La maravilla del peso muerto (deadlift)

El deadlift / peso muerto ha sido uno de los ejercicios fundamentales en mi entrenamiento. Desde que aprendí a incluirlo en mis rutinas, mi espalda se ha fortalecido y ha crecido notoriamente. Además, me ayudó tremendamente a eliminar (o reducir bastante) mis frecuentes dolores de espalda. Se nota cuando alguien incluye este ejercicio en sus rutinas porque se le desarrollan un par de ‘bistec’ grandes en la espalda que corren paralelo, a cada lado, de la columna.

Por otra parte, el peso muerto ejercita muchos músculos del cuerpo: además de la espalda completa (baja, media y alta), fortalece trapecio, brazos, antebrazo (para agarre), piernas y abdomen.

Entre las ventajas del deadlift se pueden enumerar un importante fortalecimiento de la espalda, lo que disminuye los riesgos de lesión; mejora la resistencia cardiovascular; fortalece el agarre; mejora la postura; es seguro (el peso se levanta en vez de estar uno ‘bajo’ el peso); buenísimo para quemar grasa; ayuda en situaciones de vida real cuando realmente hay que levantar cosas; y solo se necesita una barra y pesos.

Además de incluirlo en la rutina, hay que aprender a hacerlo bien. Mala postura o ejecución puede resultar en molestia y lesiones. Si bien es un ejercicio que permite mover más peso de lo habitual -al involucrar bastantes músculos grandes, permite cargar más la barra- hacerlo correctamente es fundamental. La forma, y no el peso, es lo más importante.

Este video lo vi ahora y me gustó mucho. Además de que el Alan Thrall es un vacilón, muestra con mucha claridad, la forma correcta de realizar el deadlift. Es muy importante desde la primera repetición la primera vez que se intenta.

Yo recomiendo incluir deadlift en la rutina como último ejercicio el día que se hace espalda. Lo ideal sería que el cuerpo no esté completamente drenado como para poner en riesgo la forma a la hora de ejecutar el ejercicio por el mismo cansancio. 3 ó 4 series de 4–6 repeticiones es el rango que me gusta manejar.