Sobre “una moda pasajera que pretende dictar parámetros a la prensa” llamada feminismo

Yanira Dávila
6 min readAug 22, 2020

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¿Qué rol cumplen los medios de comunicación en la crisis de la violencia contra la mujer?

Hace dos semanas presenté una queja formal contra el Grupo La República ante el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana por actos contrarios a la ética periodística. El viernes 7 de agosto, a través de dos notas publicadas en las páginas web de La República y Líbero, se destacaba como noticioso un comentario que hice en mi cuenta de Twitter sobre dejar de ser de un equipo de fútbol junto a información sobre mi trabajo, mis redes sociales y fotografías. Como consecuencia de esta exposición, desde ese día mi familia y yo hemos recibido ataques y amenazas constantes por diversos medios de “fanáticos” ofendidos por mi comentario.

Presenté mi queja porque creo que la actuación del Grupo La República merece una conversación pública sobre el rol de los medios en la facilitación de la violencia contra la mujer. También porque, como profesional de las comunicaciones, considero que el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa puede ser un espacio para lograr un pronunciamiento que sirva de guía a otros medios y periodistas del país. Finalmente, porque muchas mujeres como Mayra Couto, Tatiana Astengo, Lorena Álvarez, entre otras, han sido víctimas de esta misma forma de periodismo y, si quienes tenemos una plataforma no hacemos nada, tampoco podrán hacerlo las demás.

Hoy escribo nuevamente sobre este tema porque necesito procesar la respuesta del Grupo La República. La carta que la empresa ha enviado al Tribunal de Ética (PDF) es completamente sintomática del problema de fondo que denuncié: la ausencia de un enfoque de género integral en la operación de un medio de comunicaciones.

Los dos argumentos principales del Grupo La República en sus descargos son: (i) que debería de sentirme agradecida de que escriban notas sobre mí, y, (ii) que como grupo editorial no va a ceder a la censura que pretende imponer una “moda pasajera” como el feminismo.

En directa contradicción con la “disculpa pública” que me ofrecieron la misma noche del 7 de agosto tras hacer pública mi queja y admitir que efectivamente mi comentario no era necesario de publicar ya que no soy representativa en el ámbito deportivo, el Grupo La República ahora señala que mis declaraciones sí tenían interés periodístico y toda la violencia que recibí es mi culpa por emitir un comentario “políticamente incorrecto”. ¿Según quién y por qué es “políticamente incorrecto” decir que dejaré ser hincha de un equipo? Por otro lado, dicen que al presentar mi queja pretendo obligarlos a que empiecen a “filtrar” las declaraciones de las mujeres y, en correspondencia, busco que se nos censure o silencie.

Me cuesta creer que eso es lo que realmente han entendido. Vuelvo a explicar el motivo de mi reclamo, por si no quedo claro. Mi queja busca que las mujeres tengamos libertad para formar parte del debate público como afirman, pero, que de ninguna manera, esto implique un pase libre para recibir agresiones y violencia de todo tipo. Lo que pido es que no se exponga a las mujeres a la violencia machista amplificando y difundiendo masivamente nuestras declaraciones con el fin de generar morbo y polémica. Necesitamos una sociedad segura y libre de violencia de género, en la cual sus medios de comunicación, como parte fundamental de una, asuman este compromiso.

Pero quizás el aspecto más preocupante de toda su carta de respuesta es el abierto desconocimiento que el Grupo La República exhibe sobre lo que significa el feminismo. Para la empresa, el feminismo es una “moda pasajera que pretende dictar parámetros a la prensa” y que la defensa de la violencia de género es una forma encubierta de totalitarismo del pensamiento.

La posición del Grupo La República desconoce la situación de vulnerabilidad particular que sufrimos las mujeres en los medios de comunicación. La necesidad de ofrecer un nivel de protección diferenciado a las mujeres respecto de los hombres es una piedra angular de las normas legales sobre la materia en Perú y en el mundo. Las mujeres vivimos en una real situación de vulnerabilidad al haber sido consideradas a lo largo de la historia como sujetos a quienes no se les reconocía ciudadanía, libertad, educación, propiedad y tantos otros derechos por encontrarse sujetas a la voluntad y disposición de los hombres. Por ello, a nivel nacional e internacional, hoy existen estructuras legales y sociales encaminadas a brindar una protección específica ante la violencia y discriminación que enfrentamos las mujeres a la actualidad.

En igual medida, resulta realmente lamentable que el representante legal de un diario diga esto en un país donde las mujeres vivimos una situación de vulnerabilidad crítica. Feminicidios, violaciones sexuales, trata de personas, abusos sexuales, acoso sexual virtual y callejero, y brecha salarial son avalados y promovidos por una cultura machista en Perú. No obstante ello, pareciera que para el Grupo La República esta es una realidad ajena a nuestro país sobre la cual los medios de comunicación no están llamados a exhibir un mínimo de consideración ni responsabilidad. Así pues, afirma: “No aceptamos las imputaciones sobre una supuesta violencia de género; por cuanto descontextualizan los hechos y nos imputan resultados que de una u otra forma se dan en las redes sociales en las cuales la misma reclamante interactúa diariamente(…)”. Para La República, el acoso y la violencia en redes sociales se dan sí o sí, sin importar que se den de una u otra forma, incluso si una de esas formas es una nota periodística suya.

Es necesario que los medios de comunicación implementen un enfoque de género porque hacerlo es realizar periodismo de calidad, ético, y con responsabilidad social: los medios y el periodismo son agentes de socialización que determinan las representaciones y conductas válidas dentro de una sociedad. ¿Qué se buscó fomentar con la nota en cuestión? Generar morbo al alimentar el estereotipo de género que dicta que las mujeres tenemos opiniones inválidas respecto al mundo del fútbol.

Finalmente, los descargos del Grupo La República también me entristecen. Hace pocos días, La República anunció públicamente la incorporación de una editora de Género reconociendo que “el periodismo no puede estar ajeno a las demandas sociales”. Sin embargo, pareciera que la incorporación de este cargo fue solo un gesto hacia el exterior que no generó ningún cambio al interior del diario. ¿Acaso el Grupo La República usó al feminismo para quedar bien ante el público? ¿Son ellos quienes se quisieron sumar “a la moda pasajera” que mencionan en sus descargos?

El feminismo no es una moda pasajera, es un movimiento social, económico, cultural y político que por años viene luchando por una vida sin discriminación y violencia para las mujeres y que, en consecuencia, viene logrando con éxito la conquista de derechos y acciones afirmativas para revertir esta desigualdad estructural. En efecto, es una demanda social a la cual, conforme a sus propias palabras, el periodismo realizado por La República no debe ser ajeno y responder con consistencia, y no como la mera formalidad que se hace evidente tras la carta de descargo enviada.

Por eso, y porque continúo creyendo en la importancia y necesidad de este debate, he enviado este viernes un escrito de respuesta a los descargos del Grupo La República ante el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana que he preparado con la ayuda del equipo legal de Hiperderecho.

La carta de descargos de La República puede leerse aquí y mi respuesta completa aquí.

El periodista Diego Salazar también escribió una nota sobre este caso y la reacción del Grupo La República.

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Yanira Dávila

Comunicadora social. Conductora, reportera y directora de teatro. Actualmente, conductora de Aprendo en Casa por @tvperupe.