Doctor Who: The Church on Ruby Road- La magia en las pequeñas cosas

“Estamos cayendo en el espacio, tú y yo. Aferrándonos a la piel de este pequeño mundo, y si lo dejamos ir… Eso es lo que soy”

Con estas palabras se autodefinía el Noveno Doctor en el ya lejano “Rose” de 2005. Transmiten que el Doctor es una figura más grande que la vida pero también una mota en la inmensidad del universo. Son la forma perfecta de que te recorra un escalofrío por la espalda con el personaje cuando estás viendo la serie por primera vez. Una emoción que, en efecto, he vuelto a sentir con el Doctor de Ncuti Gatwa en su debut al completo.

La escena en concreto que me despertó dicho sentimiento fue su interacción con el policía tras salvar a Ruby y a la civil del muñeco de nieve gigante. De golpe el Doctor vuelve a ser ese mago capaz de lo imposible, pero esta vez enfocado en lo mundano y en lo sencillo, porque es capaz de ver la mejor cara de la humanidad. Como afirma en varias ocasiones durante el episodio él solo “pasaba por allí”, pero a la vez deja un impacto en todo aquel con el que se cruza, ya sea de pequeñas formas como dando la felicidad a ese policía o cambiando por completo la vida de sus acompañantes como sin duda ha ocurrido y ocurrirá con Ruby.

Que el torrente de casualidades que lleva a que El Doctor y Ruby, dos huérfanos con un vacío palpable se crucen en Navidad sea parte activa de la trama es otra genialidad de un guión sencillo pero absorbente. Y cómo contrapartida a la cadena de desastres causada por los goblins se alza tanto el encuentro entre Ruby y el Doctor como el pasado de la propia Ruby. Su abandono y posterior hallazgo cambió a mejor la vida de su madre de acogida, que encontró su vocación en proporcionar un hogar a los más necesitados. Un encuentro fortuito que genera un torrente de bondad, como suele hacer el Doctor en sus mejores momentos.

La suerte llega hasta detrás de las cámaras porque la escena que he mencionado anteriormente fue un añadido posterior debido a que Disney consideró que el Doctor entraba en acción demasiado tarde en la versión de los pases de prueba del capítulo. Y el resultado ha sido mi escena favorita de un episodio que devuelve la magia en muchos sentidos a la serie sin olvidar el poso emocional. La nueva era no podría haber empezado mejor y estoy esperanzado ante el futuro de la serie.