Hacer es el nuevo decir
Me gustaría realizar un experimento: si te interesa emprender, tienes ideas increíbles que estás seguro cambiarán el mundo y te encuentras a días o semanas de asistir a algún evento para hacerlas realidad, quisiera que antes inviertas 6:22 minutos en ver el siguiente video:
Aunque suene un poco obvio, lo más increíble que encontré, es ver a personas creando. Programando. Construyendo sistemas de autenticación, algoritmos de reconocimiento de imágenes, o las bases de una plataforma de intercambio de ropa. No conversando sobre qué es una startup, o qué implica tal evento o el siguiente.
Escribía hace más de dos años sobre la importancia de crear y construir las ideas que tenemos y en ese período, muchas cosas han cambiado y han mejorado. Pero no todas.
Tenemos más personas creando (lo cuál es bueno), pero más aún, tenemos personas hablando sobre lo que harán (cuyo valor es rebatible).
Tenemos más posts y comentarios y anuncios compartiendo sobre ideas millonarias, equipos perfectos, y el camino al éxito listo, faltando sólo el apoyo del gobierno, o de alguna incubadora para hacerlo realidad. ¿Y enlaces para probar la idea? Aún no. Betas eternas y formularios de newsletter reinan aún el ecosistema. Su existencia dependerá de otros. Y no hacerlas, de otros también.
Las cosas han cambiado, pero todavía sigo viendo eventos donde el resultado son decks con gráficas interesantes, proyecciones millonarias y pitches muy claros. Y luego ver pasar meses y ver esas mismas ideas presentadas, en su misma forma, en otros eventos, o en nuevas postulaciones. Y una y otra vez. Ad infinitum. Ad nauseam.
No puedo ocultar la envidia que me da ver esa ventana de otra realidad, una llena de personas construyendo, aunque su entorno los limite al punto de depender de tarjetas de Internet para poder confirmar algún punto o afinar una validación. Porque son personas que entienden que crear es la mínima esencia de hacer esa idea una realidad y tal vez la oportunidad de cambiar ese mismo entorno. The rest is gravy.
