Inspírate en David para cambiar tu vida

¿Lo que haces es realmente lo que soñaste? Entra y descubre la historia de un mexicano que decidió transformar su vida e imponer un Récord Guinness.

Víctor A. Espinosa
3 min readMar 25, 2018
David Liaño| Cortesía

Llegado el momento, todo se halló tal y como David Liaño lo había imaginado:

  1. Su historial médico de problemas respiratorios.
  2. Condiciones difíciles de viento en el Everest.
  3. El tráfico actual que generan filas de alpinistas.
  4. Rutas contaminadas con pilas de excremento humano.
  5. Y los cadáveres.

David Liaño, analista financiero de profesión, se proponía una mañana de 2013 ser el primer ser humano que coronara el Everest por ambas caras, norte y sur, con una marca de siete días 21 horas entre ascensos… aunque para lograrlo tuviera que cruzar dos veces por la cima (a 8 mil metros sobre el nivel del mar, una altura en la que el cuerpo empieza a morir).

Esta es la historia de un aventurero mexicano de 38 años que venció sus miedos para rozar el cielo como los 8 mil 306 alpinistas que lo han intentado desde 1921, aunque sólo 3 mil 473 llegaron a la cima.

Se trata de una hazaña con una tasa de éxito del 35%; 288 personas han muerto en el intento según la Base de Datos de los Himalaya (HDB, por sus siglas en inglés), un centro estadístico con sede en Nepal que reúne los datos de quienes han escalado esa cordillera, donde se encuentran los 100 picos más altos del mundo.

No hay que fiarse de las ojeras negras tras las que se esconde su mirada. Tampoco de la gorra ni de la playera deportiva que trae puesta durante la conversación por videollamada desde Katmandú, la capital nepalí. Todo es un disfraz. Lo que hay es un hombre que empezó su carrera de alpinista a los 13 años; tiene en su haber el llamado “Gran Slam”, que consiste en subir los siete picos más altos de todos los continentes.

— Nunca imaginé que escalaría esas alturas, no tenía esas ambiciones ni esos sueños cuando empecé.

— ¿De dónde nace entonces tu interés por desafiar a las montañas?

— Surge a partir del “Gran Slam” y lo que hice fue estructurar ese proyecto para que cada montaña me dotara de los conocimientos necesarios– dice mientras sus ojos y su boca tienen una expresión de asombro constante.

David trabaja entre 12 y 14 horas diarias como analista financiero para costear sus viajes a las montañas. Ha vendido incluso sus pertenencias, como su automóvil, y se resiste por ahora a tener esposa e hijos. El costo económico por escalar el Everest es de 100 mil dólares, tan sólo el permiso para subir a la cima cuesta 50 mil dólares.

— No acepto patrocinios porque es muy difícil comprometerse a llegar a la cima, por los factores externos que están fuera de nuestro control.

— ¿De dónde nace esta postura? ¿Te ha ocurrido alguna vez?

— Recuerdo a un compañero que fue patrocinado por uno de los reyes de Jordania, era tanta su presión y el mal tiempo en el Everest que no llegó a la cima; pero sí acabó con una úlcera, vomitando sangre– dice con rabia.

El “Doble Ascenso al Everest” lo planeó en 2008 y lo intentó tanto en 2010 como en 2011, pero fracasó por complicaciones en su salud y en la logística de la travesía. En 2012 replanteó el proyecto y en 2013 lo buscó completar.

Lo que sucede en la próxima entrega el alpinista mexicano lo relata en menos de 60 minutos, pero en sus palabras condensa una lucha de 30 días por mantenerse vivo. A los 25 años llegó por primera vez a la cima del Everest y lo lograría dos veces más antes de intentar este doble ascenso.

Hasta la próxima.

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