and go. Think about that sweet spot as your relationship with the Lord. Is your spiritual life out of control? Does it seem you are fighting life? Renew your relationship with the Lord.

Engage: Take time to pray about that thing that makes you feel out of control, that fight you are having, those deep secrets that scare you.

Cambio de Velocidades:

Lección de Bicicleta Montañera Parte 3

Estaba atravezando una parte del sendero que involucra muchos descensos rápidos y subidas cortas y empinadas. Un reto, pero no imposible si eliges el equipo adecuado. Durante el descenso, me gusta estar hacia la mitad en el control de cambios para poder aumentar la velocidad y usar el impulso para ayudar en la subida. En el momento justo, cambiaré a una velocidad más alta para ayudar a terminar la subida y luego cambiaré rápidamente para el siguiente descenso.

El cambio que elijas es importante, demasiado alto y solo estás girando los pedales sin generar la energía que necesitas para seguir avanzando. Si sientes que estás pedaleando fuera de control y muy poco o nada sucede, es una buena señal de que estás en el cambio equivocado.

Luego está ese punto dulce, ese lugar en el conjunto de cambios donde el pedaleo es suave, y se siente como si estuvieras avanzando a un buen ritmo y generando mucha potencia. El punto óptimo va a variar a medida que trancites por diferentes senderos, y es posible que descubras que estás cambiando de velocidad, a veces, cada pocos pies. He estado allí, bajando esa bajada, tocando fondo, he aprovechado mi impulso para empezar la siguiente subida y, justo en el momento adecuado, he cambiado de velocidad.

Inmediatamente, supe que algo andaba mal, elegí el cambio equivocado y estaba pedaleando fuera de control y no generaba la potencia que necesitaba para subir. Tuve que saltar de la bicicleta.

Todos pasamos por cambios en la vida. Tú cambias el lugar donde vives, (Abraham). Cambias de trabajo, (David, pastor a rey). La familia cambia, (El hijo pródigo). Cambias de amigos haciendo otros nuevos, (Pablo y Marcos). Cambias de amigos al perder algunos, (Paul y Demas). De jóvenes a viejos, y algunos nos preceden (1 Tesalonicenses 4:15).

A veces nos sorprenden los acontecimientos desagradables de la vida. Nunca supimos que vendrían y, aunque pensábamos que podíamos manejar cualquier cosa que la vida pudiera lanzarnos, nos encontrabamos fuera de control y cada momento de vigília parecía que estábamos luchando. Lo sé, he estado allí.

Cambiamos, y la forma en que lidiamos con ese cambio es importante. ¿Estás en el punto óptimo? ¿O estás fuera de control y parece que estás luchando contra la vida todo el tiempo? ¿Cómo nos mantenemos en el punto óptimo?

Conocer las subidas y bajadas que se avecinan te ayuda a prepararte.

1 Timoteo 3:1 — “Sabed también esto, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.”

Recuerden, porque se avecinan tiempos peligrosos.

Romanos 5:20 — “… pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia…”

La gracia es dada por aquel que nunca tiene que cambiar de marcha.

Malaquías 4:1 — “Porque yo soy el Señor, no cambio”;

Hebreos 13:8 — “Jesucristo el mismo ayer, y hoy, y por los siglos…”

Santiago 1:17 — “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, y desciende del Padre de las luces, en quien no hay mudanza, ni sombra de variación.”

El Señor es, como dice Hebreos 6:19, un ancla del alma.

La vida cambia, las personas van y vienen, los trabajos van y vienen, los amigos van y vienen. Piensa en ese punto dulce como tu relación con el Señor. ¿Está tu vida espiritual fuera de control? ¿Parece que estás luchando contra la vida? Renueva tu relación con el Señor.

Comprométete: Tómate un tiempo para orar por eso que te hace sentir fuera de control, esa batalla que estás librand, esos secretos profundos que te asustan.

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Tim Fletcher
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