Perder para ganar.

Perder para ganar es una de las cosas que he aprendido a lo largo de este tiempo en el que busco mi cambio personal, esta frase me ha acompañado y me ha ido enseñando que perder es bueno siempre y cuando sea significativo.

Muchas son las cosas por las que hay que estar agradecido con la vida, muchas son las manifestaciones de amor que podemos encontrar en derredor que en buena parte de las ocasiones ni siquiera nos damos cuenta, es necesario de pronto darse una pausa para poder percibir con lujo de detalles todos la experiencia que te ofrece un nuevo día, lo mejor es que siempre tenemos la posibilidad de aprender cosas nuevas. La posibilidad de ganar comienza desde que abres los ojos.

El aprendizaje llega a veces con las experiencias más duras, pero llega, eso es lo que es plausible y sobre todo sano, cuando al fin, como persona creces, evolucionas, al final se trata de ser mejor ser humano después de haber perdido.

Tengo un aprendizaje muy significativo que quiero compartir, uno que sin duda me hizo ganar, incluso que me sirva de exorcismo y como parte de esta liberación de tensiones, hace no mucho tiempo experimente en cierto grado aquello que había escuchado que dicen “cuando la gente pobre se saca la lotería, después quedan igual o peor de pobres” yo no me saqué la lotería ni mucho menos, pero si tenía un terreno que mis padres me habían regalado hacía unos años atrás y que en esos años había aumentado su valor en buen nivel.

Bien, hace un tiempo llegué a estar hasta el tope de mis deudas, en especial con la tarjeta de crédito que me empezaba a exigir pagos que yo no estaba en la posición de poder cubrir, debía varias tarjetas y otras pequeñas deudas que había adquirido, por lo que después de mucho pensarlo me decidí a vender el terreno, “para grandes males, grandes soluciones” dicen por allí. Afortunadamente para mi causa el comprador llegó pronto e hice un muy buen arreglo ya que el precio fue arriba de lo que había pensado y dividido en algunas parcialidades, me iba a sobrar suficiente dinero aun pagando todas -y repito- todas mis deudas.

Después de ello es cuando vino el aprendizaje real, si, me deshice de todas mis deudas me quedó un poco de dinero y recibí varios pagos posteriores, todo como estaba planeado, la sorpresa llegó cuando después de ello, sentí algo que no había sentido en mucho tiempo, yo no era el mismo, me faltaba esa dosis de presión por los pagos a las tarjetas, ese sentirme ahorcado a cada quincena para pagar las nóminas, es decir me había metido en un estado tan podrido, mi mente estaba tan dañada, tan metida en este mundo de deudas y sentimiento de malestar que ya me había acostumbrado a vivir así; al sentirme liberado me sentí tan extraño, tan raro, que me sentía mal; es extraño decirlo pero me sentí como si me faltara algo. Así que penosamente tuve una recaida estrepitosa, volví a comprar con la tarjeta, las ventas bajaron lo que me obligó a pedir préstamos nuevamente al banco, en un mes, si, en un mes ya había acumulado la mitad de la deuda que tenía antes de vender el terreno, y por increíble que parezca a los seis meses de haber liquidado mis deudas me encontraba exactamente en el mismo lugar del cual anhelaba salir, lo más impresionante para mi es que mi deuda era igual a la que yo tenía antes, es decir, el monto era prácticamente el mismo, lo que para mi era “normal”, con esa deuda estaba yo en un estado habitual de tranquilidad.

Todo este análisis lo hago después de haber leído mucho y analizado mi situación, porque realmente yo no me había dado cuenta de lo mal que estaba, cuando cometí este error para mi estaba haciendo lo correcto, ahora entiendo que no fue así, estoy en este proceso de cambio y creo que esta pérdida fue muy significativa ya que significó perder un regalo que mis padres habían procurado durante varios años. Hoy me arrepiento mucho de haber perdido mi terreno pero la lección fue aprendida y asimilada, entendí la frase perder para ganar, perdí mi terreno pero gané un aprendizaje que me sigue motivando hasta el día de hoy, espero que valga la pena.

¿Que piensas tu de la frase “perder para ganar”?