Ahorrar o invertir, he ahí el dilema.

Desde niños, usualmente, se nos inculca el valor del ahorro, como una manera de sustentar nuestros sueños y ambiciones, en otras palabras, en aras de hacernos hábiles para guardar recursos que luego puedan ser invertidos y aumentados para proporcionarnos lo que deseamos en la vida. También, es importante resaltar que el ahorro puede salvarnos en momentos difíciles que van más allá de lo económico, con ayuda de una buena administración, el ahorro puede ayudarnos a establecer un plan de acción, para nuestras vidas que inclusive puede aplicarse para mantener a más de una generación de nuestras familias.

Si se busca la estabilidad, el ahorro es el primer paso. Sin embargo, el camino no termina allí. La acumulación de capitales de cualquier tipo, solo es productiva si este capital es reproducido y sabiamente invertido. Si se apuesta en inversiones seguras, el capital invertido no solo se mantendrá, sino que aumentara, dándonos a la vez la libertad de hacer nuevas apuestas en distintos ámbitos económicos y sociales, ya estén asociados entre sí o sean totalmente distintos.

Es importante destacar el hecho de que para ser un buen inversionista, el ser humano debe primero aprender a ser un buen ente ahorrador, ya que no existe otra manera de conquistar la libertad en la inversión. También, la persona que mantiene el habito de ahorrar, practica con frecuencia la administración de sus recursos, por ende, a la hora de la inversión ejercerá de nuevo este rasgo social aprendido, para distribuir los capitales apropiadamente entre las nuevas empresas y aquellas que le han ayudado a establecerse en su posición actual.

Existen distintos tipos de inversiones, en las cuales se puede comenzar a practicar, como las cuentas a plazo fijo que ofrecen los bancos, en las cuales el capital queda retenido por el tiempo que decida el inversor, con las consecuentes ganancias de intereses que le provee el banco. Al término del lapso propuesto, el inversor puede decidir si quiere sacar su dinero de la cuenta o reinvertirlo, para ganar un mayor margen de intereses, en un nuevo lapso de ahorro.

Al momento de decidir si se invierte en un proyecto es aconsejable tomar en cuenta los siguientes tips:

. Si la meta es a corto plazo (entre 3 y 5 años), ahorre.

. Si la meta está situada en un periodo mayor a los 10 años, invierta en función de capitalizar la idea principal.

¿Cuál es tu plan para el futuro?