KINTSUKUROI

zripi.com.ar
2 min readApr 20, 2020

Kintsukuroi es una palabra japonesa cuya traducción es “reparación con oro”.

Es una técnica originada a finales del siglo XV que consiste en emplear una resina mezclada con polvo de oro para reparar objetos de cerámica rotos. Las grietas resultantes quedan resaltadas al unirse las piezas de nuevo con este valioso material adquiriendo más belleza y valor que el objeto original.

Pero más allá de la técnica, detrás hay una poderosa filosofía. La idea de que las roturas no deben ocultarse, sino destacarse ya que estas cicatrices son las que diferencian a un objeto y lo hacen único. Estas grietas cuentan una historia. Una historia que incluye un momento de fragilidad, pero también de resiliencia.

No puedo evitar vincular este arte y pensar en todos los equipos de los cuales he formado parte. Claramente equipos que nunca se han enfrentado a situaciones adversas pueden funcionar, soy testigo. Pero también puedo asegurar que los mismos nunca fueron tan unidos como aquellos que sí experimentaron malos momentos y lograron reponerse.

Un equipo que logra resolver una crisis ha ido un paso más allá en la demostración de sus capacidades. Al igual que un objeto reparado mediante kintsukuroi, dicho equipo pasa a ser único y totalmente distinto al resto de los equipos. Estas rupturas y reparaciones permiten madurar y avanzar. El hecho de haber vivido un conflicto y haberlo solucionado es una situación más deseable que la de no haber vivido ningún conflicto.

Sin situaciones adversas que superar, una relación laboral simplemente se mantendrá como al principio. Estará más cerca de ser sólo un grupo de personas que de ser realmente un equipo.

En la antigüedad, el éxito de esta técnica fue tal que algunas personas llegaron a ser acusadas de romper artesanías para luego reparar las mismas con dicho método. De la misma forma, si en un equipo de trabajo hay personas tóxicas que buscan activamente los conflictos, la reparación en el mejor de los casos será parcial y el resultado no será óptimo ya que no encerraría una historia verdadera detrás.

Al escribir este post, abril del 2020, no puedo evitar relacionar este concepto con nuestro escenario actual. Coronavirus. Miedo. Incertidumbre. Desconocimiento. Es momento de ser resilientes. Ojalá todo esto que está sucediendo venga a ponerle oro a nuestras grietas, para encontrarnos más unidos.

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