“Cada día compartiremos más y más cosas, porque al compartir ganamos”, entrevista a Javier García (Sintetia)

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8 min readOct 7, 2014

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Javier García es economista e inversor. Es, además, fundador del Instituto CIES y creador del famoso blog Sintetia. Estará con nosotros en el Oricios Makers Day de este viernes 10 de octubre y, para ir abriendo boca sobre lo que nos va a contar, nos ha concedido una interesante entrevista en la que nos habla sobre startups y la economía colaborativa. ¡No te la pierdas!

En Sintetia hablais mucho de empresas y emprendedores. En el Instituto CIES diriges un área especializada en estrategia financiera para pymes y start-ups. ¿Cómo crees que está el panorama actual de las startups en España?

Es un momento muy importante, porque hay liquidez en el mercado. Primero, porque los inversores “más tradicionales” no encuentran rentabilidad en el ladrillo, y hay cada vez más banca privada y e inversores que buscan nuevas alternativas para invertir. Segundo, porque el gobierno ha hecho una apuesta fuerte inyectando dinero para potenciar el capital riesgo. Eso me da cierto miedo, porque creo que se pueden inflar las valoraciones y alimentar burbujas; pero lo bueno es que los fondos públicos sólo llegan si hay capital privado y el riesgo de desperdiciar ese dinero es menor. Y tercero, empieza a palparse una cierta recuperación de la economía española, hay confianza en el mercado y están llegando fondos internacionales en busca de inversiones ‘baratas’. Tal es así que en los últimos datos disponibles 3 de cada 4 euros invertidos en capital riesgo en España lo son por fondos internacionales.

No obstante, España tiene sus problemas también. En España nos encanta hacer las cosas por decreto. Así tenemos más de 100.000 normas vigentes, tenemos una justicia atascada y poco efectiva; tenemos un sistema fiscal que penaliza claramente al ahorro y la inversión; penalizamos de forma severa el trabajo (a partir de cierto nivel de renta, no muy alto, cada euro adicional parece que se lo quiere quedar el Estado). Presumimos de poner una ‘alfombra roja’ al emprendedor porque le reducen unos meses su cuota de autónomos (ojo, tiene su letra pequeña, no a todo emprendedor, sino a los muy jóvenes que no tienen experiencia prácticamente laboral y que, por tanto, les estamos mandando a emprender sin ‘armas’ para ello). En cambio, en otros países no se tributa nada hasta que la empresa no ha facturado una cantidad de dinero relevante; además si se reinvierten los beneficios no se tributan impuestos de sociedades, al menos hasta ciertas cantidades, lo que hace que los empresarios tengan incentivos a capitalizar y fortalecer sus compañías porque no se les penaliza fiscalmente. En otros sitios, como en el caso del Reino Unido, hay un departamento entero del gobierno analizando dónde están las duplicidades burocráticas y qué impide desarrollar con agilidad los negocios…en definitiva, España necesita poner foco en cosas que son muy relevantes y que, da la casualidad, que a veces no tienen mucho impacto en el presupuesto. Nos olvidamos de lo importante, necesitamos una estrategia como país pensando en lo que nos sobra y en trabajar en colocar las piezas que nos faltan, que son muchas.

¿Qué debe tener una startup para triunfar?

No existen fórmulas mágicas, ni únicas. Aunque hay algunas cuestiones clave. La primera y fundamental es que no podemos olvidar aquello de que “la fama cuesta”. Emprender y lograr una empresa de éxito es algo terriblemente complejo, cuesta mucho esfuerzo y mucha suerte también.

“No existen fórmulas mágicas, ni únicas”

No obstante, los equipos son claves porque en la fase startup, muy temprana, en realidad se está en un proceso continuo de validación. Validar el modelo de negocio, validar que existen clientes reales, validad que incluso técnicamente es factible lo que se propone y, lo más importante, validar que se está resolviendo un problema real a personas reales. Sabemos que ningún plan de viabilidad soporta el primer contacto con un cliente (es decir, que se van a tener que hacer muchos cambios y adaptarse de forma constante). Si el equipo no tiene capacidad de adaptación, si no hay un cierto liderazgo que permita navegar en las aguas turbulentas en las que se tiene que desenvolver una startup, si no hay capacidad de comunicación, humildad (el ego puede matar a una compañía)…si no hay estas capacidades de equipo y de habilidades profesionales, la idea, por muy buena que sea, nunca acabará cuajando como una gran empresa.

¿Qué le recomendarías a alguien que tiene una buena idea y que quiere materializarla y construir su producto alrededor de ella?

A todo equipo emprendedor, porque emprender no es algo que puedas hacer sólo, le diría que no sólo es importante la capacidad técnica (que es imprescindible, pero se supone que la vas a tener) o la capacidad de ‘Vender’ (que resulta también clave), sino que además, tiene que diferenciarse por su capacidad de resiliencia, de comunicación, de absorción de nueva información y, además, combinar todo esto con ser top en capacidades técnicas. Lejos de la imagen del emprendedor happy que se hace rico con programitas chorras, está la cruda realidad de trabajar mucho, muy duro y de combinar capacidades humanas, sociales y profesionales. No es fácil. Yo soy el último que quiero desincentivar a nadie a buscar nuevas soluciones a nuevos problemas. Pero no quiero contribuir a esa leyenda urbana de que emprender es cool y lleno de alegrías. Emprender también tiene un lado oscuro y complejo.

Si un equipo tiene una idea entre manos que quiere materializar, lo primero y fundamental es validar hipótesis, testear que tiene sentido. Empezaría leyendo “El Manual del Emprendedor” de Steve Blank y Bob Dorf, que tuve el honor de prologar. Los negocios ya no se abordan con lógicas del siglo XX. La complejidad reina nuestras vidas, los mercados y los clientes cada vez tienen más capacidad de elección, más información e, incluso, quieren colaborar con la propia empresa para mejorar. De ahí el auge de la economía colaborativa.

Sintetia, el blog de emprendedores y startups de Javier García

Economía colaborativa: ya tenemos servicios para compartir coche, compartir casa… hasta el otro día veíamos uno para compartir maletero. ¿Llegará el momento en el que compartamos todo?

Hacíamos una entrevista en Sintetia a un experto en economía colaborativa y el titular lo dice todo:a competencia ya no es entre empresas, sino entre ecosistemas empresariales”. Y es que ya no es suficiente con tener una idea y crear un producto. Cada vez es más importante crear comunidades en torno a tu empresa, gente dispuesta a mejorar, compartir y aportar nuevo conocimiento. El cliente del siglo XXI, y cada vez en más industrias y lo será aún más, no es un sujeto pasivo. Quiero participar, quiere aportar, quiere contribuir. Y esto es un movimiento “maker”, de hacer, que es imparable creo. Y quien no lo reconozca estará abocado al fracaso, tarde o temprano. Así que si, cada día compartiremos más y más cosas, porque al compartir ganamos, y cada vez hay más ejemplos que lo demuestran.

“Así que si, cada día compartiremos más y más cosas, porque al compartir ganamos, y cada vez hay más ejemplos que lo demuestran”

Algunos de estos servicios están chocando con la legislación actual en todo el mundo y también en España. Ellos aseguran que hay vacíos legales y que las leyes no están adaptadas al nuevo mundo de Internet. En España lo hemos visto con Airbnb y algunas comunidades. ¿Afectará esto a la expansión de estos servicios o crees que acabaremos por adoptarlos como una innovación más?

No creo que afecten a su expansión. La legislación siempre va por detrás de la innovación o, muchas veces, de las necesidades que reclaman los ciudadanos. Sólo cuando es imparable, útil, crea valor y hay un verdadero impacto sobre la calidad de vida de los clientes/ciudadanos, la legislación acabará por entrar en ello. Otra cosa es que los lobbies, los grupos de presión, a los que viven en el status quo, les gusten estos cambios y usen toda la presión posible por hacer que no se produzcan. Esto lleva ocurriendo así desde hace más de 200 años cuando entraron los avances de la tecnología en nuestras vidas. Siempre hubo grandes rechazos, pero son imparables si su impacto es positivo.

“La legislación siempre va por detrás de la innovación o, muchas veces, de las necesidades que reclaman los ciudadanos”

Desde el punto de vista de los inversores, y dado los problemas o falta de regulación, ¿es arriesgado invertir en un proyecto de economía colaborativa?

Auguro que seguirá llegando capital e inversión fuerte hacia estos modelos. Para muestra un botón, Airbnb ya tiene una valoración de más de 10.000 millones de dólares, y su ronda de capital de finales de abril ya estuvo cerca de los 500 millones de dólares. El capital llega y llegará a estos modelos colaborativos, porque no quiere decir que sean gratis, sino que están alimentados de una comunidad a la que le resulta muy útil y de mucho valor lo que se propone, y de ahí su éxito y su rentabilidad. Pensemos en el fenómeno Uber, con una valoración de más de 17.000 millones de dólares, que ha tenido una ronda de financiación el pasado verano de más de 1.200 millones de dólares.

La economía colaborativa, en sus distintos modelos, es una combustión para la innovación. Piensen en cómo crecen nuestras posibilidades de disfrutar de cada vez más Apps en nuestros móviles, o la expansión de tecnología como el Gore Tex, ni qué decir la revolución imparable del software libre…hoy la innovación o es abierta o estás muerto. La complejidad para diferenciarse está imponiendo que las empresas, para diferenciarse realmente, tienen que absorber conocimiento de forma constante. Y eso no se puede hacer sin una comunidad detrás que colabore.

Algunos servicios de Internet, así como las operadoras de telefonía, llevan tiempo pidiendo que Europa pase a ser un mercado común con una regulación también común con el fin de ayudar a que pequeños proyectos salgan adelante sin tener que pelear, hacer burocracia y adaptarse a las leyes concretas en cada uno de los 27 países. ¿Qué opinas de esto? ¿Es una causa de que el ecosistema de startups de Europa frecuentemente se perciba como más débil que el americano, como ellos dicen?

Efectivamente, es una de las muchas causas. Europa tiene un serio problema por su falta de agilidad y por su burocracia hacia la creación de nuevos negocios de alto impacto. Hoy está casi muy claro que para crear modelos fuertes, globales, con apoyo y que lideren mercados tienes que pasar por Estados Unidos y, cada vez más, por Asia (China e India principalmente). Europa se está quedando atrás. Necesita un sistema fiscal, necesita un tejido empresarial local/nacional/europeo comprometido para invertir, crear nuevas startups, necesita una sociedad comprometida, que valore el emprendimiento, necesita formación, comunicaciones, ser un lugar atractivo, abierto, conectado al mundo…Hoy los territorios compiten por el talento. Las ventajas competitivas ya no están en las materias primas, ni en la mano de obra barata y abundante (porque siempre habrá un lugar más barato y abundante). Las ventajas está en las capacidades para aprender, en hablar idiomas, en fomentar la apertura comercial, la competencia, el uso y la aplicación del conocimiento para competir más y mejor, dar incentivos al ahorro para que se canalice en inversión productiva…y eso requiere mucho más que copiar un modelo que funcione. Requiere pensar, trabajar y colocarse en las trincheras para aportar soluciones de valor. Europa, y mucho más España, tiene un gran reto por delante.

Recuerda: el Oricios Makers Day se celebrará este viernes 10 de octubre y en él hablaremos de economía colaborativa. ¡Compra ya tu entrada!

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