Eddie Pérez, La Batería del 95’

Yoslen Leal Sánchez
6 min readApr 27, 2020

“Jamás he pasado un día de mi vida sin aprender algo nuevo acerca del béisbol” Connie Mack.

Por: Yoslen Leal

En Venezuela, la tercera ciudad más grande del estado Zulia, Ciudad Ojeda, vio crecer al primer receptor zuliano en las Grandes Ligas. Más de 2935 km separan a la ciudad más extensa de Georgia, Atlanta, de la ciudad que lleva por nombre un homenaje al primer europeo en llegar al Lago de Maracaibo (Alonso de Ojeda).

Eddie Pérez, el primer catcher zuliano en debutar en la MLB, fue el cuarto receptor venezolano en jugar en la Major League Baseball, luego de Baudilio Díaz (1977), Toby Hernández (1984) y Carlos Hernández (1990). Además, formó parte de la primera generación de diez venezolanos en debutar en un mismo año en MLB (1995). Pasaron siete años para superar aquella generación del 88’ que contó con siete venezolanos, Oswaldo Peraza, Jhonny Paredes, Ángel Escobar, Germán González, Antonio Castillo, Carlos “Café” Martínez y Carlos Quintana.

“En esos años no subían muchos peloteros, Carlos Hernández y yo, pasamos mucho tiempo siendo los únicos receptores venezolanos en las Grandes Ligas, con mayor participación en temporadas consecutivas hasta que empezaron a llegar Henry Blanco, Ramón Hernández y otros receptores que contaron con más oportunidades para jugar en sus respectivas Organizaciones. Solía mantenerme en contacto con Carlos Hernández y recibía muchos consejos que él me transmitía, sobretodo me ayudaba con muchas recomendaciones que él aprendía de Baudilio Díaz, ambos jugaron con Caracas. Hicimos una buena amistad y nos ayudamos mucho a lo largo de los años”.

Desde su primer año en las Grandes Ligas (1995), Pérez, demostró sus dotes con el mascotin, su habilidad para generar química con los lanzadores y su solvencia a la defensiva terminando su primera pasantía sin errores en 25.0 Innings de labor con dos asistencias y un porcentaje de fildeo de 1.000. El receptor, finalizó la temporada promediando .308 a la ofensiva.

“Los primeros cinco juegos con el equipo no los jugué, estuve presente en el dugout, pero muy ansioso viendo el tamaño del Estadio. Recuerdo que en mi casa, en Venezuela, me vieron en una transmisión y yo estaba mirando para arriba como asombrado admirando lo grande que era el estadio. Compartí la noticia de mi ascenso a las Grandes Ligas con mi familia vía telefónica, antes no habían correos, ni tanta tecnología, tuve que tomar un teléfono monedero y llamar a mi familia en Venezuela para darles la noticia, luego mi esposa se encargó de darle la noticia a todos los demás y allá fue una celebración en todo el pueblo”.

Eddie, logró estampar su firma con los Bravos de Atlanta, el 27 de Septiembre de 1986, equipo con el que ha pasado más de 30 años de labor y logró vivir tantas anécdotas incluido el estar presente en tres sedes diferentes.

“Atlanta, es el equipo que me ha brindado todo, me dieron la oportunidad de ser un pelotero profesional, de llegar a las Grandes Ligas. Es una Organización que no solo me enseñó a ser pelotero sino que también me formó como una mejor persona tanto dentro como fuera del terreno de juego. Soy un privilegiado porque incluso disfruté de tres sedes del equipo. El estadio de Fulton, era inmenso, todo cerrado, redondo y con capacidad para casi 60 mil personas, me encantaba ese estadio y el ambiente que se generaba. Luego nos mudamos al Turner Field, que era el estadio más moderno en su momento hecho totalmente para el disfrute del fanático. Recuerdo que el cambio me encantó pero recordaba aún con mucha emoción las jornadas en el Fulton County. En la actualidad estamos en el SunTrust Park, un estadio que no tiene comparación y nos encanta mucho”.

El debut de Eddie Pérez, llegó un 10 de septiembre ante los Marlins, y se convirtió en el jugador 14,396 en debutar en el mejor béisbol Americano. Entre los venezolanos fue el 84 y el último en hacerlo en la temporada 95.

“Mi primer turno fue de emergente en Florida, entre en el octavo innings y estaba ansioso, no llegó el hit en ese juego pero al siguiente día jugué mi primer juego completo, estaba en el line-up y estuve pensando mucho antes del juego, pensaba en toda mi familia y en todos los que me apoyaron. Estaba en Cincinnati, y siempre seguí a los Rojos (Reds) por David Concepción. Recuerdo que en ese momento por mi mente pensaba hasta en el hecho de que mi primer juego era allí, en el estadio donde tantas veces destacó mi ídolo.”

“Mi primer hit fue un jonrón con el juego igualado 1–1 ante el pitcher, Michael Jackson. Logramos ganar el juego 3–1 y al terminar se acercaron los periodistas a preguntarme si era un momento especial para mí, les contesté ¡sí! Pero más especial era jugar en el mismo estadio donde lo hizo Concepción. En medio de la entrevista para mi sorpresa llegó al Clubhouse, David Concepción, y se acercó a felicitarme. Verlo ahí fue una alegría muy grande y de los momentos más bonitos en mi carrera”.

En la historia de los Bravos, pasaron 38 años para volver a saborear el campeonato de la Serie Mundial en 1995 y Eddie Pérez, a sus 27 años de edad se convirtió en el cuarto zuliano con un anillo de campeón. Luego de Luis Aparicio (1966), Víctor Davalillo (1971 & 1973) y William Cañate (1993).

“La temporada del 95’ en lo personal fue espectacular, llena de mucha emociones y logramos ganar la Serie Mundial venciendo a un buen equipo de Cleveland. Fue un momento muy importante para todos y en lo personal en dos meses que estuve en Grandes Ligas, ya tenía un campeonato de Serie Mundial. Fue muy valioso aprender de todo lo que pasó ahí, viví otras veces más la experiencia de ser campeón, pero ese año fue un momento inolvidable no solo para mí, sino para todo el equipo. Una satisfacción ser parte de eso.”

El venezolano, ha sido descrito en varias ocasiones por sus compañeros de equipo como un jugador muy inteligente, capaz de cuidar cada detalle del juego y que sobretodo competía jugada a jugada.

“Me gustaba el béisbol que jugué en mi época porque era un béisbol de pitcheo, mucha defensa, de tratar de cuidar cada lanzamiento para que no te hicieran carreras. Un béisbol en muchas ocasiones de juego cortó de 2–1, 1–0, de 3–2 juegos que se convertían en mucha emoción. En lo personal considero que el béisbol desde el 95’ al presente ha cambiado mucho en todos los sentidos, los peloteros son diferentes, los managers, los coaches, los gerentes y hasta el personal de las oficinas son diferentes. Pero creo que todo ha sido para el bien del béisbol, es una realidad que al fanático le gusta los números y las estadísticas y todos los cambios se hacen por el bien del fanático para que sigan asistiendo y disfrutando del juego. Es una realidad que ahora cualquier bateador en las Mayores, puede dar un jonrón e inclusive yo como fanático cuando estoy en las tribunas disfruto y me gusta ver esos jonrones”.

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Yoslen Leal Sánchez
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Press & PR. Relacionista Público de Jugadores Profesionales de Béisbol. CEO Dugout Sports Media. Member International Federation of Journalist, CNP & SNTP.