Todo cuanto nos transmiten los Medios Oficiales de Comunicación está convenientemente filtrado y ha pasado por su correspondiente censura. Sí, he dicho censura porque esta existe hoy en día y especialmente en las sociedades democráticas. No es una censura practicada desde la violencia más dura y pura, sino que se trata de una censura velada, hipócrita, sutíl que acaban auto aplicándose quienes, por oficio o vocación ejercen de informadores. Durante su carrera periodística van aprendiendo en teoría, en práctica y sufriéndolo en sus propias carnes que, o eres políticamente correcto o acabas mendigando en cualquier esquina. Eso si no quieres acabar eliminado definitivamente por obstinado.
Este preámbulo da paso al análisis del origen de la Comunidad Europea y a su agenda de actuaciones para alcanzar su cometido, la fundación de la PanEuropa o, dicho de otro modo, de los Estados Unidos de Europa.
Muy poca gente conoce al padre visible de este proyecto (existe, como no un padre invisible también). Es un Conde que llevaba por nombre el de Richard Nikolaus Coundenhove-Kalergi, hijo de Enrique Coudenhove, de ascendencia judía, y de Mitsu Aoyama, de origen japonés, como él mismo ya que vino a nacer en la capital del País del Sol Naciente, Tokio en un frío otoño de 1894. El Conde Richard Nikolaus era llamado Kalergi por sus amigos y después, cuando era citado en las noticias y medios de comunicación. Kalergi es un nombre fácil de recordar y por tanto es el que utilizaremos en este artículo.
Kalergi puede ser considerado como la persona que dio forma, estableció el ideal y redactó el manifiesto del proyecto Paneuropeista, la semilla de la cual surgió la Comunidad Económica Europea y después la Comunidad Europea a secas. Pero Kalergi no era un idealista solitario, ni un romántico utópico, sino que sólo daba forma a uno de los mandatos del Sionismo Internacional. Kalergi era un destacado miembro de la Masonería y no dudó en afirmar en 1923, ante sus hermanos masones que Europa sería gobernada por una “raza aristocrática judía”. Pero estas afirmaciones pueden ser suaves en comparación a otras en las que proponía que en Europa era necesario fomentar la inmigración en masa de colectivos de África, Asia y de otros continentes para disolver el carácter nacionalista de los europeos y volverlos más “dóciles” a la creación de un Gran Estado Europeo. Kalergi, esperaba la consecución de una clase humana inferior fácilmente gobernable y sin carácter.
Es curioso como apenas se ha hablado de este hombre, al que se debería considerar como el padre del Proyecto de la Unión Europea. No puede entenderse esto más que por el hecho de que este personaje era un racista tan grande que las ideas de Hitler eran un juego de niños al compararlas con las suyas. Algunos de sus pensamientos quedan expresados en sus obras como en “Praktischer Idealismus”, publicada en 1925 en la que deja escrito, con respecto a los mestizos:
“El resultado es que, en los mestizos, se unen la falta de carácter, el desenfreno, la debilidad de la voluntad, la inestabilidad, la crueldad y la infidelidad con la objetividad, la universalidad, la agilidad mental, la falta de prejuicios y la amplitud de horizontes”.
Es justamente, entre 1923 y 1925 que elabora diversos manifiestos expresando las directrices que habrían de tomarse para la consecución de la Paneuropa. El Plan Kalergi proponía que una selecta Aristocracia Judía tomase las riendas de Europa primero y después del Mundo entero. Utilizaba un término para referirse a esta “raza superior” que gobernaría sobre la subraza de mestizos que formarían la Europa del Futuro. El término era Herrenrasse (la raza de los Señores).
Sus manifiestos de la década de los 20 no tienen desperdicio. Proclama Kalergi que, con la creación de este Gran Imperio Judío en Europa, se abolirá todo derecho de autodeterminación de los pueblos para, posteriormente eliminar a las naciones por medio de movimientos étnicos separatistas o grandes migraciones alógenas para mezclarlos y conseguir un mestizaje masivo entre blancos, negros y asiáticos (tal y como está sucediendo en los EEUU).
Kalergi reconocía el alto rendimiento de la raza nórdica y que, por lo tanto, los esfuerzos de mestizaje debían centrarse especialmente en esta raza con el fin de destruir sus cualidades, su voluntad y su resistencia. De hecho, el conocimiento que poseía Kalergi sobre las características raciales humanas es impresionante. Continuaba diciendo el Conde Richard nikolaus Coudenhove-Kalergi en su obra “Praktischer Idealismus”:
“El hombre del futuro será un mestizo (…) La futura raza afroeuroasiática que se parece exteriormente a la del antiguo Egipto, reemplazará la diversidad de los pueblos por la diversidad de las personalidades. Según las leyes genéticas, con la diversidad de los antepasados, crece la versatilidad, mientras que con la homogeneidad de los antepasados, crece la uniformidad de los descendientes. En familias con cruzamiento consanguíneo, un hijo se parece al otro, ya que todos poseen los mismos rasgos familiares (…) La consanguinidad crea rasgos característicos, el cruzamiento crea personalidades características.”
“(…) el judaísmo es el seno de donde surge una nueva aristocracia intelectual de Europa, el núcleo alrededor del cual se agrupa la aristocracia de la inteligencia. Una raza superior urbana y espiritual se está creando: idealistas ingeniosos y sensibles, justos y convincentes, valientes como la nobleza feudal de su mejor época, cuando afrontó la muerte y la persecución, el odio y el desprecio para hacer más civilizada, inteligente y feliz a la humanidad. Los héroes y mártires judíos de la revolución de la Europa Central y del Este (se refiere a la Revolución Comunista) y, no tienen que envidiar la valentía, la resistencia y la convicción de los héroes no judíos, de la guerra mundial (la Primera), y los superan intelectualmente con creces”.
Según el Prof. Guido Raimund, el conocimiento transmitido de generación en generación que tenían los judíos (no todos, sino una élite) con respecto a la Genética y las Razas era muy superior al que poseía el nacionalsocialismo en la década de los 30. No obstante, estos conocimientos no eran acertados completamente y, hasta el momento, no se ha podido demostrar que las razas mestizas sean inferiores a las que se han mantenido puras. Por el contrario, es evidente, que en algunos aspectos el mestizaje confiere nuevas cualidades a las generaciones futuras sin dejar de lado que también produce sus defectos congénitos.
El discurso de Kalergi está tan en sintonía con los Protocolos de los Sabios de Sión que, prácticamente parece que sea uno de sus predicadores más inspirados. Se declaraba a favor del “pacifismo” que exige la paz de las naciones pero permitiendo, en cambio, la violencia del poder sionista. Se declaraba también a favor de la igualdad ante la ley, hasta que el sistema judicial actual fuese abolido. A esto lo denominó “eliminación de la desigualdad injusta”. Afirmaba sin ningún reparo que, tras la toma del poder por parte de la “raza noble judía” conseguida gracias a la exigencia de la igualdad de todos ante la ley, esta igualdad, que tanto beneficio les habría reportado para sus planes futuros, sería abolida consolidando su soberanía sobre los no-judíos con la “desigualdad justa”. Si no se entiende muy bien lo que significa esto de la “desigualdad justa” pondremos el ejemplo de las exigencias jurídicas internacionales de George Bush Junior que finalmente cristalizaron en el Tribunal Internacional de Justicia y en otras Leyes también de ámbito global para juzgar crímenes contra la Humanidad estando, en cambio, los gobernantes y altos cargos militares de los EEUU eximidos de ser juzgados en él.
Tal y como se declara en los Protocolos, Kalergi cree que los hombres son incapaces de gobernarse a sí mismos, de ahí que proclame un NUEVO ORDEN MUNDIAL (¿les suena verdad?) aboliendo la democracia (esto no nos lo han dicho en los telediarios) para hacer posible el Plan final Sionista: llevar la paz, la cultura y la alimentación a toda la humanidad.
Kalergi es el autor de frases “tan memorables” como la de que “quiero ver reunidos pólvora, oro y tinta en las manos de la raza superior judía.”
Nuestro análisis del personaje podría extenderse aún más, pero creo que con esto queda refutada la filiación sionista del Conde Richard N. Coudenhove-Kalergi. Y conociendo al hombre pasemos a explicar su obra, a la que dedicó todos sus esfuerzos: “la visión de una Europa más grande, una verdadera Paneuropa — desde Vladivostok a San Francisco — es el legado del antiguo Movimiento Paneuropeo a las jóvenes generaciones” (PANEUROPA, 1922 hasta 1966). La Europa de Kalergi abarca también a los EEUU. En realidad, la Paneuropa es el paso previo a la consecución de un único Estado Mundial.
El visionario Conde es el artífice de la Europa Comunitaria (aunque oficiosamente no se reconozca así) y, sin embargo, su identidad y biografía ha sido relegada a un segundo plano en la joven historia de la Unión Europea. Nos preguntamos el porqué hasta que ahondamos en su obra y en sus andanzas. Está claro que su filiación sionista pone en evidencia cual es el motor oculto que está haciendo funcionar a la CE.
Para el perfecto desarrollo de los planes futuros, la mano sionista “que mece la cuna” debe quedar oculta en la trastienda, lejos del conocimiento público y ajena a la atención de aquellas mentes preclaras e inteligentes que podrían descubrir el juego.
Pero, aunque Kalergi ha pasado a un segundo plano actualmente, no era así en los años que van desde 1920 a 1960 y aún después. El gran público puede que ni tan siquiera haya oído hablar de él, pero los políticos, aristócratas, banqueros, grandes hombres de negocios y estadistas de la Europa de entonces lo conocían muy bien. Muchos de ellos escucharon sus ideas, las alabaron y las apoyaron incluso económicamente.
Es un hecho, que el movimiento Paneuropeo existe y tiene plena vigencia hoy en día, siendo su presidente (hasta el año 2004) el Archiduque Otto de Habsburgo, primogénito del Archiduque y más tarde Emperador Carlos I, y la Princesa Zita de Borbón-Parma. Como curiosidad, decir que Otto de Habsburgo terminó sus estudios en Lequeitio (España) y fue el máximo impulsor del ingreso de España en la Unión Europea, además de ser mediador en las negociaciones y acuerdos de cooperación con Marruecos. Es desde el movimiento Paneuropeo donde se orquesta la Europa de Maastricht.
Los planes para una Europa Unida se están llevando a cabo tal y como se idearon hace casi dos siglos. Kalergi es el que da forma a la idea, la escribe y la transmite a todos los hombres influyentes de Europa. Detrás están “los sabios de Sión”, por ponerles un nombre de grupo, aunque ello no tiene importancia, bien puede llamárselos de cualquier otro modo. En realidad muchos de estos artífices en la sombra son bien conocidos.
Los políticos de Europa son unos corruptos y unos delincuentes; títeres sin voluntad que actúan de acuerdo al dictado de estos poderosos gobernantes que operan a la sombra. Zapatero es masón, esto la opinión pública no lo sabe abiertamente aunque si se conoce en círculos próximos. No solamente es masón sino que ha alcanzado el grado 33. Su misión como gobernante ha sido muy clara: primero abrir las puertas de par en par a la inmigración en masa, y lo segundo llevar a cabo una política económica lo suficientemente nefasta como para dejar las arcas del estado vacías. Zapatero no sirve al pueblo, solo obedece órdenes de la Logia. Rajoy tampoco hará nada por el pueblo, pues ambos le deben pleitesía al Gobierno Oculto. Rajoy debe aplicar las leyes de austeridad impuestas por la Comunidad Europea para poder pagar los desmanes de la Banca Europea, verdadera artífice de la crisis del 2008. Es absurda y tremendamente estúpida la opción que ha cogido el pueblo de ESPERAR ALGO DE SUS POLITICOS. ¿Qué esperan de una banda de delincuentes al servicio de Mafias y de grupos oligárquicos de poder? Cuando el Nuevo Orden Mundial triunfe y lo está haciendo de forma contundente y arrolladora, pasará igual o peor, la gente seguirá creyendo en duendes y haditas o a lo mejor en sus cerebros ya no hay cabida ni para pensar ni para creer, sino para obedecer, laborar y callar.
Conozco la ciencia de los símbolos y de los colores no me asombra que Kalergi haya diseñado la bandera de Europa tal y como lo hizo (y que aun sigue vigente en el movimiento Paneuropeo). El fondo azul con un Sol amarillo en el que se circunscribe una cruz roja. Rojo y Amarillo son los colores del viejo Imperio Pagano. El círculo y la cruz representan la Tierra y el azul intenso del fondo es el inmenso mar estelar. El símbolo de la Tierra en Amarillo y Rojo significa: “El Mundo es nuestro”, es decir, del antiguo Imperio del Dragón y de la Serpiente. La cruz es, desde luego, la Roma eterna donde se asienta el trono de Rey del Mundo. El ancestral Imperio Pagano ha sabido metamorfosearse de modos sorprendentes estos últimos 5000 años con el sólo propósito de perpetuar su poder.
Kalergi fue muy astuto al explicar a los goyim (cristianos y no judíos) que este es un símbolo que representa a la cristiandad. Pero yo lo entiendo en su contexto esotérico. También he comprendido desde hace años que la bandera Europea tiene doce estrellas que representan a las Tribus de Israel y no la explicación que nos dan aduciendo que el número doce es el número de la perfección y de la unidad, aunque muchos creyeron que, como en el caso de la bandera de los EEUU, las estrellas representaban a los primeros estados fundadores (pese a que cuando se aprobó la comunidad Europea no constaba de doce estados).
En geopolítica las cosas no son como nos las cuentan los medios de comunicación. La Comunidad Europea es para nosotros una trampa mortal de la que tenemos que liberarnos cuanto antes.
