¡El mundo se volvió clickbait!
Recuerdo cuando empecé a bloggear como un campeón. Los comentarios y sugerencias que encontraba en otras webs de bloggers con mayor experiencia decían que para atraer más visitas y eventuales clicks al blog había que escribir artículos con títulos atractivos, polémicos y sí, un poco mentirosos.
Confieso que he metido un poco de cizaña alguna vez para que la gente se enoje y me insulte un poco a través de los comentarios y así generar tráfico a mi sitio web. Pero siempre a través de un título llamativo que genere algún tipo de emoción, o al menos curiosidad.
Con una generación de bloggers que apuntaban principalmente a generar ingresos a través de publicdad, nacía ya hace unos cuantos años el famoso clickbait una especie de evolución mutante del conocido amarillismo de los periódicos. El clickbait se trata más que nada de utilizar títulos de artículos exageradamente dramáticos, graciosos, enigmáticos o simplemente provocativos para que el internauta acceda al enlace. Luego, por supuesto, la decepción de encontrar otra nota de mierda más de internet.
El nombre clickbait viene del inglés click-bait (carnada de clicks). El internauta es el inocente pez y los titulares son la carnada. El click que el visitante hace es la ganancia del pescador, el sitio web.
Esta práctica bastante ladina da mucho resultado. Las notas clickbait se terminan materializando en ingresos para el editor. Tal es así que ahora gran parte del contenido que se genera en internet tiene su infaltable título clickbait. Y esto incluye a los periódicos online, que deberían ser fuente seria y dar información de forma precisa y sin rodeos. Pero como por la plata baila el mono, el clickbaitismo ha llegado a absolutamente todos los medios. Desde el blogger que cuenta moneditas de AdSense hasta los grandes multimedios. Esos a los que una caída de un minuto de uno de sus sitios puede producirle severas pérdidas millonarias en publicidad.
Veamos ejemplos de notas clickbaits habituales en este tipo de publicaciones:
El falso desnudo
Nada vende más que el sexo. Y más vende si es sexo vinculado a famosos. Los desnudos de famosos son una fuente incomensurable de visitas a los sitios. Uno puede ver que esas notas suelen ubicarse por encima de noticias y artículos sobre actualidad política, económica e incluso sobre deportes en los ránkings de las más vistas.
Pero todo resulta siempre una gran decepción. El desnudo total que anuncia la nota termina siendo o bien un desnudo parcial, o bien un desnudo total tapado. Difícilmente se vean las zonas prohibidas y en caso de que así sea algunos medios mojigatos se encargan de censurar el contenido. ¿Para qué poner el material censurado? ¡Qué importa! El internauta ya cayó en las redes del clickbait.
Para reírse un rato
El visitante del sitio a veces entra para ver las noticias del día o para enterarse de algún asunto en particular, pero es necesario darle un respiro. Nada mejor que una nota clickbait graciosa que le pueda mandar a un amigo o que le sirva para ganar likes y seguidores en su red social al publicar el enlace.
Lo interesante de este tipo de artículos es que si prestamos atención, cada cierta cantidad de tiempo algunos sitios los reflotan. Sí, total la gente se olvida o como dice Mirtha Legrand, “El público se renueva”.
Violencia
La violencia vendió, vende y lo seguirá haciendo. Un buen video violento grabado de la cruda realidad puede inundar de visitas un sitio web. Pueden ser peleas, tiroteos, asaltos, batallas, accidentes, o lo que sea. Incluso pueden ser los resultados de cualquier tipo de incidente de estas características, sin mostrar el hecho en sí.
Lo insólito y lo oculto
Las noticias vinculadas a supuestas apariciones o avistajes de fantasmas, monstruos, extrañas criaturas o seres descarnados de cualquier tipo, son siempre una fuente inagotable de clicks. Pero este tipo de artículos se potencian fuertemente cuando hay material multimedia que respalda el titular.
Por supuesto que luego vendrá nada más y nada menos que una foto o un video fuera de foco o de muy baja definición. Con suficiente poca calidad como para que nuestro cerebro humano reconocedor de patrones dispare todo tipo de conclusiones a los ojos, lo que se conoce como ilusión óptica.
Adivina adivinador
Hay algunos artículos cuyo contenido podría resumirse en el mismo título. Pero si así fuera, el público no entraría a la nota para ver de qué se trata. Porque detrás de muchos títulos clickbait se esconde algo tan simple como una respuesta a una pregunta.
La particularidad es que generalmente la respuesta a estos interrogantes que generan curiosidad están camuflados en por lo menos cuatro o cinco párrafos, de los cuales los dos primeros suelen ser una introducción que absolutamente nadie lee.
Estudios científicos de dudosa veracidad
Un estudio publicado por una universidad de un país muy lejano puede convertirse en verdad absoluta si un sitio web decide publicarlo a lo clickbait.
De fondo puede haber una idea y un concepto que de desarrollarse puede tener algo de cierto y de respaldo científico. Pero la forma en que se utiliza y en la que se muestra la información hace que sea poco creíble.
Lo mejor de la historia del multiverso
En el terreno de las series, películas y libros entran los clickbaits pagos por los estudios cinematográficos y editoriales. ¿No notaron que cada vez que está por salir una de esas películas pochocleras alguien declara que va a ser la mejor película de la historia del cine?
Bueno, esto no es más que una acción de prensa de parte de los estudios para promocionar la película o serie. Al inflar lo que se va a estrenar se produce el llamado hype que hace que todo el mundo hable del tema y esté ansioso por el estreno. Los artículos mismos que hablan sobre esto son todos clickbait con títulos ampulosos y terriblemente exagerados.
Haters gonna hate
Generar polémica, bronca y odio es una forma excelente de captar visitas. No obstante, es un arma de doble filo porque seguido a las visitas pueden venir un aluvión de críticas y comentarios negativos. Eso dependerá de si el público coincide o no con lo que dice el artículo, más allá del exagerado título que se utilice.
Muchas veces quien escribe la nota no tiene idea de lo que está hablando. Incluso puede estar haciéndose eco de algo que algún otro dijo. No importa, como es para generar polémica funciona igual.
Un poco de polémica se puede aguantar y hace bien a una web, pero si se hace permanente se corre el riesgo de que el sitio sea calificado como malo y que ya nadie quiera entrar a leer nada.
En resumen, el mundo se ha vuelto clickbait. Cuesta mucho hoy en día leer los diarios y no encontrar notas con titulares como los que he descrito en este artículo. Ya no en la parte de abajo de la web, sino en primer plano como nota principal.
El clickbait tiene un impacto en particular sobre el periodismo. Hoy en día hay toda una discusión al respecto.
Todo indica que en el futuro permanecerá todo igual, o incluso peor. Mientras las reglas para generar ingresos se mantengan, los titulares deberán seguir siendo atractivos para hacer las publicaciones digitales rentables. Y todos nosotros, internautas, seguiremos mordiendo el anzuelo.
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